El Ministerio de Ciencia y Tecnología impulsó políticas para la igualdad de géneros
Por Nadia Luna en Agencia TSS
Las desigualdades de género atraviesan todos los ámbitos laborales y muchas parecen haberse profundizado a partir de las medidas de aislamiento social que buscan controlar el avance del coronavirus. En el caso del sector científico-tecnológico, muchas investigadoras y académicas están indicando que tienen más problemas que antes de la pandemia para mantener su producción científica mientras lidian con un mayor peso de las tareas de cuidado que sus pares varones.
Con el objetivo de atender estas desigualdades, la Agencia I+D+i del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCYT) lanzó este jueves 4 de junio el área de Política Transversal de Género y Diversidad Sexual de la Agencia. La presentación virtual, transmitida por Youtube, estuvo a cargo de Paula Lenguita, responsable del área de Género; Dora Barrancos, ex integrante del directorio del CONICET y referente en materia de ciencia y género; Fernando Peirano, presidente de la Agencia; María Alejandra Zinni, representante del Directorio de la Agencia; y Laura Toledo, directora del Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC) del MINCYT.
“Cuando hablamos de política transversal, la primera gran preocupación que tenemos es cómo sostener una política inclusiva en el tiempo. El primer paso es homogeneizar criterios para medir la desigualdad y hay un compromiso con el Ministerio de Ciencia para caminar en esa dirección junto a otros ministerios y construir indicadores comunes”, afirmó Lenguita. La socióloga señaló que uno de los principales obstáculos es el que se conoce como “techo de cristal”, que es la dificultad que tienen las mujeres para acceder a puestos de mayor jerarquía. “Según un informe reciente de Gestión y Empleo Público de la Nación, área dirigida por Ana Castellani, en lo que respecta a autoridades de organismos de ciencia y tecnología, la relación entre mujeres y varones es de 14% versus 86%. Evidentemente, hay mucho por hacer todavía”, indicó.
La presentación virtual, transmitida por Youtube, estuvo a cargo de Paula Lenguita, responsable del área de Género; Dora Barrancos, ex integrante del directorio del CONICET y referente en materia de ciencia y género; Fernando Peirano, presidente de la Agencia; María Alejandra Zinni, representante del Directorio de la Agencia; y Laura Toledo, directora del Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC) del MINCYT.
A su vez, contó que la tarea de la Agencia se enfocará en tres aspectos clave. “En primer lugar, tener un compromiso en la valorización de las capacidades de las mujeres en todos los terrenos de la ciencia, tecnología e innovación. Un segundo elemento es la cuestión de las tareas reproductivas y de cuidado. Esta pandemia hizo que, forzosamente, las instituciones empiecen a asumir los compromisos que requiere enfrentar la desigual distribución de esas tareas. En tercer lugar, fortalecer y promover los liderazgos femeninos a la hora de formar equipos de trabajo”, sostuvo.
Peirano señaló que, al ser un organismo que tiene la capacidad de abrir y cerrar oportunidades, la Agencia asume la responsabilidad de implementar convocatorias con perspectiva de género. En ese sentido, destacó que la temática está presente desde la composición misma del directorio, integrado por cinco mujeres y cinco varones, y mencionó algunos aspectos de los que se van a ocupar. Entre ellos, anunció el próximo lanzamiento de una convocatoria para constituir redes dentro de las Ciencias Sociales y Humanas para pensar qué mundo va a quedar en la pospandemia. La idea es que, entre quienes dirijan esas redes, haya equidad de género. También, que en cada convocatoria que se abra, se ponga el foco en que las temáticas contemplen la perspectiva de género.
“Vamos a iniciar un camino que lleva años postergado: la revisión de los reglamentos de becas. Vamos a trabajar para que las licencias más elementales, como la licencia por maternidad, sean reconocidas al momento de estar cursando una beca en la Agencia, como también ver qué otros componentes podemos sumar a esas licencias para que las tareas de cuidado puedan ser más equitativas. Esto lo vamos a hacer en diálogo con los becarios y becarias”, dijo Peirano.
Zinni, que también es directora del Departamento de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes, utilizó el concepto de “piso pegajoso” para referirse al hecho de que en la base de la pirámide de la carrera científica el 60% de la población de investigadores son mujeres, mientras que, a medida que se sube en la escala, el porcentaje de mujeres apenas se acerca al 25%. “El diagnóstico es multidimensional pero está atravesado por dos factores: el mandato social, es decir, el patriarcado, y la meritocracia. Cuando competimos por un financiamiento, hay una vara diferente a la hora de evaluar un proyecto según si es encabezado por una mujer o por un varón”, apuntó.
Uno de los principales obstáculos para las mujeres es el que se conoce como “techo de cristal”, que es la dificultad que tienen para acceder a puestos de mayor jerarquía.
Toledo señaló que hay disciplinas en las que la desigualdad de género es mayor y lo ejemplificó con su experiencia personal. Cuando comenzó a cursar Ingeniería Industrial, en el año 2004, eran solo cinco mujeres en un curso de 40 estudiantes. Seis años después, en su acto de colación, fue la única mujer en recibirse. Hoy dirige el FONARSEC y señaló con alegría que, de los 12 integrantes, 10 son mujeres. Sin embargo, agregó: “Si se revisa la base de datos del FONARSEC encontramos que, entre 2010 y 2018, solo el 18% de los proyectos tecnológicos financiados fueron liderados por mujeres. Muchas de ellas eran mujeres con una larga trayectoria profesional, próximas a la jubilación. ¿Será que ese techo de cristal se rompió demasiado tarde?”.
El cierre estuvo a cargo de Barrancos, quien celebró el lanzamiento de esta área y se refirió a la necesidad de atender la desigualdad desde el ámbito universitario, donde ya se delinean los sesgos de género según la disciplina. “Siempre digo que hay que ser muy bien educada para ganar menos que un varón. Cuando en una disciplina se incrementa la posibilidad salarial hacia arriba, se llena de varones. Cuando se deteriora, se llena de mujeres. Un ejemplo claro de esto está en el área de informática”, apuntó.
Por último, Barrancos reflexionó: “En el ámbito científico muchas veces se ve una autoimpugnación, donde a las mujeres les cuesta manifestar una situación reivindicativa, subjetiva, ante la desigualdad de género, porque consideran que eso significa herir la objetividad de la ciencia. Por eso, auguro que esta iniciativa sea un programa vigoroso y vertebral. La no democracia derivada de las circunstancias de género en ciencia no es solamente un problema de moral, sino que la ciencia y la tecnología se pierden extraordinarias oportunidades de creatividad”.