Alfredo Rosso fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura Porteña
El lunes 7 de agosto pasado, el salón Montevideo de la Legislatura porteña fue el escenario elegido para distinguir como Personalidad Destacada de la Cultura Porteña al periodista especializado en rock, Alfredo Rosso.
Roy Cortina, legislador y presidente de la Comisión de Cultura de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) e impulsor de la mención, abrió la jornada ante un buen número de familiares, amigos, músicos y periodistas, entre los que se encontraba AGENCIA PACO URONDO manifestando “es un orgullo para esta Legislatura reconocer a una voz que ha marcado a generaciones tras esa expresión cultural tan asombrosa que es el rock, el gran Alfredo Rosso. A quien sería reduccionista etiquetarlo solo como un periodista, ya que su impacto en la cultura trasciende ese ámbito, porque es un defensor apasionado de las artes en todas sus dimensiones”, destacó.
Luego, y ante la atenta mirada de Celsa Mel Gowland, Sergio Marchi, Rubén de León, Pipo Lernoud, Isa Portugueis y Willie Campins, entre otras figuras del rock argentino, fue el turno de Fernando Pau, periodista musical, dueño desde hace 40 años de la disquería especializada Abraxas y amigo de Alfredo, quien expresó: “En 1985 pusimos juntos una disquería que se llamó Tabú, para lo cual contamos, también, con la inestimable colaboración logística de Marcelo Gasió, aquí presente en la sala. En las bateas estaban muchos de los discos que se metieron en el corazón de los rockeros argentinos, elegidos y seleccionados gracias al enorme trabajo de investigación e innovación de Rosso”, concluyó.
Seguidamente, y luego de recibir de manos de Roy Cortina el diploma de Personalidad Destacada de la Cultura, tomó la palabra el homenajeado, quien acompañado de sus hijos y su actual compañera, visiblemente emocionado se dirigió a los presentes:”Fui despertado en mi niñez por un par de estrofas de una canción, ‘Cuando mi balsa esté lista, partiré hacia la locura, con mi balsa yo me iré a naufragar´. Y lentamente fui comprendiendo lo que Lito Nebbia y Tanguito querían decir, era el soltar amarras con un entorno social que se había transformado en una camisa de fuerza, gris, aburrida, regida por un poder de facto con ambiciones mesiánicas. Y lo que es más importante, no permitir que nadie escriba el libreto de nuestras vidas”.
“Era el soltar amarras con un entorno social que se había transformado en una camisa de fuerza, gris, aburrida”.
Más adelante, el periodista iniciado en la mítica revista Expreso Imaginario y conductor, por más de 26 años, de su programa radial La casa del Rock Naciente (FM Rock & Pop), se refirió a su formación en la contracultura: “En un momento afortunadamente cayó en mis manos un ejemplar de la revista Pinap, cuya tapa estaba dedicada a Los Gatos. Y en sus páginas conocí la existencia de Manal, Almendra y la generación de La Cueva integrada por Moris, Javier Martínez, Pipo Lernoud, Pajarito Zaguri y Miguel Abuelo. Y más tarde, la magia de la radio con programas como Modart en la Noche y El Show del Minuto, conducidos por Ricardo Kleiman y Hugo Guerrero Marthineitz, respectivamente”.
Y prosiguió diciendo: “Al poco tiempo salió la revista Pelo, primera en hablar de la existencia de un movimiento de rock argentino. Llegó a mis manos El libro hippie (1969), de Jerry Hopkins, y comencé a leer a nuestros periodistas pioneros como Miguel Grinberg, Juan Carlos Kreimer y Jorge Pistocchi, en cuya casa se gestó Expreso Imaginario, donde descubrí los lazos que existían entre el rock y la literatura de los escritores beatniks, el cine y el teatro de autor de aquí y el mundo; en una palabra, la bien llamada contracultura”.
Antes del brindis, el cierre musical estuvo a cargo del cantante, guitarrista y compositor Omar Giammarco interpretando “La asesina de las pelotas” y “No me dejes un domingo”, canciones que forman parte de su álbum Nunca se sabe (2021), a quien Alfredo presentó como un símbolo del rock, esa música que le cambió la vida para siempre, que sigue absolutamente vigente en pleno siglo XXI con una nueva generación de artistas, periodistas y comunicadores.