Siete reflexiones sobre la cuestión evangélica, por Carlos Fara
Por Carlos Fara
Próximos a las fiestas de fin de año que siempre llevan a muchos a retomar su mirada sobre sus creencias religiosas, es un buen momento para analizar en profundidad cuánta influencia real pueden tener las iglesias evangélicas en las elecciones del año que viene.
A partir del fenómeno Bolsonaro se dicen muchas cosas sin rigurosidad. Vamos a pasar en limpio algunas cuestiones para sacar las conclusiones correctas:
- Hay un antes y un después a partir del debate sobre el aborto: los evangélicos empiezan a considerar que si no se activan, no van a poder influir en las decisiones del sistema político.
- Se produjo un fenómeno súbito: en 2 semanas se activaron post aprobación en la Cámara de Diputados sobre la legalización del aborto, y se generó una movilización histórica. Por lo tanto, sienten que necesitan participar de la política.
- La situación en Brasil es distinta: allá las iglesias son más conservadoras, con un público más adoctrinable, y no se puede hacer una relación directa Bolsonaro = iglesia evangélica.
- Muy difícil que las iglesias evangélicas (IE) brasileras puedan influir en la Argentina, aunque lo han venido intentando. Pero el contexto no es permeable. Sí puede existir apoyo económico de las IE de Brasil a candidatos semejantes a Bolsonaro en nuestro país.
- Allá son un poder económico y mediático importante. ¿Por qué en Argentina no? Porque hubo cambios importantes en los últimos 30 años, a partir de un grupo de pastores que empezaron a abrirse a la calle, a modernizarse.
- Acá es muy difícil que los evangélicos se pongan de acuerdo sobre cuestiones comunes (como por ejemplo, su participación en la conducción del SEDRONAR durante el gobierno de CFK). Eso hace que no pueda traducirse en poder político, económico y mediático.
- Los pastores en Argentina no suelen bajar línea, al menos públicamente. En parte por un tema de idiosincrasia. Sí, es posible poner un candidato evangélico en un espacio y apoyarlo. El pastor no comanda por completo la conducta electoral de sus ovejas. El ciudadano aquí es menos manipulable.
Por lo tanto, el debate se da entre “partido evangélico” o “evangélicos en la política”. Por razones de tiempo las IE se inclinarán más por la segunda opción en el corto plazo. Eventualmente pueden tener alguna presencia más concreta en elecciones locales.
Más allá de eso, otro de los interrogantes se da a partir de un eventual apoyo a la candidatura presidencial del diputado Olmedo, dado su perfil ideológico y su reciente adscripción al evangelismo. Lo que se comenta en el punto 7 explica que no haya un frente evangélico unido detrás de esa candidatura, si bien es cierto que las IE del interior son más conservadoras que las de Provincia de Buenos Aires, por ejemplo.
En síntesis: no se trasladará el fenómeno Bolsonaro a la Argentina en los términos de una masiva movilización de evangélicos hacia un candidato de valores conservadores, aunque haya algunos intentos desde allá de influir acá.