"Cuentan que Bonadio tiene información que compromete a Gianfranco Macri: ¿Jugará esa carta?"
Por Enrique de la Calle
APU: Realizó en la revista Crisis un perfil del juez federal Claudio Bonadio. Se sabe de sus vínculos con sectores del peronismo, su relativa autonomía, sus relaciones sospechadas con la embajada norteamericana. ¿Qué es lo primero que podría decirnos de él?
Diego Genoud: Es un tipo que pudo sobrevivir un cuarto de siglo en Comodoro Py. Es un sobreviviente de la primera camada junto a Servini de Cubría y Canicoba Corral. El resto fue quedando en el camino. Tiene mucha cintura política, con muchos contactos en la política local pero también fuera de ella. No agota sus vínculos en la política doméstica. El caso de los cuadernos debe leerse en esa clave, no se lo puede recortar a la realidad doméstica. Siempre fue funcional al poder de turno, excepto en los dos últimos años de Cristina, donde avanzó contra ella y contra funcionarios del Gobierno.
APU: En un contexto donde se terminaba el mandato de CFK, las intervenciones de Bonadio pueden leerse en un intento de adecuarse a los nuevos tiempos que venían...
DG: Él juega en la política local. Sus movimientos se pueden ver en sintonía con Macri, con Pichetto o con Massa. Él es un hombre del peronismo que llegó a lo más alto gracias a Carlos Corach (y Carlos Menem), pero esa relación no terminó bien. "Es un hombre complicado", suele repetir Corach. No sé a qué se refiere. Bonadio llegó al poder y luego hizo su juego.
APU: Lo que es cierto, en el caso de Bonadio, que si bien él es funcional al poder de turno, como prácticamente toda la justicia federal, va más allá. Es muy temerario en su accionar, sobre todo con Cristina. ¿Ve ahí algo propio de la disputa política, o hay algo más?
DG: Bonadio trabaja desde su lugar para el poskirchnerismo. Y trabaja dentro de la interna peronista. Es muy sintomático que pida la detención de CFK cuando (el senador) Pichetto tiene las llaves de esa detención por el tema desafuero. Pudo meterla presa durante dos años y no lo hizo. Y sabemos que Bonadio no se atiene mucho a derecho. Está en un lugar político. Apuntan mucho a su relación con Laura Velásquez, que es titular de la Fundación de Estudios Políticos, Económicos y Sociales para la Nueva Argentina (FEPESNA). Esa ONG organiza eventos donde puede aparecer Bonadio. Ella tiene una relación de larga data con Pichetto y Bonadio.
APU: Usted dice que tiene diálogo con sectores del peronismo. Nombró a Pichetto. ¿Con quién más?
DG: Con Massa también, sin dudas. Es graciosa una anécdota de 2015, en plena campaña, cuando Massa le tira a Bonadio que estaba jugando con Daniel Scioli. Cuenta Massa que se lo cruzó al juez en una estación de servicio y le dijo que iba a cenar a lo de Scioli. Es gracioso cómo usó esa historia, ese gesto de contar una charla privada donde Bonadio le cuenta algo que era de su intimidad. Bonadio tiene una relación con Massa, eso es seguro.
APU: ¿Cuál es su hipótesis de por qué Bonadio no metió presa a Cristina cuando no tenía fueros?
DG: Porque le sirve más mostrarla a Cristina acorralada judicialmente. No creo que la tesis sea meterla presa. Insisto: desde su lugar es un actor más de la interna del peronismo. Cuando ves al peronismo no kirchnerista, que se está rearmando, aparece con claridad el intento de una negociación con Cristina. Hoy, no tienen la posibilidad de ganarle por los votos. Desde las encuestas, está muy debilitado ese peronismo. Tienen los diez puntos de Massa y no mucho más. En una entrevista, Diego Bossio me dijo: "Está generando músculo para lo que vayamos a hacer en 2019. Vayamos a negociar o no".
APU: Y Bonadio juega en esa negociación compleja.
DG: No tengo dudas. Es un actor externo pero forma parte de ese entramado. ¿Qué aporta Bonadio? Dejarla tranquila judicialmente.
APU: ¿Cuál es su posición sobre el macrismo? Hasta acá se muestran como aliados tácticos aunque algunos sostienen que la causa de los cuadernos podría traer alguna sorpresa para Mauricio Macri.
DG: Él se considera parte del peronismo, se identifica con un sector del justicialismo. No lo quiere nada a Macri. Él aborrece a los empresarios que crecieron bajo la teta del Estado. En la causa de cuadernos, Bonadio tiene la posibilidad de golpear a algún empresario que excede al kirchnerismo. Si lo va a hacer o no, no lo sé. Pero no lo descarto. Me dice gente del poder judicial que Bonadio tiene en carpeta a Gianfranco Macri (hermano del presidente). Hasta acá los empresarios no kirchneristas no pasaron mayores problemas. Se dice que hay un informe de AFIP que demuestra que Gianfranco no puede justificar la plata que ingresó al blanqueo (se calcula que blanqueó 600 millones de pesos). Ese informe estaría en manos de Bonadio y podría llamarlo a indagatoria. ¿Jugará esa carta?
APU: Decía al principio que Bonadio tiene una pata adentro de la rosca política argentina y otra afuera. ¿Cuál es su vínculo con sectores del poder norteamericano?
DG: Él se muestra en la embajada norteamericana, no es el único juez que hace eso. Además, dicen sus amigos, tiene relación con sectores de la CIA y con el Departamento de Justicia. ¿Qué implican esas relaciones? No lo sé, no puedo decir hasta dónde llegan. Se mueve como si fuera un intocable. Se ha peleado con (Jaime) Stiuso o Nisman. No es un pichi. Juega fuerte.
APU: En la nota de Crisis, se refiere a un vínculo de Bonadio con Rodolfo Galimberti.
DG: Tuvo una relación, no sé en qué momento empezó. Fue en la década de los 90. Practicaban tiro juntos. Tuvieron una relación larga. Si uno piensa en teorías conspirativas, cuando Bonadio procesó a Vaca Narvaja, Firmenich y Perdía, estaba procesando a los enemigos de Galimberti en la interna de Montoneros. Y lo hizo a un año de la muerte de Galimberti, como casi un homenaje. Hay una anécdota, donde Bonadio se pelea en un restorán con tipos que cuestionan a Galimberti.
APU: Por último: ¿Cuál es su vínculo con el Grupo Clarín?
DG: Realmente no lo sé. Se acompla a una pelea entre Clarín y el kirchnerismo que venía de antes. Me parece que está claro en la sobreactuación en el caso de Guillermo Moreno, que es como un enemigo declarado de Clarín. Bonadio negocia pero no se deja llevar por delante por nadie. Reivindica un lugar de autonomía. Y pase lo que pase, siempre está inscripto en un juego político, más allá de las bravuconadas.
APU: Ahora, sí. Un bonus track: se dijo que tenía los trámites listos para jubilarse. Después de todo lo que hablamos: ¿Se imagina a un hombre así jubilado, fuera de escena?
DG: Tiene los trámites terminados. Depende de él. Me parece que intenta con la causa cuadernos reinscribir su propia vida. Además, es una causa con peso que va más allá de la Argentina. No se la puede pensar sólo con la mirada doméstica.