Becarios CONICET: "Macri es el pasado"
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La presente coyuntura política, que nos coloca frente a un escenario de ballotage para elegir al futuro presidente el próximo 22 de noviembre, no nos resulta ajena. Los becarios, investigadores, trabajadores administrativos y personal de apoyo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Universidades Nacionales y otros institutos de investigación y formación abajo firmantes queremos ser parte de la discusión sobre el proyecto de país que está en juego en estas elecciones y sobre el papel de la Ciencia y Técnica en una Nación que pugna por desarrollarse. Aún con sustantivas divergencias en nuestras posturas políticas, con distintas trayectorias y presentes académicos e incluso con heterogéneas experiencias producto de nuestro despliegue en todo el territorio nacional, entendemos que el triunfo del candidato a la presidencia del frente Cambiemos, Mauricio Macri, significaría un enorme retroceso para el sostenimiento y la profundización de las políticas que hoy encarnan el CONICET y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
El CONICET, en tanto organismo nacional que promueve la ciencia y la tecnología en el país, otorga becas de distintas disciplinas para la realización de estudios e investigaciones científicas de doctorado y posdoctorado. En los últimos doce años, el sector de Ciencia y Tecnología fue jerarquizado: entre 2003 y 2014, tanto las becas doctorales como las posdoctorales se cuadriplicaron; en el año 2003, sólo había 2371 becarios de CONICET en todo el país. Además, en el mismo período se duplicó la cantidad de investigadores. Hoy integramos CONICET un total de 9507 becarios, 8508 investigadores, 2425 técnicos (personal de apoyo) y 1371 administrativos. Sin ir más lejos, este año se anunció la incorporación de 830 investigadores, 11% más que en el 2014. Fueron hechos significativos la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en diciembre de 2007, el aumento del presupuesto destinado a ciencia (del 0,3 al 0,6% del PBI) y a educación (del 3,7 al 6,5% del PBI), el impulso del Programa Raíces, que significó la repatriación de 1.150 científicos argentinos, y la construcción y equipamiento de institutos de investigación (más de 35.211 m2 ya construidos). Asimismo, la existencia de un plan nacional de Ciencia y Tecnología, el plan Argentina Innovadora 2020, establece las líneas de investigación estratégica y da pautas a las políticas del sector.
Por supuesto que esto no es suficiente. Tenemos importantes desafíos por delante, que indican la necesidad de mejorar las condiciones de trabajo y remuneraciones, garantizar mecanismos de discusión paritaria y afianzar el vínculo entre el sistema científico, la educación y docencia y la esfera productiva, entre los principales. Como integrantes del sistema científico nacional pugnamos por la continuidad y profundización de las políticas que apoyan la investigación, la ciencia, la técnica y la innovación productiva en nuestro país, medidas imposibles de sostener en el marco de un modelo económico excluyente, de libre mercado y endeudamiento externo.
Ante el escenario planteado, y a sabiendas de que muchos de los destructores y privatizadores de la educación y la ciencia en nuestro país están hoy en las primeras filas del equipo de Cambiemos, nuestro posicionamiento en estas elecciones es claro: para construir un futuro mejor para los argentinos, el primer paso es no volver atrás, y Mauricio Macri es el pasado.