La in-justicia: a seis años del asesinato de Jonatán Herrera
Por Diego Moneta
La tarde del 4 de enero de 2015 Jonatán Herrera, de 22 años, lavaba su auto frente a su casa en el pasaje Villar y Ayacucho, en el barrio Tablada de la ciudad de Rosario. En ese momento, pasó corriendo Brian Vespucio, quien iba con un revólver en sus manos y era perseguido por la camioneta Nº 5035 del Comando Radioeléctrico como sospechoso de haber robado una juguetería de la zona.
Antes de llegar al cruce mencionado, los policías Miguel Iturres, Milagros Rodríguez y Gladys Galindo bajaron de ese móvil y comenzaron a disparar. Al mismo tiempo, los agentes de la Policía de Acción Táctica (PAT) Ramiro Rosales, Francisco Rodríguez, Luis Sosa y Alejandro Gálvez observaron los hechos y descendieron de un colectivo de la línea 133 y se sumaron a los tiros. Tanto Vespucio como Herrera recibieron balazos y, a su vez, el agente de la PAT Fabricio Jazmín fue herido en una pierna. Vespucio fue detenido y posteriormente condenado a seis años por el atraco. Jonatán perdería la vida horas después por dos impactos: uno en el cráneo y otro en el abdomen.
Cinco agentes, cuatro de la PAT y uno del Comando, llegaron en 2017 a juicio oral por el hecho. Rodríguez, Sosa y Gálvez por intento de homicidio. A Rosales se le atribuyó el crimen, tras comprobarse que la bala hallada en el abdomen de la víctima fue disparada por él, y 18 meses después fue imputada Galindo por el balazo en la cabeza. Según los jueces Juan Carlos Curto, Rodolfo Zvala y Juan José Alarcón lo sucedido fue producto de un “imprudente y nada profesional” procedimiento, que tuvo su máxima expresión en una escena por demás contaminada, por no decir armada, que impidió preservar pruebas para llegar a mayores conclusiones. A partir de ese elemento determinaron que “no hubo intención” por parte de los uniformados.
Rosales, acusado de homicidio calificado, fue condenado a sólo seis años y seis meses de prisión, a diferencia de Galindo que fue absuelta. Rodríguez, Sosa y Gálvez recibieron tres años y ocho meses por tentativa de homicidio. Tres meses después, en una audiencia donde no se permitió el ingreso al público, los jueces decidieron dejar en libertad a tres de los acusados. En mayo de 2019, Rosales recuperó su libertad y el crimen quedó sin siquiera un responsable en prisión.
Desde ese 4 de enero, Julieta Riquelme, su hermana, a través de distintas iniciativas impulsa la lucha por justicia y para visibilizar problemáticas de los jóvenes, como por ejemplo mediante La casita de Jonatán Herrera y su participación en la Multisectorial Contra la Violencia Institucional. Cabe recordar que en el año 2017, en una exposición teatral realizada en el Museo de la Memoria de Rosario, un grupo de efectivos policiales irrumpió sin orden judicial mientras se realizaba una actividad en homenaje al joven asesinado.
El pasado domingo 3 de enero, a seis años del crimen, familiares y amistades de Jonatán se reunieron en Parque Yrigoyen para realizar un festival para homenajearlo. Se presentaron varios grupos musicales y murgas de la región y se restauró el mural de la intersección de las calles Buenos Aires y Virasoro. También asistieron allegados a otras víctimas de violencia institucional.