"Las iglesias evangélicas pueden aportar en la lucha contra el hambre"
Por Camilo Carbonelli
APU: ¿Por qué realizaron una encuesta sobre Jóvenes evangélicos?
Sebastián Carnaval: La idea fue crear una investigación científica sobre los jóvenes evangélicos en la Argentina. Siempre se preguntó sobre las creencias y las religiones, por ejemplo está el censo nacional del CONICET, pero no había algo particular que tenga que ver con la juventud evangélica.Entonces, desde el instituto CREER realizamos una investigación colaborativa con Mariela Mosqueira. Trabajamos con más de 400 encuestados y salieron cosas muy importantes.
APU: ¿Qué datos surgieron a partir de la investigación?
SC: Uno de los datos más importantes tiene que ver con el nivel de estudio alcanzado. Hay un comparativo entre los padres e hijos donde estos alcanzan el nivel académico más que los padres. Casi el 44% de jóvenes son estudiantes. Vamos a empezar a ver jóvenes evangélicos más preparados, abogados, politólogos, psicólogos, trabajadores sociales. Generalmente no se tenía en cuenta esta característica.
Luego se trató la trayectoria de los creyentes y surgió que el 50% de los jóvenes nació en familias evangélicas. Otro es la importancia del vínculo de comunión con los grupos de oración y lectura bíblica. En el caso de las iglesias grandes, se trabaja a través del liderazgo, hay una conexión muy cercana entre el discípulo y el líder (maestro), esto se debe a la manera de delegar, porque el líder es una persona que está cerca de los jóvenes, te llama cuando tenés un problema, cuando te quedaste sin trabajo o cuando estás atravesando una enfermedad.
APU: ¿Cómo es la relación del gobierno de Alberto Fernández con las Iglesias Evangélicas?
SC: Apenas asumió Alberto Fernández se formó el Consejo Federal contra el Hambre, donde se incluyó en la amplia convocatoria a la iglesia evangélica. Hubieron dos reunión y dos sillas reservadas para los pastores Bernardo Franchino y Osvaldo Carnival (mi papá) en representación de las iglesias evangélica (ACIERA). Es un hecho histórico. En esa mesa estuvieron representados todos los actores sociales. Ha sido muy importante, porque es un reconocimiento a la iglesia evangélica, se trata de escuchar qué tiene para decir, qué tiene para aportar, de qué manera la iglesia puede servir a esta situación que atraviesa el país, sobre todo con la pobreza..
APU: ¿Qué puede aportar la Iglesia evangélica?
SC: En el conurbano bonaerense, por ejemplo, se habla de que hay más de 6 mil iglesias evangélicas. Entonces, cómo hacemos para acercar a aquellos que están pasando necesidades a los templos de las iglesias que están abiertos y son un lugar de refugio, un lugar de esperanza. También, para que en esos lugares se pueden desarrollar talleres de oficios de formación. Digo cómo hacemos para cambiar la situación social .Las iglesias evangélicas están abiertas, están dispuesta a servir a la comunidad.
APU: ¿Qué balance hace sobre este diálogo con el Gobierno?
SC: Hay una cambio de época en la Argentina. Es un cambio constante, muy rápido y vertiginoso. Hay una nueva sociedad argentina, muy diferente en distintos estratos. Una característica muy positiva de Alberto es que muestra una predisposición a escuchar, es un gran valor para la política.
Nosotros nos sentimos honrados de poder participar en estos lugares en donde podemos contar qué es lo que vemos, qué es lo que la gente nos cuenta que está viviendo. La iglesia evangélica participó de esas dos reuniones contra el hambre. Alberto nos convocó a los 17 días de haber asumido, cuando Cristina Fernández nos había llamado en el séptimo año de su gobierno y Mauricio Macri en el tercero. Que el presidente nos convoque a los 17 días es algo para destacar más allá de todas las situaciones que se vayan dando, es un gesto que tiene que ver con entender el rol tiene la iglesia evangélica en nuestro país. Según la encuesta nacional que publicó el Conicet, hace 10 años el evangelismo representaba al 8% de la población, hoy es el 15%. Estamos hablando de 6 millones de personas. Fue una reunión muy positiva, se habló de poder ir avanzando con el consejo de asesores del presidente, que está compuesto por Alejandro Grimnson y Ricardo Foster, entre otros, para pensar políticas públicas.
APU: ¿Hay influencia real por parte de las iglesias evangélicas en la política, existe una especie de lobby evangélico?
SC: Lo que pasó en la convocatoria de Alberto fue una oportunidad para quitar muchos prejuicios, centrarse y entender al otro, acercar posiciones sobre algunos temas. Que haya un diálogo es fundamental y también por lo que me comentaron de la reunión se llevaron buenas sensaciones en ambas partes, sobre temas y prejuicios que ambos tenían del otro. Hoy en día, hay mucho desconocimiento sobre lo que es la iglesia evangélica, sobre los valores que representa. La iglesia evangélica no apoya a partidos políticos, no apoya golpes de Estado.