¿Fue cómplice Clarín del neoliberalismo?
Diario Clarín del lunes 15 de noviembre de 1993
La hipótesis del estudio era que la consolidación del régimen neoliberal no se dio solamente por la prepotencia de un fuerte aparato represivo. Este estuvo acompañado por un aparato ideológico que convenció a grandes mayorías de lo conveniente de un nuevo modelo de acumulación, cuyo leit motiv fue “un peso, un dólar”. La investigación pudo establecer que a pesar de que la cobertura que hizo el diario Clarín fue diferente, hubo elementos de continuidad histórica.
Las elecciones de 1989 se dieron en un contexto de aguda crisis económica. El radicalismo avanzaba tibiamente en las primeras reformas del Estado, como el proyecto de privatización de Aerolíneas Argentinas y la plataforma electoral de ajuste del candidato Eduardo Angeloz (“el lápiz rojo”). La cobertura de Clarín responsabiliza al gobierno como causante de la crisis. Según el diario, el escenario social estaba atravesado por la mayor crisis de las últimas décadas, una crisis de “locura extrema”. Para reforzar la imagen, Clarín no aminora metáforas infernales: “apocalipsis, diablos, estallidos y convulsiones”.
Otro responsable subsidiario son los sindicatos, pues con sus reclamos salariales aceleran “la espiral inflacionaria”. Las víctimas son “los industriales”. Y la voz sensata es la Iglesia Católica. Respecto del PJ, este “tiene acercamiento a los organismos de crédito internacionales y embajadas, a la alta burguesía local, la Iglesia y las Fuerzas Armadas, atributos considerados como positivos para el diario”. En síntesis, la política y los trabajadores son responsables de la crisis, el capital su víctima.
Las presidenciales de 1995 se dan en un escenario enteramente distinto. El modelo neoliberal se encuentra fuertemente implementado. Se han privatizado las principales empresas del Estado, rige la Convertibilidad y la clase política gobernante ha sido plebiscitada en cuatro elecciones nacionales, una de ellas el referendo constitucional. Sin embargo, la crisis mexicana de 1994 (“del tequila”) señala tempranamente los límites del modelo y comienzan a destaparse crecientes escándalos de corrupción, entre ellos la venta de armas a Ecuador durante el conflicto con Perú. Clarín tampoco es el mismo. Se ha convertido en un holding multimediático con Canal 13, servicio de cable, radios, diarios del interior, editoriales e impresiones, internet.
La cobertura del diario es muy crítica del gobierno de Menem y señala la corrupción como principal causa de la pauperización social. Por eso le otorga extensos espacios a los candidatos opositores, principalmente al del Frepaso, José Bordón. Lo que nunca está en discusión es el modelo económico. La transformación económica hacia un modelo neoliberal ha provocado un estado de angustia social que es inevitable. Sin embargo, Clarín sugiere soluciones: “mayor solidaridad”, “microemprendimientos ecológicos”, “subsidios y capacitación”.
Clarín desliza una mirada negativa hacia el FMI, BM y organismos multinacionales porque coaccionan la política económica argentina en un marco de creciente pobreza y desocupación. Pero de las construcciones discursivas que propone Clarín, se deduce que estos son un problema inevitable.
La conclusión de la tesis fue que –a pesar de las diferencias- existen elementos de coherencia histórica en el relato mediático de Clarín. Propone resignarse a la “modernización económica” aunque sus consecuencias sean lamentables. El principal responsable del malestar social es la política, sea por inepcia alfonsinista o la corrupción durante menemista. Los trabajadores son co-responsables de esta situación (1989) o directamente son silenciados (1995). El gran capital tampoco aparece, si lo hace, es como víctima de las políticas implementadas.
Tomando dos periodos emblemáticos (las presidenciales 1989 y 1995), el estudio fue un aporte para pensar el sentido común fatalista con que el diario (y posteriormente el Grupo) legitimaron la implementación y sustentabilidad del modelo neoliberal.