Modo navidad: Obispos en salida

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    El hambre es un crimen - Obispos en salida

Modo navidad: Obispos en salida

26 Diciembre 2025

Distintos gobernadores eclesiales de Argentina motorizaron iniciativas novedosas. Tres casos concretos en diócesis, de centros urbanos, atravesados por la exclusión, el narco y sueldos desnutridos.

Atravesamos la primera navidad sin el amado Papa argentino. En contraposición gobierna nuestra patria el político que más insultó y degradó la justicia social. 

La caridad cristiana se abre en muchas parroquias, capillas, santuarios o basílicas. Algunas con más despliegue, otras con sus posibilidades o cualidades. En algunos templos se abraza a los excluidos con una batería de recursos y voluntarios al servicio. No es fácil. El pesebre, como aquel en el Santuario de San Cayetano del periférico barrio porteño de Liniers, demuestra en su consigna “que el sueldo alcance”.

Pero antes, en agosto del año pasado, ya lo había anticipado, el obispo Ángel Macín, portavoz de los creyentes de los pueblos al norte de la provincia de Santa Fé, en la diócesis de Reconquista, donde Cáritas convocaba a la solidaridad con la frase: “No es posible morirse de hambre en la tierra del pan”. En ese entonces monseñor Macín ya confirmaba, por escuchar a los creyentes de las parroquias y por su propia experiencia, de la suba de los medicamentos, de la falta o pérdida de trabajo. Ahora se siente en los centros urbanos con mayores riquezas.

LA PLATA EN SALIDA 

La esperanza brota. Algunos signos. Los gobernadores eclesiales, que no ven solo desde los altares, salen del confort de la institución, y ganan las calles o plazas bajo el caluroso sol del verano.

La Plata, la capital de la provincia más grande y numerosa de la Argentina. La ciudad de las diagonales, de la gran Catedral gótica, con un testigo en las alturas, un Francisco pintado en la pared de un edificio. Fue este martes 23, desde la tarde atravesando la noche, que se desplegó en la plaza más céntrica, Moreno, unas 120 largas mesas, con sus sillas de plástico, rodeadas de gazebos rojos de Cruz Roja, de baños químicos, de juegos para los niños? Hasta peluqueros. Hubo otros gazebos para distribuir la comida, hasta trasmisión radial, a cargo de FARCO la red de radios alternativas, y un escenario profesional para disfrutar el pesebre viviente de la organización Padre Carlos Cajade, y músicos de distintos géneros, hasta la murga de los Chicos del Pueblo y Juntos a la Par. Cenaron más de 1500 personas excluidas. Voluntarios unos 800. 

El primer arzobispo villero de la historia fue quien gatilló la “navidad con todos”. Monseñor Gustavo Carrara pateó el tablero de una arquidiócesis estratégica (desde lo político y económico) que tuvo décadas de conducción de puertas cerradas, un tanto ajena al Concilio Ecuménico Vaticano II, pero que Francisco fue moldeando en su conversión colocando otros pastores. Empezó con monseñor Víctor Manuel “Tucho” Fernández, luego trasladado a la Curia Romana para conducir el Dicasterio de la Fe, siguió en un inesperado breve periodo Gabriel Mestre (actual párroco en una pequeña localidad marítima), y la actual gestión, que Carrara combina con la presidencia nacional de Cáritas.     

“La navidad con todos” es una bisagra en La Plata sobre todo por quienes la pensaron, construyeron y realizaron. Ya que fue un encuentro de unidad en la diversidad con los pobres y para los pobres. Porque estaban desde los militantes de las organizaciones sociales (Movimiento de Trabajadores Excluidos, Vientos de Libertad), políticas como la “Néstor Kirchner”, que en la acción se cruzaban con una tropa enorme del laicado platense. Muchos jóvenes con sus remeras de Cáritas, con la frase “hagan lío y organícenlo bien”, Acción Católica, Hogares de Cristo, Cuidadores de la Casa Común, hasta evangélicos, de hecho, la bendición fue católica y con un pastor frente a las autoridades del Estado municipal, el intendente Julio Alak, y provincial, como el ministro Andrés “Cuervo” Larroque. Había salpicones de sacerdotes de un territorio enorme, algunos de ellos sin clergyman. Pero fueron los bautismos con el pueblo pobre el inicio de una jornada con el arzobispo dentro de la Catedral, que fue acompañado por dos obispos auxiliares, de tres, por la ausencia del agustino Alberto Germán Bochatey.

Monseñor Carrara es un porteño neto, futbolero y sobre todo bostero (fanático del club Boca Juniors), de poco más de 50 años, nacido en un barrio periférico (Lugano) que llevó su vida entre los más marginados, que integró la Vicaría de Curas en las Villas, y que luego condujo por su capacidad de servicio e intelectual con una personalidad particular: un tono de voz baja, una timidez acompañada de estrabismo, pero firme en sus definiciones y acciones que impactó a Bergoglio. Vale recordar, como ejemplo concreto, el pequeño libro “Corrupción y pecado”, donde el jesuita al cierre del prólogo deja dicho: “quiero agradecer de manera especial al P. Gustavo O. Carrara por su ayuda moral para hacer esta publicación”. Fue hace 20 años. Carlos Gardel lo canta en Volver: “veinte años no es nada”.

El arzobispo platense ya había hecho la experiencia con la militancia social y política. Fue al año de haber sido consagrado el primer obispo villero. Era fines del 2018 (gobernaba el liberalismo de Mauricio Macri) que Carrara dijo sí a bautizar con una palangana y una jarra de plástico en el mismo comedor comunitario de la organización antitrata, La Alameda (ver nota: https://www.lastampa.it/vatican-insider/es/2019/01/03/news/argentina-la-iglesia-de-francisco-bien-vale-un-bautismo-1.33676109), donde su padre espiritual y entonces arzobispo porteño, Jorge Mario Bergoglio, ya había bautizado a hijos de costureros que habían salido de las redes de trata y esclavitud de la industria textil.   

SAN MARTIN DE PIE 

El río Reconquista es una vena del municipio bonaerense de San Martin. Los más pobres se pusieron a su lado hace décadas. Ahí fluye la vida del descartado. Refugio de los últimos. Miles de miles. Las favelas argentinas. Un enorme basural es legendario en una de sus localidades, José León Suárez. Allí hubo fusilamientos a militantes peronistas. Con el neoliberalismo de la dictadura y los siguientes gobiernos democráticos creció la venta de armas y de las drogas, mientras caía el trabajo formal, el salario. Hoy es más próspero custodiar la casa de un “transa” (vendedor minorista de drogas) que salir al ultra precario “mercado laboral”. Los liberados, ex privados de la libertad, encuentran más dinero en el crimen que en las endebles industrias de patrones que no emplean, San Martín fue metalúrgica y textil, o si lo hacen es con salarios que no alcanza a solventar la canasta básica de alimentación, un alquiler y el transporte.  

El pueblo pobre de San Martín se desangra. Todas las semanas asesinatos de la picadora narco. Las capillas y parroquias de la zona del Río Reconquista se convierten en funerarias. Los curas viven allí. Se lo cuentan al obispo. Martín Fassi que se conmueve y se mueve. Por eso este lunes 22, por la tarde, aceptó encabezar una misa en la calle, una zona muy transitada, frente a la estación de tren José León Suárez.

“Justicia y paz para todos nuestros barrios”. Ese fue el lema. La gente peregrinó con la Virgen de Luján y los afiches con el nombre de sus seres queridos asesinados. Los animaron los curas villeros. Hubo pesebre viviente en formato baile folklórico. 

Monseñor Fassi predicó la misa en la calle y rodeado de pueblo (ver video: https://www.youtube.com/watch?v=DCO4cGHp_qo): “ser signo de luz y paz. Está bueno que muy honestamente yo me pregunté en qué lugar de mi corazón hay violencia y rencor. Puedo tener un montón de razones para tener enojo. Aquí hay gente con muchas razones, pero pidamos al Señor que no sea eso que nos movilice, si no el deseo que nunca más ocurra, le ocurra a otro lo que a mí me ocurrió, no para responder con mayor violencia, para que no domine esa parte violenta de mi corazón. Desarmar el corazón, desarmar la conciencia, en nombre de aquellos que murieron en manos de la violencia,  por el crimen organizado, por la droga, porque pasaba por allí y no tenía nada que ver, por haber sufrido la violencia institucionalizada, porque yo me he descubierto violento con mi pareja, violento con mis amigos, mis vecinos, que todo eso nos desarme, y que esa palabra de Dios que hoy escuchamos sea realidad, para algunos es una utopía pero quienes creemos en Dios es una promesa, por eso seguimos adelante. La impotencia nos puede ganar en algunos momentos. Lo veníamos hablando cuando veníamos caminando. Qué hacemos, qué podemos hacer. Ese siempre algo podemos hacer y ahí empieza a surgir. Quienes no van a estar físicamente en nuestra navidad los queremos nombrar. Porque son nuestros pibes y pibas, porque va nacer un pibe que también sufrió violencia institucional, violencia organizada, que desde chiquito lo empezaron a perseguir y tuvo que huir, ese pibe nos entiende, Jesús nos entienden, por eso le vamos a presentar los nombres”, entonces dio paso a los familiares para que griten el nombre de sus seres queridos. Para toda la diócesis grabó un video: “en la periferia (geográfica y existencial) está la navidad”.

ROSARIO, LA CHICAGO CHICA

Los negocios alrededor del puerto de la ciudad de Rosario han parido la frase: “la Chicago chica”, que la emparenta con la ciudad de Estados Unidos. Su fama continúa hoy.

Esta vez el arzobispo Eduardo Martín junto al cura encargado de Pastoral Social, Fabián Monte, recibieron a dirigentes sindicales y de movimientos populares no sólo para la foto, conversar, y darles la bendición también firmaron un documento donde sostienen los religiosos “que los trabajadores son sujetos de derechos y no material descartable”, pocas horas antes de la marcha y acto en Rosario, y en todo el país, que le puso un freno a la quita de derechos y el ajuste salarial que pretenden legalizar el presidente Milei vía el Congreso Nacional.

Los pastores con olor a oveja salieron a la cancha en vísperas de una Navidad desesperanzada.