D'Alessio sabía cómo fallaría la Cámara Federal en la Causa Cuadernos
Los escándalos al alrededor de Marcelo D'Alessio no paran de salir. Ahora se conoció uno ligado a lo que se conoce como la "Causa Cuadernos". La Prefectura Naval peritó los teléfonos del operador judicial y descubrió que escondía un polémico documento.
El periodista Rodis Recalt reveló en Perfil que, entre las cosas que encontraron los peritos, estaba la copia de un fallo clave de la Cámara Federal. La tenía incluso antes de ser firmada por los magistrados.
La información apareció cuando se analizaba el teléfono iPhone 8 Plus que pertenecía D’Alessio. Allí se encontró un archivo con el nombre “E32502B9-6A83-4DBF-B37B-AC3E5A763A12.jpg” que tenía fecha de creación el 14/12/2018, seis días antes de conocerse la sentencia de la Sala 1 de la Cámara Federal.
El archivo recuperado era una foto de un papel que decía: “Asociación ilícita funcionarios de planificación, Wagner y Clarens. Empresarios quedan fuera de la asociación ilícita. -Libertad-. Falta decidir situación de Oscar Thomas. Pronunciamiento crítico hacia Bonadío -un párrafo en especial-. Falta de Mérito Oyarbide, Parrilli, Taselli, Mayoral”.
D'Alessio habría investigado a Vidal
Los celulares del operador judicial Marcelo D'Alessio aparentemente tienen de todo y hablan de todos y todas. Nadie quedó a salvo de ser espiado de forma ilegal. Ni siquiera los propios intengrantes de Cambiemos.
En su columna del diario La Nación, el periodista Carlos Pagni reveló que entre los documentos que peritó el juez Alejo Ramos Padilla habría una investigación sobre María Eugenia Vidal.
De confirmarse que el espía cercano al macrismo operaba contra la gobernadora bonaerense el escándalo puede escalar a niveles inesperado.
"Ramos Padilla se encuentra con informes de inteligencia de cuestiones que tienen que ver con la vida de Maria Eugenia Vidal", lanzó Pagni en La Nación y encendió las alarmas en el oficialismo.
"Si esto fuera así, quiere decir que estamos en presencia de un espionaje clandestino entre gente del Gobierno contra gente del Gobierno, o de gente de Cambiemos contra gente de Cambiemos", analizó.
"No soy arrepentido de nada", declaró el exdirectivo de la petrolera PDVSA
El "arrepentido" de la petrolera venezolana PDVSA no es ni venezolano, ni arrepentido. Más bien se trata de otra víctima del James Bond de nuestras pampas, Marcelo D'Alessio. Una operación de inteligencia que llevó adelante D’Alessio con objetivos múltiples: entregarle al fiscal Carlos Stornelli una causa relacionada con Venezuela (el blanco preferido de las críticas políticas de buena parte de la región), entrometerse en la vida política de Uruguay y, como punto culminante, congraciarse –cuanto menos- con los Estados Unidos, que procuraban congelar fondos de PDVSA en todo el mundo.
Gonzalo Brusa Dovat, el uruguayo exdirector de PDVSA en la Argentina, declaró ante el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla: "Bien yo no soy arrepentido de nada, más allá de que (D’Alessio) me presentara así. No tengo nada pendiente ni causas en trámite”.
La historia que contó Brusa Dovat ante el juez ratifica que fue una víctima de una operación con un modus operandi similar a otros casos que se investigan en Dolores. El uruguayo tenía una compleja situación laboral con la empresa en la que trabajaba.
"En agosto del año pasado presté declaración testimonial en un juicio laboral de un excompañero de trabajo de la firma Petrolera del Cono Sur S.A, cuyo accionista principal es PDVSA Argentina S.A. Allí relaté una serie de hechos y en particular las presiones psicológicas y laborales que habíamos padecido tanto yo como una serie de compañeros de trabajo con el fin de obtener nuestra renuncia en el mes de agosto de 2014 y no obtener así indemnización alguna".
D’Alessio supo de esa situación y a través de terceros accedió a Brusa Dovat. Se presentó como “director de la DEA” y le ofreció una supuesta protección. A cambio, debía declarar lo que sabía de PDVSA ante el fiscal Stornelli y conceder entrevistas periodísticas a medios del Grupo Clarín, porque ero era parte del “protocolo” de la agencia antidrogas estadounidense.
“Ahí me explica que siguiendo los protocolos de la DEA para que mi familia y yo estemos seguros me tenía que exhibir públicamente y así no me iban a tocar más allá de la protección que me iba a dar la DEA. Me habla de una camioneta en la que él se manejaba -una Range Rover- y me señala también un vehículo Toyota Corolla, aclarándome que allí había custodios de él, lo que yo no logré divisar, porque tenía los vidrios polarizados. Luego me aclara que este caso es para Daniel Santoro. Yo no ubicaba la cara con el nombre en ese momento, no sabía quién era Daniel Santoro”.
Para “convencerlo”, D’Alessio le exhibió información personal de Brusa Dovat. Información que el uruguayo no le había provisto y que el falso abogado había obtenido por su cuenta, como parte de su tarea de espionaje ilegal contra personas.