Caso Omar Cigarán: una década eterna sin justicia
El viernes 15 de febrero de 2013, apenas pasado el mediodía, el oficial de civil de la Policía Bonaerense Diego Walter Flores asesinó a Rubén Omar Cigarán, de 17 años, en las calles 122 y 43 del barrio Hipódromo de La Plata. El joven sufría de un consumo problemático de drogas, por el cual la familia había pedido muchas veces ayuda al Estado. Era hostigado desde hace años por integrantes de la Comisaría Segunda, encabezados por el Teniente Leonardo Chavarrito, a pesar de haber denunciado la situación en varias oportunidades. “Su asesinato tuvo todos los ingredientes de un típico fusilamiento de gatillo fácil” describe en diálogo con AGENCIA PACO URONDO María del Carmen Verdú, una de las abogadas que tuvo la familia y titular de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi).
A Cigarán la policía le robaba, lo golpeaba, lo detenía y lo trasladaba para “certificar su identidad” -modalidad prohibida sobre menores de edad-, para luego dejarlo en cualquier lugar para que regrese solo. Debido a ello, la familia solicitó un hábeas corpus para que Chavarrito deje de perseguirlo pero, a pesar de la resolución favorable, nunca cesó. El día previo al asesinato se llevó a cabo un allanamiento en su casa, a pedido explícito de la fiscal Ana Medina al juez Fernando Mateos sin tener en cuenta el amparo, en el que a Sandra Gómez, la madre de Omar, le dijeron: “Si no entregás al guacho, mañana lo tenés muerto”.
Ese viernes de 2013 Flores volvía al barrio tras una jornada de trabajo en una dependencia de Quilmes. Según su versión, levantada por los medios, observó como Omar intentaba robarle la moto a otro efectivo de civil y justificó su accionar alegando que el joven iba armado. Desde el primer momento inició el encubrimiento. Casi todas las medidas fueron hechas por la misma fuerza de seguridad y Flores nunca fue pasado a disponibilidad, sino que aún sigue ejerciendo. La sospecha sobre los hechos previos, contemporáneos y posteriores motivó la aprobación de un pedido de informe del Concejo Deliberante al Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires sobre la actuación de los efectivos.
La causa penal estuvo a cargo de la fiscal Medina, en el ámbito del Juzgado de Garantías N° 6 del juez Mateos. “La fiscalía tomó a libro cerrado la versión policial”, sostiene Verdú. En ningún informe o foto del día de los hechos se advierten rastros de un arma -que además no funcionaba bien-. Tampoco en las cámaras de seguridad entregadas meses más tarde. Sin embargo, cinco horas después se expuso lo contrario, sin que la fiscal haya ordenado las muestras. El cuerpo fue llevado a la Morgue Policial, antes que a la Asesoría Pericial, donde el médico Marcelo Menzulo dictó haberla encontrado entre las ropas de Omar.
Menos de un año después Medina, actuante en la mayoría de los casos de violencia institucional de la ciudad, sobreseyó a Flores por considerar que había actuado en legítima defensa durante una supuesta situación de robo y se apartó de la causa. El pedido fue ratificado por el Fiscal de Cámara, Héctor Vogliolo, por lo que la familia Cigarán se tuvo que constituir en particular damnificado para requerir la elevación a juicio. El 11 de abril de 2017 el Tribunal Criminal N°4 de La Plata, integrado por Emir Alfredo Caputo Tártara, Juan Carlos Bruni y Julio Germán Alegre, por decisión mayoritaria, absolvió al oficial Flores. “Fue un juicio sin la presencia del Ministerio Público Fiscal, al que llegamos sólo por el esfuerzo y constancia de la mamá”, recuerda Verdú y agrega: “Mientras Sandra no recibió siquiera el mínimo apoyo, el homicida fue asistido, como ocurre con enorme frecuencia, por un equipo de abogados penalistas especializados del Ministerio de Seguridad de la Provincia”.
La sentencia fue apelada por la representación legal de la familia, la mencionada Verdú y Pedro Auzmendi y Sofía Ballesteros, del Colectivo de Abogados/as populares La Ciega. El cuestionamiento pasaba por las contradicciones de los testigos Susana Palacios y Leandro Junquera que afirmaron, luego de cuatro años, haber visto a Omar con un arma en su poder, cuando antes no habían podido asegurarlo. “Los jueces ignoraron las declaraciones testimoniales, los informes periciales y las reglas de la lógica”, remarca Verdú.
Sin embargo, el fallo fue confirmado por la sala V del Tribunal de Casación Penal en 2018 y en 2020 la Suprema Corte de Justicia bonaerense rechazó el recurso de queja. Los jueces Hilda Kogan, Eduardo Pettigiani, Eduardo De Lazzari, Sergio Torres y Daniel Soria lo evaluaron improcedente al considerarlo fuera de término ante Casación. Por su parte, el máximo tribunal judicial de la Nación todavía no ha decidido sobre las medidas interpuestas.
Todas las instancias avalaron la impunidad policial. Por ello, existe otro expediente por el encubrimiento del hecho que apunta a funcionarios de la Departamental y de la Morgue policial de La Plata, entre ellos el comisario de la seccional Carlos Gandolfi, los efectivos Jonatán Emanuel Degese, José Augusto Guzmán y Gabriel Alejandro Lofeudo, y el médico Menzulo. La causa está a cargo del fiscal Álvaro Garganta, ante el Juzgado de Garantías Nº 4 de Juan Pablo Masi, y se les acusa de no haber preservado la escena y de plantar un arma en el cuerpo de la víctima, aunque no se actúa con celeridad y la madre de Omar se sigue cruzando con el oficial Flores por las calles del barrio.
Desde el Colectivo contra el Gatillo Fácil de La Plata, que nació de la organización a partir del caso, se encuentran difundiendo distintos contenidos que representan la lucha que se llevó a cabo. El sábado 18 de febrero se realizará una jornada antirrepresiva en la Plaza de Lxs Pibxs -Diagonal 80 y 115- junto a familiares de víctimas de gatillo fácil, desapariciones forzadas, causas armadas y violencia en contexto de encierro. A una década del asesinato de Cigarán, la titular de Correpi resalta que la “lucha contra el gatillo fácil y la represión no se da sólo ni principalmente en los despachos de los tribunales ni se centra exclusivamente en la sentencia” sino que “tiene su lugar en las calles y es por la conciencia”.