Mónica Macha: "Necesitamos que la industria alimentaria en nuestro país produzca con conciencia"
Por Martín Massad y Juan Cruz Guido
La diputada nacional kirchnerista Mónica Macha dialogó con AGENCIA PACO URONDO RADIO (La Palabra Justa, domingos de 10 a 12, FM La Patriada) sobre el proyecto de ley de Etiquetado Frontal en alimentos que se debate en el Congreso nacional. "Esta Ley de Etiquetado Frontal apunta a informar las sustancias que contiene cada producto, indicando su impacto en la salud de las personas. Estamos hablando, además, de comestibles dañinos para la salud con precios elevados, consecuencia de la industria alimentaria que tiene mucho marketing detrás", aseguró.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué expectativas tiene en relación al debate que se llevará a cabo por la Ley de Etiquetado frontal de productos alimenticios en la Cámara de diputados?
Mónica Macha: Creo que vamos a lograr que se sancione la ley. Días atrás, en el plenario de comisiones por el que debe pasar el proyecto de ley, se logró dictaminar de manera conjunta por amplia mayoría, de modo que creemos que en el recinto tendremos una situación similar. En este sentido, considero que es una ley muy necesaria, ya que se refiere a una problemática de larga data que hoy tiene un consenso social para poder discutirlo. Esto da cuenta de algunos procesos culturales que son interesantes para poder pensar en lo que comemos con una mirada crítica sobre la industria alimentaria.
Necesitamos de parte de quienes están al frente de esas industrias que produzcan con conciencia, es decir, que cuando nos venden o proponen consumir un producto, este sea realmente un alimento y no algo que nos dañe la salud en el corto y largo plazo. Cada vez hay más investigaciones que plantean que muchas de nuestras afecciones gastrointestinales y patologías como la diabetes, obesidad, cáncer de colon, etc., tienen relación directa con la calidad de los alimentos que consumimos. Por eso, esta Ley de Etiquetado Frontal apunta a informar las sustancias que contiene cada producto, indicando su impacto en la salud de las personas. Estamos hablando, además, de comestibles dañinos para la salud con precios elevados, consecuencia de la industria alimentaria que tiene mucho marketing detrás.
APU: ¿Considera que la tabla nutricional actual en los alimentos envasados alerta a los consumidores por encima del marketing?
M. M.: La incorporación de la tabla nutricional significó un primer paso que implicó un sinceramiento de precios acerca de todo lo que contenía cada alimento. Hoy estamos tratando de ir un paso más adelante, el cual involucra información sincera completa, visible y entendible para todas las personas. En la mayoría de los envases es confusa la información nutricional, ya que habitualmente desconocemos cuáles son los límites de normalidad y cuál es el exceso de una sustancia como el azúcar, por ejemplo. La presencia del octógono negro en los envases marca, entonces, que es un producto que se excede en determinadas sustancias. En este punto tuvimos una discusión dentro del Frente de Todos vinculada a discernir si era suficiente con destacar los excesos dañinos. Como consumidores, lo importante es elegir a partir de información clara y transparente y esta ley está dirigida a eso. De algún modo también es un gesto hacia la industria alimentaria para que produzca con responsabilidad social y humana.
APU: A su entender, ¿por qué las empresas productoras de alimentos rechazan la Ley de Etiquetado Frontal?
M. M.: Lo cierto es que a las empresas productoras de alimentos que nos hacen daño le siguen las industrias farmacéuticas y sanitarias que también se benefician con esto. Venimos escuchando a Cristina Fernández de Kirchner mencionando la importancia de un sistema sanitario que sea asequible y en sintonía con lo que la gente necesita. Aquí también hay un debate, ya que la industria farmacológica crece y se fortalece a partir de nuestras enfermedades. Es un sector que se beneficia secundariamente a costa de nuestra salud física y psíquica, que afecta a partir de una enfermedad crónica que afecta todos los ámbitos de nuestra vida. Los efectos de la publicidad engañosa van en detrimento de nuestros hijos, hijas, hijes, por eso con esta ley apuntamos a tener más conciencia, más información y poder elegir mejor para hacer valer nuestro derecho a una vida más sana.
APU: ¿Cómo se incorporan en esta ley los estudios acerca del comportamiento del consumidor en las góndolas?
M. M.: Parte de los fundamentos del proyecto plantean cuestiones como el tiempo que dedicamos a observar un producto. Muchas veces agarramos productos sin mirar debido a la confianza en algunas marcas. Por ejemplo, existen galletitas con cereales que a simple vista muestran información sana y nutritiva, sin embargo, tienen un alto nivel de azúcar que anula todos sus aportes nutricionales. Por eso, es necesario que los productos cuenten con información de rápida codificación en el envase como los octógonos negros que propone esta ley. No nos sirve que nos brinde información en porcentajes porque no tenemos noción de hasta cuanto está bien y cuánto deja de ser adecuado para nuestro organismo. La idea es que la presencia de los octógonos negros en los envases llamen nuestra atención y ordene nuestra mirada sobre el consumo.
El gran lobby de las empresas con respecto a esta ley hizo que el debate sea muy postergado, de hecho, los primeros intentos de etiquetado frontal vienen desde hace muchos años. Creo que tiene que ver con un consenso social, un número dentro de la Cámara que nos permita avanzar con este tipo de debates y con un momento en el que hay una mirada más presente obre lo que consumimos.
Todavía estamos dentro de una pandemia que tiene que ver con la industria alimentaria, entonces seguramente muchos postergamos alimentarnos mejor y este contexto nos ayuda a disponer de tiempo para concientizar lo que comemos. Somos muchos los que percibimos que esta no es la última pandemia que vamos a atravesar y está claro que tenemos que cambiar el modo en que nos alimentamos y las industrias alimenticias. La idea, entonces, es reconvertir esas industrias para que tengan un manejo adecuado de los alimentos, la producción con utilización de animales, etc. Hay muchos aspectos que revisar, que al mismo tiempo cuide la producción, los puestos de trabajo, y teniendo en cuenta que no da un cheque en blanco para envenenar a las personas.
APU: Teniendo en cuenta que preside la comisión de la Cámara de Diputados, ¿cómo viene la agenda feminista?
M. M.: Estamos esperando que llegue el proyecto del Poder Ejecutivo Nacional vinculado al Plan Integral de Cuidados en el cual trabajaron todos los ministerios. Desde hace unos días se generó una propuesta para llevarla al Congreso y que pueda ser tratada. Tenemos muchas expectativas en un proyecto con estas características, en una temática que esta tomando mucho protagonismo en el debate transfeminista y social en general desde las propias familias. El rol de cuidado estaba muy alojado en las mujeres y hoy empieza a ponerse en debate para construirlo con responsabilidad.
Hay otros proyectos vinculados a motivos de géneros, relacionados a violencias más bien físicas, como el uso de armas, tobilleras y demás, que apuntan a encontrar la forma de generar más protección para las mujeres con parejas o exparejas violentas con acceso al uso de armas, especialmente pensando en personas que forman parte de las fuerzas de seguridad.
Por otro lado, seguimos con los temas vinculados a diversidad sexual con una agenda que incluye la política previsional para las compañeras travestis como así también el acceso a salud y educación. Tenemos proyectos presentados, otros que se están haciendo, aunque a veces es dificultoso generar el consenso con Juntos por el Cambio y ocurre que a veces no habilitan esas discusiones dificultando así el funcionamiento del Congreso. Aún así, en este año y medio de pandemia hemos sacado leyes emblemáticas e históricas en nuestra agenda y pretendemos continuar con este trabajo, más allá de las dificultades que se presenten.