Hacia el cabildo abierto popular de la unidad en la acción
Cristina Kirchner expresa la concepción democrática de lucha y conquistas populares propia de la historia de nuestro pueblo. Prohibirla es romper el contrato social no escrito de convivencia pacífica de Argentina.
Con la prohibición a Cristina no sólo se pone en jaque a un ser humano de carne y hueso, sino todo lo que esa persona representa para la historia reciente de nuestro pueblo: salida de la crisis del 2001, las políticas de memoria, verdad y justicia, creación de 6 millones de puestos de trabajo, programas sociales enfocados a atacar las necesidades de los sectores sociales más postergados, AUH.
En suma, la posibilidad de construir un modelo político de desarrollo, con inclusión social, que sea una opción de poder real en Argentina.
En este marco ilegitimo es lícito que las organizaciones libres del pueblo sean autoconscientes de su rol de garantes de la organización comunitaria. Y salgan a pelear por los derechos que se le pretenden arrebatar.
La búsqueda de su prohibición vía lawfare, es un llamado de atención a toda la clase política: quien se salga de los parámetros de lo establecido, o lo políticamente aceptado por el Mercado, correrá la misma suerte.
Por tanto, es necesario convocar a un cabildo abierto de la unidad popular. Allí deben confluir todos los espacios que entiendan al peronismo como doctrina y práctica política de nuestro pueblo en su larga lucha por la liberación, y todas las fuerzas políticas que se sientan dentro del campo nacional y popular y, en segundo término, todas aquellas fuerzas que lean en ésta actual coyuntura un espacio de retroceso para nuestro pueblo, así como de peligro de la vida democrática e institucional de nuestro país.
Hay síntomas de unidad posible: Luis Delía, enfrentado hace tiempo con el Kirchnerismo, llamó a un plan de acción para evitar la condena. La CGT, un espacio cuya conducción está insospechada de kirchnerismo, emitió un comunicado de apoyo. La CTA hizo lo propio. El Moyanismo y la Corriente Federal de Trabajadores, fueron en la misma línea, advirtiendo días atrás, junto a una de las regionales de CGT (la de la Zona Oeste del Conurbano Bonaerense) que estaba en marcha un plan de golpe institucional encabezado por AEA, UIA, la SRA y el Pro, entre otros.
"Cristina Kirchner expresa la concepción democrática de lucha y conquistas populares propia de la historia de nuestro pueblo. Prohibirla es romper el contrato social no escrito de convivencia pacífica de Argentina"
La UOM debate internamente la posibilidad de convocar a un paro. Las organizaciones nucleadas en la coordinadora La Patria es el Otro también están dispuestas. Algunos movimientos sociales comienzan a manifestarse en ésta misma línea. Se espera la necesaria y urgente definición política del Movimiento Evita.
Existen posibilidades políticas para una unificación de acciones que permitan quebrar el empate catastrófico que empantana al pueblo en una grieta sin solución política que busca ser el bloque de contención para lograr la latinoamericanizacion de las relaciones laborales argentinas, y el retorno a un esquema de valorización financiera que tiene pocos ganadores y una sola gran víctima: Nuestro Pueblo.
Toda instancia que no aporte a la unidad y a la consolidación de un plan de lucha, atenta contra la democracia y la paz social de Argentina.