Paritarias: acordaron un aumento del 42% para las Trabajadoras de Casas Particulares
Por Ines M. Notarstefano
Ayer se acordó en la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares un aumento para las Trabajadoras de Casas Particulares de un 42%, el mismo será aplicado en cuatro tramos: el primero de un 13% desde el 1 de junio del 2021 con incidencia en el primer aguinaldo de este año, el segundo tramo de un 12 % desde el 1 de septiembre del 2021, el tercero de un 5% desde el 1 de diciembre del 2021 con incidencia sobre el segundo aguinaldo del año y el cuatro tramo será de otro 12% desde el 1 de marzo del 2022. También se incrementó el adicional por zona desfavorable (La Pampa, Rio Negro, Chubut, Neuquén, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur y Partido de Patagones en la Provincia de Buenos Aires) que pasará a ser de un 30% desde 1 de junio del 2021. Además, constituyendo un hito novedoso y haciendo lugar a un reclamo histórico se estableció un adicional remunerativo por antigüedad, éste será de 1% anual por cada año de antigüedad a pagarse desde el 1 de septiembre del 2021 y para todas aquellas trabajadoras que hayan ingresado a trabajar antes del 1 de septiembre del 2020. Y por último, se agregó una clausula de revisión por eventuales desfasajes que se activará en marzo 2022.
La ley 26.844 sancionada en el año 2013 que regula la actividad laboral de las TDCP puso en funcionamiento la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares (CNTCP) en 2015. Esto constituyó una instancia de negociación colectiva para el sector que antes no existía. Esta comisión tomó la forma de un diálogo social tripartito que cuenta con tres distintas partes que se sientan a negociar: los sindicatos que representan a las TDCP, asociaciones civiles como representantes de los empleadores (SACRA y EMTRACAP), y por último y con mayor caudal de votos en las decisiones, el Poder Ejecutivo Nacional a través de representantes de los Ministerios de Trabajo, Desarrollo Social y Economía. De esta forma los salarios dejaron de fijarse unilateralmente por el poder ejecutivo nacional y las sucesivas mesas de negociación de la CNTCP brindaron un escenario institucionalizado para que se planteasen las demandas de un adicional por antigüedad, de viáticos, de la estipulación de normas de higiene y seguridad, y también de la ampliación de la cobertura del subsidio al transporte de las trabajadoras registradas a través de la tarjeta SUBE (abonan un 55% del valor normal del pasaje y algunas localidades no están alcanzadas).
En nuestro país el sector es una relevante fuente de empleo y 1 de cada 5 mujeres se ocupan en él. La tasa de no registración continua siendo elevadísima, un 76,8%, traduciéndose en más de 1 millón de trabajadoras no registradas que ven afectados sus derechos laborales y de la seguridad social.
Todas las relaciones de trabajo entre empleadoras o empleadores y trabajadoras de casas particulares deben ser registradas ante la AFIP sin importar la cantidad de horas que presten tareas y dicha registración ante la AFIP es compatible con la percepción de la Asignación Universal por Hijo, la Asignación Universal por Embarazo, la Tarjeta Alimentar y programas como el Potenciar Trabajo (reúne a los programas Hacemos Futuro y el Salario Social Complementario e incluye ex Argentina Trabaja, ex Ellas Hacen y ex Proyectos Productivos Comunitarios) y el Acompañar para víctimas de violencia de género.
La CNTCP resulta un escenario de representación, diálogo y negociación para la discusión salarial -en esta ocasión con un aumento 7% superior al fijado un mes antes para el salario mínimo vital y móvil- y para el reclamo y establecimiento de otros derechos como los adicionales por antigüedad y por zona desfavorable.
La laboralización y mejora de la condiciones de este conjunto de trabajadoras precarizado y feminizado interpela, entre otros, de distintos modos y con distintas responsabilidades, a agencias estatales (por citar algunas de ellas: AFIP, ministerios de trabajo, de las mujeres y de economía -y su dirección de economía, igualdad y genéro-), al sindicalismo y al movimiento feminista. En el terreno sindical una novedad que se dio este año a través de la negociación colectiva (SITRAJU y poder judicial de CABA) fue la modificación al convenio colectivo de los empleados judiciales de la Ciudad de Buenos Aires que permite la opción destinar el subsidio que ya se encontraba otorgado para jardines de infantes a la contratación de una TDCP de la categoría cuarta correspondiente a cuidado de niñas y niños acreditando formalmente su registro. Múltiples actores y en múltiples escenarios deberán continuar esforzándose por avanzar en la registración masiva de todas aquellas trabajadoras que aun no lo están, para que definitivamente las trabajadoras de casas particulares dejen de ser la chica que ayuda en casa, vestidas de cierta familiaridad para sustraerlas del orden público laboral y de la autonomía colectiva, y emerjan como un colectivo de trabajadoras con condiciones de trabajo dignas que desarrollan tareas fundamentales para la generación de riquezas y el sostenimiento de la vida en un sistema integral de cuidados.