Ignacio Sánchez: “¿Y si el agua no es imprescindible para la vida?"
AGENCIA PACO URONDO conversó con el investigador y químico Ignacio Sánchez sobre el trabajo realizado por el CONICET, en articulación con la NASA, sobre la posibilidad de encontrar rastros de vida en otros planetas.
Agencia Paco Urondo: ¿De qué se trata este descubrimiento presentado en estos días sobre la posibilidad de entender que puede haber vida en otros planetas de una forma que hasta ahora no se lo no se consideraba?
Ignacio Sánchez: Lo que hicimos amplía las posibilidades de vida, no la descubrimos en ningún lugar del universo, simplemente ampliamos las ideas de cómo es que puede llegar a ocurrir eso. Desde la ciencia, nos mirábamos el pupo cuando buscábamos vida en el universo. Nuestra vida se basa en el agua, todos los seres vivos estamos formados por células que tienen agua dentro y esa agua es absolutamente necesaria.
La primera dirección en la que empezamos a buscar vida en otros lugares fue siguiendo al agua. Si hay agua en algún lugar, existe al menos la posibilidad de vida. Junto con otras personas, tratamos de ampliar un poco el horizonte. Dijimos ¿y si el agua no es imprescindible, sino solamente una de las muchas posibilidades? Ahí, los especialistas en cada en cada campo de la Biología, aportan su granito de arena.
Nosotros somos especialistas en proteínas, llevamos trabajando en ellas casi 30 años, y nos convocó este problema. Pensamos que podría haber proteínas, esas moléculas que son las responsables de que todo ocurra en nuestras células en tiempo y forma, en otros solventes. Nos preguntamos si podría haberlas en alcohol, en cloroformo, en amoniaco, en ácido sulfúrico. Si esa respuesta es “podría ser”, no solamente tenemos que ir a mirar en planetas donde hay agua sino también en otros con un mar de hidrocarburos, de nafta. Nos preguntamos si no es restrictiva la corriente principal de pensamiento, si eso no es pensar que toda vida va a ser como la vida en la Tierra.
APU: Es un trabajo de muchos años.
I.S.: Este es un trabajo que vuelca una experiencia de vida. En la Astrobiología participa una comunidad de personas que vuelca sus conocimientos de la Biología en la Tierra para preguntarnos qué es lo que hay ahí afuera. Volcamos los conocimientos de cerca de 30 años en un proyecto que se desarrolló a lo largo de 2023, pero que no podría haber existido sin toda esa experiencia anterior. Nuestra experiencia tiene que ver con cierta combinación de teorías que nos explican en qué condiciones podemos encontrar proteínas.
Esas teorías van poniendo condiciones a lo posible. Suena un poco esotérico, pero pongo un ejemplo de lo que quiero decir con condiciones. Si queremos agua líquida, tenemos que estar en temperaturas entre 0 y 100 grados, entre el punto de fusión y el punto de ebullición. No nos sirve el hielo, no nos sirve el vapor. Podríamos decir que si la vida necesita agua líquida, sólo se puede dar entre 0 y 100 grados.
Ahora, estas teorías imponen condiciones adicionales. Para algunos líquidos, las proteínas pueden existir en todo el rango en el que esa sustancia es líquida (más o menos lo que sucede con el agua) o quizás, en nada más una parte de ese rango de temperaturas donde las sustancia es líquida. Eso es una condición más dura y nos parece menos probable que existan proteínas y, por lo tanto, pueda existir vida en ese otro solvente.
Son cálculos que repetimos para el agua y para 53 solventes más. Buscando puntuar, hacer una tabla de posiciones de en qué solventes es más probable la vida y en que solventes es menos probable. Esperábamos que el agua, que nos parece muy especial como seres humanos y personas que trabajan en biología, saliera muy arriba, quizás la primera. Y que quizás haya otros solventes donde fuera imposible que haya vida, pero no fue así. En todos los solventes, en todas las sustancias que analizamos, es posible la vida. Y el agua queda en la parte de arriba, pero no la primera.
De acuerdo con esta teoría no es el mejor solvente para las proteínas, lo cual fue una sorpresa.
APU: ¿Cuál es el principal solvente, el que está primero en ese ranking?
J.S.: Es un hidrocarburo que se llama benceno. Quizás lo más relevante de todo es que todos los solventes superaron la prueba, así que si en el futuro descubrimos un planeta donde no hay agua pero si hay, por ejemplo, benceno, tendríamos que ir a buscar signos de vida. En principio, es posible.
APU: Según el planteo de ustedes, se podría buscar vida en más planetas de los cuales se buscaron hasta ahora.
J.S.: Es como que antes estábamos restringiendo mucho la búsqueda y ahora la tenemos que ampliar. Tras este trabajo, las probabilidades de vida tal vez se hayan multiplicado por 50. ¿Significa eso que la hayamos encontrado? No, significa que hay más trabajo para quienes la están buscando. Quizás no sea una revolución, pero es un resultado que contribuye a orientar la búsqueda.
APU: ¿Este es un trabajo que lo realizan investigadores argentinos o hay una articulación con otras organizaciones?
J.S.: La iniciativa fue de nuestro grupo de investigación que es 100% argentino. Fuimos a relacionarnos con el Instituto de Astrobiología de la NASA buscando varias cosas: un foro de discusión con personas interesadas en hablar de estos mismos temas, quien pueda escuchar los resultados y también una contribución a la financiación. No es que la NASA se vino a comprar un grupo de investigación de Argentina sino que al Instituto de Astrobiología de la NASA le pareció interesante contribuir a lo que estábamos haciendo. Sin ellos habríamos podido, pero quizás habríamos llegado a mucha menos gente. Sin la universidad y sin el CONICET definitivamente no habríamos podido hacer esto.
APU: El financiamiento es 100% del CONICET.
J.S.: Los sueldos son del CONICET y de la UBA, también hay financiación para los viajes, los insumos, la comunicación de los resultados. Esto es compartido entre la Agencia Nacional de Promoción Científica y Técnica y el Instituto de Astrobiología de la NASA.
APU: ¿Para qué y por qué es importante ampliar este campo de posibilidades de búsqueda de vida?
J.S.: Los seres humanos respiramos, necesitamos agua, que es nuestro solvente, necesitamos comida. Necesitamos un techo, tenemos necesidades que quizás compartimos con muchos otros seres vivos, pero el ser humano va más allá. Se pregunta sobre la vida, el universo, produce arte. Mira las estrellas y se pregunta qué es lo que hay ahí. Este trabajo atiende a esas preguntas, pero no solo eso. La ciencia, tanto la investigación básica como la tecnología, van siempre juntas. La tecnología hace usos de lo que se descubre en la ciencia de maneras imprevistas. Lo que hoy parece que no tiene una aplicación práctica, lo puede tener mañana. Crear conocimiento, la capacidad de resolver problemas y hacerse preguntas, en general, nos beneficia como especie y entiendo que también como país.
“¿Y si el agua no es imprescindible, sino solamente una de las muchas posibilidades?”.
APU: ¿La investigación puede permitir algún desarrollo en relación al propio planeta, teniendo en cuenta que pueda atender problemas vinculados con el agua y las posibilidades de reproducir la vida, se podría pensar alternativas hacia un escenario más catastrófico?
J.S.: En relación al agua, diría que más nos vale cuidarla porque nuestra vida en concreto depende del agua. Si nuestra vida desaparece del planeta, podrían surgir otras basadas en otros líquidos, en otros solventes, en principio. Es más, nuestro estudio nos lleva a preguntarnos: antes de que hubiera vida en la Tierra, la que conocemos ¿No será que pueden haber surgido otras basadas en otros líquidos y que al final la nuestra, la que se basa en el agua, es la que copó la parada? No lo sabemos, pero pensamos que nuestros resultados nos ayudan a preguntarlo.
APU: Esta vida así tal cual la conocemos, basada en el agua ¿Podría estar basada en otro tipo de solventes?
J.S.: Sería totalmente distinta. Es muy dudoso que nos podamos trasplantar a una vida basada en etanol y haya evolucionado para dar lugar a una especie como nosotros. La evolución es un proceso histórico, con cosas que se dieron a la vez y llevaron por un camino. Hay un montón de bifurcaciones en los 4.000 millones de años que lleva existiendo esta vida. Pensar que otra vida haya tomado esas mismas elecciones y que nos podríamos cambiar fácilmente, no lo veo muy probable.
APU: Hasta acá, científicamente ¿Cuánto se acepta en torno a la existencia de vida similar a nosotros, de seres con inteligencia?
J.S.: La ciencia acepta la pregunta, es una pregunta legítima. No es cualquier cosa preguntarse qué hay allá afuera, si hay vida inteligente o cuán lejos. Desde algún punto de vista ¿No sería extraño que de los billones de galaxias y adentro de cada galaxia, los billones de planetas que hay, seamos los únicos? Sería rarísimo. en mi opinión.
Me parece que está buenísimo preguntarse si hay vida inteligente en otros planetas y que eso nos va a ayudar a entendernos a nosotros. Déjame que regrese al principio de la pregunta. Yo empecé esta historia hace un par de años sabiendo de proteínas, no sabiendo tanto de Astrobiología, de vida extraterrestre, pero bueno, los seres humanos somos capaces de aprender y de llevar el conocimiento de un lado a otro y e ir haciendo aportes.
APU: ¿Es importante que Argentina trabaje sobre este tipo de preguntas o Argentina y su ciencia deberían trabajar sobre otras más específicas relacionadas a su tipo de desarrollo?
J.S.: Me parece que es una buena pregunta. Habrás escuchado alguna vez eso de que se juega como se entrena. Si queremos ser otro tipo de país, uno que viva un poco más cómodo, de una forma más estable, tenemos que apuntar a entrenar como tal, para un día llegar a salir a la cancha así. Está bueno participar de las discusiones que se dan en la ciencia internacional un poco por eso, hablar con los grandes. Obviamente, en Argentina y en todos los demás sitios, los recursos no son infinitos y pasa que se toma la parte por el todo.
El sistema científico argentino está constituido por decenas de miles de personas. ¿Está bueno tratar de ir a arbitrar qué hace cada una de ellas? Creo que está bueno manejarlo de forma global, pensar que tiene que haber una cierta diversidad, personas que se dediquen a cosas muy tecnológicas aplicadas, otras que se dedican a las ciencias exactas, quienes se dedican a las ciencias humanas como la economía, personas que hagan investigación por crear conocimiento y capacidades, que eso también contribuye muchísimo a la calidad de la docencia.
Pienso que está bueno dejar que, dentro de un orden, los investigadores e investigadoras busquemos temas interesantes para aportar. Si nos ordenamos al extremo, si el gobierno de turno dijera solo se puede trabajar en los temas A, B y C, estaríamos encajando tornillos en agujeros cuadrados y no estaríamos aprovechando nuestro capital humano. Está bueno que haya un grado de organización desde arriba, pero también tiene que haber un ida y vuelta. Hay una comunidad de decenas de miles de personas que conoce cosas, sabe hacerlas, es capaz de apreciar oportunidades y hay que dejar que la ciencia y la tecnología se construyan también desde abajo.
“Estamos tratando de desarrollar conceptos de biofirmas que se puedan usar para buscar vida en esas sustancias”.
APU: Me decías que la ciencia acepta la pregunta, acepta la posibilidad, pero cuánto acepta de estas cuestiones que han salido muchas veces en la prensa, la existencia extraterrestre o alguna experiencia particular.
J.S.: Si hablamos de contactos concretos de personas con vida extraterrestre, hasta el momento lo que tenemos son testimonios personales que (hasta donde yo sé) no están acompañados de pruebas materiales donde se pueda aplicar el método científico, quedan como en otro terreno. Si hablamos de fotos de platillos volantes, tampoco contamos con evidencia sólida que nos permita decir que hay naves extraterrestres orbitando la Tierra. Quizás hace 30 años te habría respondido que puede ser, pero hoy en día con la cantidad de cámaras que llevamos en el bolsillo todo el tiempo me resulta un poco sorprendente que si hay naves extraterrestres por acá, nadie les haya sacado 5 millones de fotos. Nada te dice que mañana no ocurra.
APU: Me refería a investigaciones que no tienen que ver solamente con lo que puede pasar en el planeta, sino a partir de estudios en otras galaxias: creo que era un asteroide del cual se decía que por los movimientos podría tener características de inteligencia no terrestre.
J.S.: Creo que te estás refiriendo al asteroide que tiene este nombre tan divertido: Oumuamua, que había quien interpretaba que se movía raro, que podía llegar a ser una nave espacial. Hay otras interpretaciones alternativas que dicen que nada más es un asteroide. No hay prueba concreta de que ese asteroide o esa nave contenga vida o fuera algo artificial. Cada tanto, hay reportes de que en tal planeta se encontró tal compuesto químico que podría ser indicador de vida. Son más bien indicios compatibles con la vida, pero que también se podrían explicar por procesos que no son vida. Entonces, el jurado todavía no decidió, como dirían los anglosajones.
APU: Decías que la NASA les permitió una caja de resonancia muy grande ¿Cuáles son los pasos próximos del proyecto?
J.S.: Quizás otros investigadores van a decir “qué piola, ustedes, nosotros teníamos una cierta cantidad de planetas para buscar vida porque había agua y ahora tenemos que buscar en 50 veces más. ¿Cómo buscamos?”. Eso tiene que ver con lo que se llama biofirmas.
Ciertos compuestos químicos, comportamientos de huellas en una roca, comportamientos de una sustancia que sean indicios fuertes de que allí hay o hubo vida en algún momento. Lo que nosotros proponemos es la existencia de proteínas en otros líquidos, estamos tratando de desarrollar conceptos de biofirmas que se puedan usar para buscar vida en esas sustancias.
APU: ¿Hasta donde alcanza nuestra mirada cuando buscamos y revisamos planetas en busca de rastros de vida?
J.S.: Está enfocada en nuestra galaxia porque es donde podemos ver mejor. Ella sola ya es una cosa enorme, una cosa de locos la cantidad de planetas donde habría que buscar, pero también es una cosa de locos la cantidad de galaxias que existen. Estamos mirando en un lugar muy grande, sabiendo que hay billones de lugares tan grandes como ese o más. Recién empezamos, de alguna manera.