"El analfabetismo es un problema y la coyuntura lo empeora"
Por Jorge Giordano
El festejo de verdad arrancó cuando llegó la murga. Se corrió la mesa del pasillo, se acomodaron los cuatro micrófonos y los bombos hicieron lo suyo. Todo listo para la inauguración de la casa de "Decir es Poder", una organización singular nacida hace más de un año en la villa 21-24.
"Somos docentes de la única escuela media pública en la 21-24 que, a través de la mirada que tenemos sobre la experiencia del aprendizaje, ampliamos los límites de los muros de la escuela a todo el barrio. Teniendo el contacto con las familias nos dimos cuenta de que muchos de los vecinos tenían dificultades para leer y escribir. A partir de ahí nace 'Decir es Poder', como un proyecto que vincula a los jóvenes del barrio egresados de la escuela y a los trabajadores de la educación que llegamos al barrio" cuenta Maximiliano Malfatti, uno de los referentes de la organización.
Su propuesta es particular: los estudiantes avanzados y egresados de la escuela alfabetizan a sus vecinos adultos. El concepto se resume en la caricatura de Mafalda que llevan en una de sus banderas, con el personaje de Quino que grita "Quiero que mi abuelo me lea un cuento!". "Este es el segundo año del proyecto. En el primer año pudimos comprobar el diagnóstico de que había muchos analfabetos en el barrio. Relevamos ocho manzanas y detectamos más de doscientas personas con problemas para leer y escribir. Para este año nos propusimos instalar esta casa, una suerte de escuelita para poder avanzar sobre el objetivo de fondo que es declarar libre de analfabetismo a la villa 21-24".
La murga "Los Compadritos de Barracas", pionera en la villa, se acercó a ponerle color a la inauguración. "Recordamos a Diego Centru, al gordo Ismael, a Vaca, Timy y el Chueco/que los volveremos a ver/ son parte de nuestra historia, y no los voy a olvidar/ el bombo hará memoria, cuando empiece a sonar". La música suena alegre y la letra habla comprometida: la violencia institucional es moneda corriente en este y otros barrios del país, hoy en día agravada por una política de "rienda suelta" a las fuerzas de seguridad. Junto con los frecuentes cortes de luz y las inundaciones recurrentes, comprometen la vida cotidiana de los miles de habitantes de la 21-24.
Varias son las organizaciones e instituciones que se comprometen con la iniciativa. Frente a la casa conversan Eduardo López, Secretario General, y Angélica Graciano, Secretaria de Educación, ambos del sindicato docente UTE; representantes de la Garganta Poderosa, el periodista Eduardo Anguita, docentes de la Universidad Nacional del Arte, de la Universidad de Avellaneda, de la UBA. Y al lado de la parrilla, los jóvenes alfabetizadores custodian de cerca el fuego. Mientras salen los patys bucean en la corta memoria de la organización. "En el pasillo de la entrada está la foto de cuando fuimos a Chapadmalal, la pasamos genial", dice Matías, pero agrega "este año no puedo estar alfabetizando, tengo que trabajar".
En ese "tener que trabajar" se expresan también nuevas dificultades que debe afrontar la organización. "El analfabetismo es un problema y la coyuntura lo empeora", marca Malfatti. "Este año la situación económica es mucho más complicada y se nota mucho, y los jóvenes que antes alfabetizaban ahora tienen que dedicar ese tiempo en salir a trabajar. El analfabetismo es una problemática actual, no es del pasado. No hay ninguna política educativa pensada para bajar los altos indíces en nuestro barrio. Por eso nosotros decidimos redoblar esfuerzos y salir a abarcar más territorio, necesitamos que no sólo los jóvenes salgan a alfabetizar".
En ese marco lanzaron una Cátedra Libre para formar alfabetizadores. "Lo que la cátedra hace es poner a trabajar a la persona que está interesada en alfabetizar en interiorizarse sobre cómo debe abordarse la enseñanza de lectoescritura en adultos, y a partir de ahí, recuperando experiencias, construimos el método que elegimos nosotros. Recuperamos un poco la psicogénesis de Emilia Ferreiro y Piaget y la ciudad educadora y la palabra disparadora de Pablo Freire. La cátedra arranca el 27 de agosto, son ocho sábados por la mañana, con encuentros teóricos y prácticos. Este año la cátedra libre apunta más a docentes o estudiantes de docencia. Pueden contactarse con nosotros en nuestro Facebook, 'Decir es Poder', o a decirespoder@gmail.com".
Ya existen intenciones de replicar la experiencia de "Decir es Poder" en otros barrios de la Capital Federal y el Conurbano. Y la propia organización formula planes para el año que viene: "Queremos conformar un centro educativo que también pueda garantizar terminalidad de primaria. El objetivo es que el mismo vecino que se alfabetiza o que no terminó la primaria pueda hacerlo en nuestra escuela".
Después de algunas horas, las voces se apagan afuera de la casa recién inaugurada. En semanas se llenará de talleres y futuros alfabetizadores. Una muestra de que, en medio de la adversidad, las organizaciones libres del pueblo se comprometen en la triple consigna de no retroceder, resistir y avanzar.