Lucas Cabelllo: “Esperamos que la Cámara de Casación ratifique la sentencia y Ayala vaya preso”
Por Diego Moneta
El intento de asesinato de Lucas Cabello por parte de Ricardo Luis Gabriel Ayala, oficial de la, en ese entonces, Policía Metropolitana, es paradigmático del gatillo fácil como política de estado. Abusos cotidianos de las fuerzas de seguridad, encubrimiento por parte de los responsables políticos y demoras o fallas en el proceso judicial.
A finales de 2015, Lucas salía de una panadería en La Boca y, tras discutir con el uniformado, este decidió dispararle en tres oportunidades, en presencia de su mujer y su hija. En la Comisaría 24 le negaron a varias personas la realización de una denuncia por lo que había sucedido. Lucas, que en ese momento tenía 20 años, quedó internado en grave estado durante varios meses. El accionar de la Metropolitana cerraba su círculo.
El siguiente paso fueron las declaraciones de las autoridades del Gobierno de la Ciudad. En primer lugar, María Eugenia Vidal, por aquel entonces no sólo Vicejefa porteña sino Gobernadora bonaerense electa, deslizó que “en origen era un caso de violencia de género”. Fue desmentida por la pareja del joven y por la Defensa Pública de la Ciudad. Más tarde Guillermo Montenegro, ministro de Justicia y Seguridad, agregó a dicha hipótesis, ya refutada, que Lucas estaba armado, pero fue rápidamente desmentido por los abogados de la familia Cabello. El hecho se sumaba al historial de violencia institucional por parte de la fuerza de seguridad dependiente de Ciudad y servía como muestra del cinismo del Pro.
En instancias judiciales, tras cuestionamiento al juez y dos postergaciones, el 5 de diciembre de 2019 el policía Ayala fue condenado a 16 años de prisión por intento de homicidio agravado. Sin embargo, a más de un año, la sentencia todavía no fue ratificada por la Cámara de Casación. AGENCIA PACO URONDO dialogó con Lucas Cabello.
Agencia Paco Urondo: ¿Cuál es la situación del policía Ricardo Luis Gabriel Ayala?
Lucas Cabello: Ya lo han condenado en un fallo unánime. Hace más de un año que estoy esperando que la Cámara de Casación ponga la sentencia firme para lograr que vaya preso como tiene que ser. Intentó matarme y está libre en su casa. Me levanto todos los días pensando en ese día. Estoy esperando que Casación haga algo porque todavía no hizo nada. Si hubiese sido al revés, yo estaba preso desde el primer minuto. No entiendo por qué se protege tanto a un policía asesino. Es una vergüenza la demora.
APU: ¿Considera que esta demora se enmarca en las postergaciones del juicio?
LC: Más allá de las postergaciones, el juicio fue bastante rápido. La Cámara se demora porque lo están protegiendo. Si la condena es mayor a 15 años tiene que estar preso por riesgo de fuga. Él tiene contactos. Si se fuga y no lo encuentran, ¿qué pasa? Yo me quedo sin justicia, esperando que algún día se aparezca por mi casa para terminar lo que quiso hacer. Sé que no va a ir a una cárcel común, sino a un pabellón con privilegios, con otros que han intentado asesinar y no han podido. Fue tan cobarde que ni siquiera me mató y me dejó vivo para que yo pueda contar toda la verdad.
APU: ¿Qué pasó con la investigación que se abrió para averiguar responsabilidades políticas y civiles de las autoridades?
LC: Tampoco sé nada. Depende de los jueces ya. Quisiera saber quién fue el psicólogo que le hizo la pericia para que con diez meses de instrucción saliera a la calle armado. Vidal había dicho además que había llegado caminando al Hospital Argerich. Es una vergüenza porque se dijeron un montón de versiones para ensuciarme y defender a la policía. Nunca recibí un llamado del gobierno para saber cómo estaba. Las autoridades que se tenían que hacer cargo en estos seis años nunca vinieron. Lo único que hicieron, el 10 de noviembre de 2015, fue acercarse a mi mamá para ofrecerle 300 mil pesos y que la causa quede cerrada, mientras yo estaba internado.
APU: ¿Cuál es tu análisis sobre el proceso judicial?
LC: Hasta ahora no hubo justicia porque no pasó nada. Va a llegar tarde, pero va a llegar. El tema son los ánimos. Yo la estoy pasando muy mal, con tratamiento psiquiátrico. Estoy trabajando en una radio, tengo proyectos. Este año voy a empezar la universidad para estudiar periodismo deportivo. Lo que me gustaría es que se haga justicia y así poder ejercer en unos años la profesión que a mí me gusta.
Este jueves van a salir algunas agrupaciones del barrio para pegar afiches para dar a conocer la cara del asesino y que quede encarcelado. No puede seguir caminando tranquilo. Me arruinó todo lo que tenía pensado a mis 20 años. Quiero justicia para cerrar una etapa. Si algún funcionario superior me lee, quiero decirles que no les cuesta nada llamarme, pero yo sé que no lo van a hacer.