Crimen de Walter González: “Creemos que vio algo dentro de la cárcel y por eso lo mataron”
Por Juan Borges
Alejandra Rosalez es la madre de Walter González, un joven asesinado en la Unidad Penal n° 46 de San Martin, el 31 de enero del 2013. La madre del joven habló con AGENCIA PACO URONDO y ofreció su testimonio con el reclamo de justicia. "Tenía 22 años cuando lo asesinaron con un arma tumbera de entre 15 y 20 centímetros, los compañeros pidieron atención médica, el personal de servicio penitenciario dio órdenes para que lo dejaran ahí. Pero se estaba muriendo. Lo trasladaron al hospital Carlos Boccalandro de Tres de Febrero pero ya estaba muerto", sostuvo.
APU:¿Quién era Walter?
Alejandra Rosalez: Mi hijo se llamaba Walter Guillermo González. Lo había detenido un patrullero en 2008, y lo llevaron a la comisaría primera de Pablo Nogues, lo ven durmiendo encima de un banco, lo golpean, le dan la cara contra la puerta trasera del patrullero. Lo detienen y no me permiten verlo cuando voy a verlo. Me informan que lo habían detenido por hallarse en estado de ebriedad o drogado en la vía pública y que en unas horas quedaría en libertad.
Al otro día al ver que mi hijo no recuperaba la libertad me acerco a la comisaria para reclamar porque no lo habían soltado y allí me dicen que no lo iban a soltar porque había cometido varios robos. Cuando me dijeron eso les dije que esa acusación no era cierta. Pude verlo y me conto que le habían hecho firmar unos papeles que desconocía que eran. En la comisaría de Nogues estuvo tres meses, después lo pasaron a la alcaldía de Polvorines donde estuvo un año y siete meses, allí hacia trabajos de mimbre que los policías vendían en Tigre a cambio le daban una gaseosa y un helado. De ahí lo trasladaron a la Unidad Penal 46 de San Martin ubicada en José León Suarez.
APU: ¿Qué sucedió el 31 de marzo de 2013?
A.R: Todos los días en el penal de José León Suarez los agentes del servicio penitenciario abren las puertas de las celdas a las siete de la mañana las celdas para requisar a los detenidos. El 31 de marzo de 2013 también lo hicieron pero algo cambio. Dejaron las rejas sin traba y se fueron, tres presos salieron a buscar a mi hijo Walter para pelearlo. Los testigos contaron que ganó la pelea pero cuando se iba recibió dos puntazos por la espalda; el primero fue en la cervical que lo inmovilizo y el segundo le cortó la aorta y cuatro vertebras y allí murió. Eran las 7: 15 de la mañana. Walter tenía 22 años cuando lo asesinaron con un arma tumbera de entre 15 y 20 centímetros, los compañeros pidieron atención médica, el personal de servicio penitenciario dio órdenes para que lo dejaran ahí. Pero se estaba muriendo. Lo trasladaron al hospital Carlos Boccalandro de Tres de Febrero pero ya estaba muerto.
APU: ¿Qué se determinó en el juicio?
A.R: En el 2014 el caso llego a juicio, en ese momento no tenia abogado ni cita previa con la fiscal a cargo. El TOC 4 de San Martin absolvió a los tres acusados; José Manzanilla, Arizpe Oviedo, José Chaves Mesa. No pudieron acreditar sus participaciones en el hecho y acusaron a los compañeros de Walter que salieron de testigos. Se apeló a casación y en el 2018 nos confirmaron la absolución de los culpables materiales. Apelamos a la corte Interamericana pero estamos todavía esperando. En el 2020 se iba a hacer un juicio contra algunos agentes del servicio penitenciario que liberaron la zona para la emboscada a mi hijo. Esperemos que el año próximo podamos retomar la causa.
APU: ¿Por qué cree usted que lo mataron a Walter?
A.R: Mi abogado es Alberto Palacios. Nuestra teoría es que Walter vio algo dentro de la Unidad Penal. Aparentemente ingresaban droga a cambio de carne. Fue todo muy raro, desde un tiempo mi hijo venia comentándome que se veían cosas raras ahí adentro. Los testigos que contaron bien como fueron las cosas fueron hostigados y perseguidos, les hicieron causas por falso testimonio y les hicieron la vida imposible ahí adentro. Sin dudas hubo encubrimiento del Servicio Penitenciario.
APU: ¿Cómo era la vida en el penal?
A.R: Walter tenía una condena de seis años y seis meses, estaba en un pabellón de buena conducta y de trabajadores, era el encargado de la granja de la unidad, le gustaban mucho los animales. Ya había cumplido más de la cuarta parte de la condena, le faltaba un mes para salir. Pude verlo un día antes de su muerte. Hacía seis años y siete meses que estaba preso. Yo luche mucho contra la adicción de Walter, sufrí mucho y no recibí ninguna ayuda de nadie. Verlo en la cárcel era lo más terrible que me podía pasar en la vida. El 31 de marzo se conmemoraron ocho años de su muerte, este año no voy a marchar por la pandemia, pero exijo que se haga justicia y que paguen los culpables materiales del hecho, pero también los que liberaron la zona y fueron cómplices.