"Repudiamos al ejército de comunicadores que han abdicado de la ética"
Por colectivo Somos Mariano y Darío: arte convocatoria contra la violencia institucional
Hoy, 7 de junio, Día del Periodista en Argentina, desde el colectivo Somos Mariano y Darío: arte convocatoria contra la violencia institucional: queremos rendir homenaje a los profesionales de la comunicación que no falsean los hechos. A aquellos que no solo eligieron esta profesión para ganarse la vida, sino también para mejorar la vida de todos; que “dan testimonio en tiempos difíciles”, como mencionó Rodolfo Walsh en la Carta Abierta a la Junta Militar; que proponen la reflexión en pos de mejorar las conductas sociales.
Repudiamos al ejército de comunicadores que han abdicado de la ética, de los valores humanos y democráticos –hasta de la buena educación y el respeto por sí mismos y por el prójimo–, para transformarse en mercaderes de mensajes antisociales, individualistas, discriminatorios y racistas.
Es evidente que no pueden contribuir con esa actitud a solucionar problemas, sino a agravarlos, incluso para ellos mismos, que se desprestigian como carne de cañón en el ejercicio de su profesión, bajo las luces de los medios hegemónicos. El periodismo es una noble profesión, no merece el bastardeo al que lo someten quienes lo usan como arma de guerra.
Que siempre habrá pasquines, eso ya lo sabemos, en el 506 y en el 2022 también. Este siglo XXI es un despliegue de maldad insolente, como Discépolo decía del pasado siglo XX. Los discursos de odio y punitivistas incentivan la violencia generando un clima propicio para el abuso policial y los linchamientos mediáticos.
En los casos de violencia institucional, los medios juegan un rol fundamental al informar un hecho: generalmente, se asume como verdad la versión policial y la de los actores judiciales, mientras que otras voces son silenciadas, ninguneadas y revictimizadas.
Hoy, gracias a la lucha de los derechos humanos, los familiares de las víctimas saben que es necesario hacerse oír para que la balanza no esté siempre inclinada para el mismo lado. De no probar su condición de víctimas, en el imaginario colectivo se escucha el eco del prejuicio: “ah, era pibe chorro”, “por algo habrá sido”. El impacto en las personas de esa primera noticia queda grabado a fuego y, aunque después surja la verdad, no tendrá la misma relevancia y ya no será nota de tapa.
Los medios son formadores de opinión, crean estereotipos, difunden y fijan estigmatizaciones; un sentido común que poco tiene que ver con la realidad. A lo largo de la historia y adecuándose a la época, han construido –los medios gráficos, la televisión, el cine, las redes sociales– la imagen del “enemigo interno”, del “peligroso”, despojando a los nadies –al decir de Galeano– de su condición humana, su dignidad y sus derechos; a esos otros ya descartados por ciertos sectores de nuestra sociedad.
Reclamamos la reposición integral de la ley de medios, eliminar el efecto de los decretos del macrismo y la reglamentación de la misma que es una de las normas construidas de manera más plural y federal de las que tenemos noticias.