Radiografía del subte: falsas promesas y un negocio redondo
Por Lucía Ferreri Ochoa
Mauricio Macri llegó a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad en diciembre de 2007 prometiendo la construcción de 10 kilómetros de subte por año. En ese entonces, se encontraba aún vigente la iniciativa de Aníbal Ibarra de ampliación de las líneas A y B y la construcción de la F, G, H e I, en el marco de un proyecto a 10 años que preveía la duplicación de la red en funcionamiento.
Durante 2001, en plena crisis económica, el Ejecutivo comandado por Ibarra puso en marcha la construcción de la línea H. Al momento de asumir Macri, el tramo Once - Caseros estaba listo y había sido inaugurado dos veces durante la gestión de Jorge Telerman -una sin coches por tironeos entre los gobiernos de la Ciudad y de la Nación-. Asimismo, durante la gestión de Telerman comenzó la construcción de un tramo de 1 km. de la línea que comprende la estación Corrientes y fue inaugurado cuatro años y medio más tarde.
En 2004, comenzaron los trabajos de extensión de la línea A y construcción de las estaciones Puan, Carabobo, San José de Flores y San Pedrito. Las obras concluyeron en 2006 aunque Macri se las adjudicó durante la inauguración de las dos primeras en diciembre de 2008, luego de encabezar la licitación de señales y vías.
Por otra parte, en 2005 comenzó la construcción de las estaciones Echeverría y Villa Urquiza de la línea B, que fueron inauguradas ocho años después, en julio de 2013.
En resumen, al desembarcar Macri en Bolivar 1, ya estaban concluidas las obras de mayor envergadura de las estaciones Puan, Carabobo, San José de Flores y San Pedrito de la línea A y Echeverría de la B. También estaban en construcción las estaciones Villa Urquiza de la B y Corrientes, Parque Patricios y Hospitales en la H. Sin embargo, ninguna de estas fue inaugurada en el corto plazo.
Falsas promesas
"Estamos apuntando a extender la línea E, que ya la Nación contrató la construcción de Plaza de Mayo a Retiro pero no lanzó la obra. De ahí continuarla entrando por Pueyrredón hasta Plaza Italia, porque está saturada la otra línea que trabaja. Después queremos hacer una línea nueva que va por el Cid Campeador y entra por Córdoba (...) Queremos hacer 10 km. por año”. Esto decía Macri en una entrevista al cumplir 100 días al frente del ejecutivo local. No obstante, en sus ocho años de gobierno, el PRO construyó apenas 8,5 km., contemplando las obras iniciadas por Ibarra.
En ese sentido, no sólo no se cumplió la promesa de campaña, sino que las obras vigentes presentan demoras y numerosas irregularidades. Un informe reciente de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires sobre la línea H, señala que las obras de la Licitación Pública 144/10 se programaron para realizarse en 43 meses. Este pliego comprendía la “Construcción Integral y puesta en servicio en condiciones de explotación comercial de los tramos A0 (estación Nueva Pompeya, y túnel hasta Sáenz), A1 (estación Sáenz, cola de maniobras, cochera y túnel hasta Hospitales) y C2 (desde la estación Corrientes hasta Plaza Francia)de la línea H, provisión de material rodante y financiación de las inversiones”. Sin embargo, los plazos de trabajo debieron ampliarse en 24 meses.
“Cumplido el periodo auditado a diciembre de 2015, la certificación de avance de obra acumulada evidencia un significativo atraso de los trabajos, respecto del Plan de Trabajo e Inversión aprobados oportunamente”, denuncia el informe. Asimismo, el documento resalta la existencia de “déficits de planificación y administración previas y post contrato” e “insuficiencia del proyecto, por desconocimiento de las características del suelo y por variación del trazado”.
Un negocio redondo y subterráneo
Se acerca el fin de la concesión del servicio por parte de Metrovías y, mientras el pase del subte a manos del Estado se consolida como una demanda unánime de la oposición, el oficialismo expuso su voluntad de reprivatizar el servicio. En esa línea, el Gobierno envió a la Legislatura un proyecto del ley que prevé volver a entregar la concesión a privados por un plazo de hasta 15 años.
El Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte, Franco Moccia, quien encabeza esta cruzada del macrismo, pretende instalar como candidatas a dos empresas estatales francesas: Keolis (subsidiaria de la empresa ferroviaria nacional francesa) y la RATP (Empresa Autónoma de los Transportes Parisinos).
En ese sentido, el legislador del Frente Para la Victoria, Javier Andrade, miembro de la Comisión de Obras y Servicios Públicos de la Legislatura, ratificó la importancia de la estatización del servicio y señaló lo contradictorio de entregarle la concesión a una empresa estatal extranjera.
“En todas las grandes ciudades del mundo, Madrid, París, Nueva York, Barcelona, Berlín, el subterráneo es un servicio público operado por el propio Estado de la ciudad. Lo paradójico es que hace pocos días el Jefe de Gobierno, Rodríguez Larreta, viajó a Europa a “vender” a operadoras europeas el negocio del Subte de Buenos Aires y se lo ofreció, por ejemplo, al Metro de Madrid, que es una empresa estatal que justamente prueba que el Estado de una ciudad puede operar exitosamente el servicio”, afirmó el legislador.
La iniciativa privatista del Ejecutivo de la Ciudad se basa en la necesidad de optimizar el uso de recursos y recortar el gasto público. Sin embargo, pese a estar el servicio en manos privadas, el Presupuesto 2017 contempla una inversión de 6281 millones de pesos en los subterráneos porteños, los que representa un 3,5% por ciento del total de fondos del Estado distrital.
El proyecto fue redactado por la cartera de Moccia junto a los legisladores de Confianza Pública Graciela Ocaña y Diego García Vilas, quien preside la Comisión de Obras y Servicios Públicos de la Legislatura. El oficialismo pretende agilizar el tratamiento de la norma ya que, además de la concesión, en diciembre vence la emergencia del servicio, que otorga numerosas facultades a la estatal Subterráneos de Buenos Aires (SBASE). Sin embargo, la oposición dejó en claro que a Cambiemos no le será fácil salirse con la suya y, apelando al artículo 82 de la Constitución de la Ciudad, exigió mayoría especial -40 votos- para la aprobación de la ley.
Mientras tanto, los bloques de Suma+ de Martín Lousteau, el Frente para la Victoria, el Frente de Izquierda y el Partido Socialista Auténtico, presentaron distintos proyectos para que el Subte pase a manos del Estado.
De esta manera, se configura un escenario incierto para los subterráneos pero hay una certeza en la Ciudad: la campaña de cara a las próximas elecciones será bajo tierra.