Insólita búsqueda laboral: excluyente, no pertenecer a La Cámpora
El capítulo amenaza colarse en los anales del glosario doméstico del buen gorila, pero también en la historia de la doble moral burguesa de medio pelo. Los mismos que se alegran con los despidos de quienes son o suponen militantes de La Cámpora y gritan a los trabajadores cesanteados “¡vayan a laburar!”, niegan trabajo por explícitas razones políticas. Parecía una práctica desterrada de la Argentina, al menos como modus operandi a la luz del día.
Desde Bahía Blanca llegó otra realidad, que la Revolución de la Alegría hace posible: el sitio de búsquedas laborales Bahía Jobs publicó en su página de internet y en su espacio en Facebook un aviso en que una anónima empresa anunciaba su búsqueda de una empleada administrativa.
Además de solicitar “excelente presencia”, cuya relación con el óptimo ejercicio de tareas contables no quedó muy bien explicada, los dueños de la empresa anunciante especificaron un curioso requisito, al que subrayaron excluyente: “no pertenecer al partido político peronista/ la campora (ni ninguna agrupacion relacionada con el gobierno saliente)” (sic).
Faltó, para ser perfecto, el trueque final por el naftalino “régimen depuesto”. El aviso, que las interesadas podrán pro responder hasta mediados de mayo, no incluyó entre los requisitos el eficiente uso de tildes, acentos y mayúsculas o un mínimo conocimiento político, que habría permitido a sus redactores saber que el Partido Peronista no existe bajo ese nombre desde hace varias décadas y que La Cámpora es una agrupación que tiene como uno de sus rasgos distintivos la pertenencia de vastos sectores de profesionales entre sus militantes. Una imagen muy distinta a las de los milicianos decapitadores del desierto, ñoquis o contadores de divisas que a sus repetidores les fue inyectada en la cabeza y se les escapa por la pluma.
¿Actuará de oficio el INADI, para que se cierre la famosa grieta?