TV: Lanata volvió con discurso y estética de los 90
Sobre el cierre, Jorge Lanata cerró su "Periodismo para todos (PPT)" con una entrevista a Mario Pergolini. En parte, la entrevista sorprendió ya que el conductor radial no está en el centro de la escena mediática argentina. Para un twittero, fue la clausura perfecta del programa: "La de Mario es una nota de actualidad. De la actualidad del programa: los noventa", ironizó.
El debut en la televisión abierta de Lanata después de 15 años no sorprendió a nadie. Quien vio alguna vez Día D (salió a mediados de los 90, en América) habrá sentido que se trataba de una copia, aunque de menor calidad. En aquella versión revistaron periodistas como Horacio Verbitsky, Ernesto Tenembaum, Martín Caparrós o Marcelo Zlotowiazda; se podrá decir mucho de varios de ellos, aunque se coincidirá en que proponen un nivel periodístico superior al de Nicolás Wiñaski o Luciana Geuna, ambos acompañantes de Lanata también en radio Mitre. El primero trabajó en Perfil y Crítica, antes de recaer en Clarín: escribe notas explosivas, siempre de fuerte impacto, que con el tiempo se diluyen hasta quedar en nada. La segunda fue responsable de unos los bloopers de esta semana: contó "en detalle" el proyecto de expropiación de YPF que "tienen los diputados k ahora en sus manos".
PPT alternó espacios dedicados al humor con la presentación de "investigaciones periodísticas" y entrevistas. El arranque (¿podía ser de otro modo?) giró en torno a una canción inglesa que el propio Lanata explicó: "Es contra un político conservador inglés, y todo el tiempo le dice 'fuck you'; escuchala, te va a gustar". De ese modo, el periodista volvió sobre un viejo leitmotiv que fue su marca registrada durante los 90: la feroz crítica a "los políticos". Su versión 2012 arranca insultándolos.
Sin embargo, este año el cuestionamiento a los políticos parece circunscribirse a los dirigentes del kirchnerismo. En una de las promo del programa, Lanata se ríe también de Mauricio Macri: ayer no hubo ninguna mención a ningún opositor al Gobierno Nacional.
Como se prevía, todo el primer programa se centró en la causa de la imprenta Ciccone y en la supuesta responsabilidad del vicepresidente Amado Boudou. Hasta los chistes se refirieron al exministro de Economía. La cobertura del caso, lejos de explicar algo concreto sobre el expediente judicial o de mostrar una prueba sobre alguna irregularidad, tuvo todos los gestos propios de la década anterior: una y otra vez los periodistas ironizaron sobre la capacidad económica del político aludido. "Mirá la pileta, linda, no?, debe estar bueno vivir en Puerto Madero", coincidieron.
La entrevista principal fue con Mariano Zabaleta, hermano de Juachi, cercano a Boudou. Zabaleta habló antes con Perfil: anoche también reconoció que está peleado desde hace años con su hermano por un problema económico. Y reiteró lo que dijo al diario: que el exministro y Alejandro Vandenbrole, operador de la quiebra de la imprenta, se conocen. Si eso se confirmara en nada modificaría en lo sustancial la causa judicial. Vale recordar, una vez más, de qué se trata toda la "causa Ciccone" o "Boudougate": la quebrada imprenta Ciccone logró que la AFIP le otorgara plazos muy cómodos para recuperar su situación financiera. El exministro de Economía firmó en su momento un dictamen en el que avalaba la movida pero agregaba: "sin mengua del interés fiscal". Para Lanata (y Clarín y La Nación y Perfil...) eso demuestra que Boudou se quiso quedar con la empresa por medio de Vandenbrole, quien sería su "testaferro". Esa palabra la pronunció la mujer del operador de Ciccone en una entrevista con radio Mitre, justamente con el programa que conduce Lanata. Laura Muñoz está en conflico con su marido. Por el momento no mostró ninguna prueba y afirmó que dijo "testaferro" porque así se lo sugirieron los periodistas en la entrevista. Esta trama, hasta acá modesta, generó cuatro meses casi ininterrumpidos de tapas en los principales medios opositores. Periodismo independiente, que se dice.
Como sea, ayer la red social Twitter se vio conmovida por la reaparición. La emisión promedió los 16 puntos, compitiendo mano a mano con Telefe. Atrás quedaron los tiempos en que el periodista criticaba con dureza al Grupo Clarín. Ahora ambos se juntaron en un deporte que prefieren en los últimos años: el antikirchnerismo furioso. Lanata se sumó a esa cruzada con un formato que conoce y que viene practicando desde mediados de los 90.