"Piumato pasó de denunciar a la corporación judicial a realizar una alianza con ella"
Por Enrique de la Calle
APU: Vencieron a la lista de Piumato en el Fuero de Trabajo. ¿Cómo explica ese triunfo?
Juan Contartesi: Por varias razones. Primero te diría que por el lento pero continuado proceso de desintegración del cuerpo de delegados de base. Cada vez más, el gremio se va convirtiendo en un solucionador de problemas individuales y cada vez más, va dejando de lado el accionar colectivo que supone un cuerpo de delegados aceitado y funcionando. Segundo, la desconfianza creciente de los judiciales en sus dirigentes. Las contradicciones y ambigüedades respecto de temas como el traspaso de la justicia a la ciudad por ejemplo, sin duda deterioran la relación afiliado-dirigente. Tercero. Los cada vez más difíciles de explicar vaivenes del Secretario General Julio Piumato, que no tiene problema de pasar por 678 a defender el impuesto a las ganancias, a pasar a liderar marchas contra el mismo.
Cada vez es más dudoso para más compañeros que semejantes cambios de rumbo no conlleven motivaciones de índole personal. Y en esas razones los compañeros también comienzan a desconfiar de los dirigentes medios de la Marrón, a quienes terminan viendo como meros escudos protectores de una conducción que hace y deshace a su antojo. Y dejo para el final la última de las causas: las terribles condiciones de trabajo en que los compañeros se empeñan en seguir brindando justicia laboral a los argentinos. Quién tenga una imagen del Poder Judicial de gigantes y decimonónicos mobiliarios en un ambiente de silencio sacro sólo roto por el ruido del cristal de una copa…. nunca pisó un juzgado laboral… Es la antítesis. Sin toner, sin impresoras, sin espacio físico, sin aire acondicionado, sin luz natural, esquivando expedientes para poder hacer pis en un baño arruinado, soportando el mal humor y hasta las agresiones de algunos abogados que nunca terminan de entender que no debe buscar en el compañero de mesa al responsable del retraso de su expediente. Con miles de causas acumuladas y escasez crónica de empleados. Con horarios que lejos de las 6 horas se extienden a 7, 8, 9, sin que sean reconocidas como horas extras; con un récord de licencias psiquiátricas por estres… Y como respuesta gremial, un sindicato cada vez más lejano, más inaccesible.
Frente a este panorama, las dos listas opositoras que enfrentamos a la Marrón en la última elección –la lista Celeste y la lista Bordó-Naranja- comenzamos un proceso de discusión política que desembocó en la presentación de boleta única: la Lista Tricolor que se impuso a la Marrón con el 56% de los votos.
APU: ¿Cuál es la importancia de ese fuero, en términos gremiales?
JC: El fuero del trabajo tiene una importancia simbólica muy fuerte. Es el fuero que crea Perón para la defensa de los derechos de los trabajadores. Durante años fue considerado por la “familia judicial”, léase la “corporación judicial”, como un fuero “menor”. Sus jueces y sus empleados eran considerados “simples” estatales. Su origen y su historia lo convierten en el fuero más democrático ya que a diferencia del resto del Poder Judicial, no se ingresaba por portación de apellidos. Se ingresaba –se ingresa- por medio de un examen que igualaba socialmente las posibilidades. Eso ha hecho que se nutra de gente “común” mucho más permeable a los problemas cotidianos y sobre todo, mucho más permeable a la política. Aquí llegamos entonces a la segunda característica: El fuero laboral es el más politizado. Y tercero, es el segundo más importante en cantidad de trabajadores.
APU: Piumato perdió en otro fuero además. ¿Cómo explica esa derrota de un dirigente con larga trayectoria en el sindicalismo judicial?
JC: Es verdad. Perdió en Laboral, en Penal, y en Previsional ganó por escaso margen, perdiendo en uno de los dos edificios. Y ya había perdido en Federal Civil y Comercial.
La lista Marrón lidera hace 27 años la UEJN. No hay que ser un gran estudioso del sindicalismo para entender que sin renovación de cuadros, y sin profundizar la organización y la democratización desde la base hacia arriba, la burocratización es inevitable. La Marrón fue en su momento una bocanada de aire puro. Ganó las elecciones y comenzó un crecimiento envidiable, tanto en términos materiales como político-sindicales. Reorganizó el cuerpo de delegados de abajo hacia arriba y le dió lugar destacado a las nuevas generaciones de militantes. Mientras tanto, políticamente, luchaba contra las políticas neoliberales de Menem….Hasta que en un momento, hace ya varios años, algo falló en el delicado equilibrio de pesos y contrapesos que componían esa alianza de distintos sectores que era la marrón, y poco a poco, comenzó un lento proceso que desembocó en la UEJN que hoy conocemos.
Triste, escuálida en logros, con una dirigencia que actúa prácticamente en forma rutinaria y mecánica, por mera inercia y que acepta con resignación que una sola persona decida qué está bien y qué está mal para los empleados judiciales. Tan lejos de aquellos ideales con que en 1990 la lista Marrón ganó la UEJN con la convicción de que otra historia era posible.
APU: ¿Cree que la posición ambigua de Piumato sobre el traslado de la justicia nacional a la justicia de la ciudad hizo que perdiera apoyo en los fueros donde fue derrotado?
JC: Sin dudas… Para nuestro fuero, el traspaso significa la casi liquidación del mismo. Su desmembramiento en 4 partes (federalizado una parte, a previsional otra, a la ciudad una tercera y residual nacional la cuarta), siempre guiándonos por trascendidos ya que no hay información ni oficial del gobierno, ni de la conducción del sindicato. Hay una sensación de angustia ante un futuro incierto en un marco de un fuero devastado y una conducción del sindicato que no da respuestas.
APU: ¿Que lectura realiza de la relación de Piumato con Ricardo Lorenzetti, el presidente de la Corte Suprema de Justicia?
JC: Hubo dos hechos que marcaron esta relación y que no han pasado desapercibidos para los judiciales. Primero, en otro de los vaivenes del Secretario General, de denunciar a la corporación judicial, pasa a una alianza con la misma. Lo que no quedaba tan claro era los términos de esa alianza. Aumento tras aumento, fracaso tras fracaso ante los reclamos del sindicato, esa duda se fue haciendo certeza: la relación de esa alianza era desigual para los trabajadores. Arriba ellos, abajo nosotros. Y segundo, y punto de quiebre, fue el último aumento obtenido. Piumato anunció eufórico un 10% y mientras intentaba convencer a los judiciales de que ese 10% era un logro frente a la disparada inflacionaria del gobierno de Macri, Lorenzetti lo sorprende otorgando un 15% !!! un 5% más que el propio gremio…. Para reir si no fuera para llorar…
En síntesis, la relación de Piumato con Lorenzetti parece más personal entre ambos y funcional a sus necesidades políticas, que a las necesidades de las corporaciones que ambos encabezan.