Gatillo fácil de Hernán Gómez: “La policía lo mató dos semanas después que nos casamos”
Por Juan Borges | Foto: Daniela Morán
Antes de convertirse en una víctima de gatillo fácil de la Policía de la Ciudad en 2018, Hernán “el Pelado” Gómez, sufrió una vida marcada por la exclusión. Nació en una familia en situación de calle, con una madre con problemas de adicción a la heroína que falleció cuando él tenía cuatro años de edad. Fue criado por una familia adoptiva que falsificó su partida de nacimiento y lo abusó sexualmente. Grisel Medina, madre de sus cinco hijos, conversó con AGENCIA PACO URONDO y denunció que Gómez fue víctima de un caso de gatillo fácil a manos de la Policía de la Ciudad.
APU: ¿Quién era Hernán Gómez?
Grisel: Hernán fue una persona que se crio durmiendo en la plaza del Parque Lezama y que padeció las peores injusticias desde chico para terminar sus días asesinado a manos de la agente de la Policía de la Ciudad Analía Costilla de Jesús. Él se había instalado en Zavaleta, en el barrio porteño de Barracas. Era adicto al paco. A los 22 nos conocimos y comencé a ayudarlo para que saliera de su adicción. Tuvimos 5 hijos. Era vendedor ambulante. Nos casamos y a las dos semanas en una recaída se fue a la villa y allí se encontró con la asesina que le quitaría la vida. Era una gran persona con un corazón enorme a pesar de todo lo que había vivido. Un gran padre y un excelente esposo. Era un luchador de la vida que a pesar de no haber tenido nada y haber sido criado a los golpes comenzó de grande la escuela primaria y a estudiar inglés, también era vendedor ambulante. Salíamos a pelearla juntos. Tuvo lamentablemente un final que no merecía.
APU: ¿Cómo fueron los hechos que finalizaron en su asesinato?
Grisel: En el 2018 nos casamos, el 2 de noviembre y el 16 de noviembre lo asesinan en Villa Zabaleta la policía Analía Costilla de Jesús que estaba de civil y le dispara un disparo en el tórax y otro en el pecho, lo deja abandonado y huye regresando a las seis horas con la policía de la ciudad. Mi marido estuvo agonizando todo ese tiempo hasta que finalmente murió. Esto sucedió en Uriarte y Alcorta. El Estado lo abandono desde niño. Hasta finalmente matarlo en 2018.Tenía apenas 27 años de edad.
APU: ¿Cómo se encuentra la causa actualmente?
Grisel: La causa en primera instancia la tuvo el abogado Eduardo Soares de la Gremial de abogados. En ese momento la habían cerrado, pero nosotros apelamos y el juez la reabrió. La habían cerrado por falta de méritos. La causa comenzó a avanzar recién ahora cuando cambie los abogados y lograron comprobar que el arma que le planto la policía a Hernán para inculparlo no tenía huellas digitales suyas. Se necesitan testigos para que pueda avanzar la investigación, pero gente que presenció los hechos no quiere testificar por temor a la policía. No hubo juicio, ni tampoco se encuentra previsto. La principal acusada monto una escena falsa colocando un arma en donde sucedieron los hechos y presento al comisario como testigo cuando este nunca fue participe ni presencio los hechos. Pero al no haber testigos nuestros que hayan declarado nadie puede refutar eso. La acusada hizo tres declaraciones diferentes; en la primera dijo que Hernán tenía un hierro, en otra dijo que tenía un arma de juguete y en la última dijo que tenía una réplica de un arma de fuego. Finalmente, el arma que plantaron en el lugar no tenía las huellas digitales suyas. Mi marido solo tenía encima una pipa que utilizaba para fumar paco. Aparentemente el que le quiso robar a ella corrió para la villa y pensó que era mi marido. Desde su camioneta Kangoo le disparo matándolo y dejándolo tirado.
APU: ¿Usted tiene abogado en este momento?
Grisel: Tengo dos abogados que me los ofreció el movimiento “Barrios de Pie” pero últimamente no me responden los llamados porque no me convence la idea de integrarme a su organización. No me responden los llamados o dicen que me van a llamar ellos, pero finalmente nunca lo hacen. Yo estoy muy sola y tengo miedo porque soy vendedora ambulante y el sábado pasado fui a vender al barrio de Versalles en Liniers y un grupo de policías me rodearon y me tiraron al piso la mercadería acusándome de que yo había robado con mi marido en una casa cuando yo ando sola. Por suerte la gente del barrio salió en mi defensa porque me conocen, sino me hubieran llevado. Tengo mucho miedo.