Contracultura punk: "Intenté devolverle al disco 'Invasión 88' algo de todo lo que me dio a mi"
Por Mariano Nieva
Luis Hitoshi Díaz es productor y realizador audiovisual. En diálogo con el programa radial “El Jardín de los Presentes” (FM Zoe 107.1) y Agencia Paco Urondo se refirió, entre otras cosas, a su última película “Héroxs del ‘88”, inspirada en el disco compliado “Invasión 88”, que reunió bandas emblemáticas del punk argentino como Attaque 77, Flema y Los Laxantes, entre otras.
Agencia Paco Urondo: ¿Cómo llegás a conectar con el material de Invasión 88 y porqué decidiste hacer un documental?
Luis Hitoshi Díaz: Escuché el disco de” Invasión ‘88” en 1991, es decir 3 años después de su salida. En ese momento, Los Ramones llegaban por segunda vez a nuestro país. Por entonces también, tengo el vago recuerdo de escuchar en la Rock & Pop los temas “Gente que no” de Todos Tus Muertos y “Sola en la cancha” de Attaque 77. Tenía 12 años y pensaba que locura estos tipos. Unos putean a todo el mundo y otros le cantan a Boca. Acá hay algo raro.
Me acuerdo que se había puesto de moda la FM Z 95 donde no paraban de sonar Depeche Mode y Erasure. Un día aparece uno de esos amigos grandes que siempre te salvan y me trae algunos fanzines, el primer disco de Attaque 77, uno de Los Violadores, el simple de Comando Suicida y un cassette grabado de Invasión ’88, que inmediatamente copié en esos equipos a doble cassetera que existían. Y aunque todavía conservo la cinta grabada después lo pude conseguir en cd.
De todo ese material recibido cuando escuché lo que traía Invasión no lo podía creer. Luego, leyendo los fanzines descubría como en esa época la Argentina y más precisamente la Ciudad de Buenos Aires, estaba llena de punks. Esos personajes que me llenaban de fascinación junto a lo atractivo que me resultaba además del mito mal entendido del punk reventado y rebelde.
De esta manera, me hice fanático de Invasión ‘88 y todo el material que salía al respecto lo trataba de conseguir para coleccionarlo. Una reedición, un demo o una nota de alguna de las bandas que habían participado en el disco. Allí empecé a escuchar Ramones y hasta el día de hoy sigo consumiendo las mismas 10 bandas de punk rock de siempre.
Y bueno, con los años me hice periodista y comencé a perseguir el sueño de conocer a los protagonistas y de hacer algo con Invasión. En un momento yo estaba abocado a un proyecto de ficción que se terminó diluyendo y coincidiendo en que se venían los 30 años de la salida del disco se me ocurrió meterme con el documental. De esta manera intenté devolverle a Invasión ‘88 algo de lo que me había dado a mí.
APU: Invasión 88 sin duda fue un momento de quiebre en la escena punk ¿Coincidís con esta apreciación?
LHD: Totalmente, y teniendo en cuenta que el punk es un género bastante cuadrado y no virtuoso musicalmente hablando me parece que en ese momento había diversidad en el estilo de las bandas. Diferencias que no veo en lo que vino después. Ahora creo que casi todas se parecen demasiado a Ramones en general. Si escuchas Invasión ’88 y con todas las críticas que les podes hacer a los grupos que participaron te das cuenta que son bastante distintos entre sí.
Siempre se dice que la primera etapa del punk en Argentina tiene que ver con el primer disco de Los Violadores a comienzos de los 80. En plena dictadura y escuchando las letras que tenían no lo podía creer. No era fácil en ese contexto hacer lo que hacían y siendo tan pibes además. Aunque esa inconciencia y esa rebeldía me parecían fantásticas.
Después, viene esa camada que arranca con Todos Tus Muertos y Massacre Palestina a mediados de los 80. El turno de Invasión ’88 y luego el despegue de Ataque 77. El final de toda esa etapa va a llegar de la mano del menemismo cuando en un contexto de una gran crisis económica en general se dejen de fabricar vinilos. Lo que va a afectar mucho la difusión de las bandas.
APU: ¿Puntualmente en que momento decidiste comenzar el rodaje de la película?
LHD: Cuando comienza un nuevo año siempre hago algún tipo de balance personal de lo que pasó y de lo que viene por delante. Entonces, caí en la cuenta de que se acercaban los 30 años de la aparición de “Invasión ‘88”. Y decidí activar el documental. Me puse en campaña para tratar de ubicar a Sergio Chuchu Fasanelli, creador del sello Tripoli junto a Walter Kolm y productor del disco. A Chuchu sólo lo había visto una vez hacía muchos años en los pasillos de una radio. Recuerdo que como fan le pregunté en aquella oportunidad por el video de Invasión.
Finalmente me contacté con Fasanelli por intermedio de mi amigo Chatarra. Quiero hacer un docu de Invasión ’88 le dije. Tuve la suerte de que el productor conocía mi película anterior que se llama LEXTER. Entonces me pidió que nos encontremos para contarle detalles del proyecto. Y así fue. Nos juntamos a conversar en un bar de Palermo a fines de enero de 2018.
En un momento de la charla Sergio me dice que tal vez no sea una buena idea ponerme a trabajar con ese material ya que a su juicio fue un disco que en el momento no le había importado a nadie. Es más, lo habían terminado regalando. Ni yo tengo siquiera alguna copia, me explicó.
Le respondo que no coincidía con esa apreciación. Que de Invasión ’88 habían salido grandes bandas como Attaque 77 y que me parecía que aquel fue un momento muy importante de la cultura punk argentina. Un quiebre de la escena. Y que sinceramente necesitaba hacer algo con ese disco.
Entonces me dice bueno dale hacelo. Me recomienda que lo vaya a ver al Chino Adrián Vera, ex bajista de Attaque 77, que se acuerda bastante de las cosas que pasaron sobre Invasión. Y así empecé el recorrido que desembocó finalmente en la película. El Chino empezó a contar anécdotas y a mencionar personajes que yo no sabía quiénes eran. No los conocía. Por ejemplo de Exeroica sólo sabía de Patra, su guitarrista, que vivía en España y nada más. Con División Autista me pasó lo mismo. No tenía registro de ellos.
APU: Me imagino que mientras iba tomando forma el documental habrás sentido la necesidad de armar un equipo de trabajo.
LHD: Mientras avanzaba armé un grupo de producción con toda gente muy joven. Hice una reunión en casa, les expliqué los alcances del proyecto y nos pusimos a buscar a los protagonistas. Por Facebook pudimos dar con algunos de ellos y empezamos a acordar entrevistas.
Cuando empecé con los reportajes los músicos con cierta curiosidad me preguntaban por qué quería hacer este trabajo con Invasión ’88. Cual era mi real inquietud. Luego, cuando se dieron cuenta que era algo serio y pretendidamente bien hecho se engancharon de manera definitiva con el docu. Inmediatamente comenzaron a ofrecerme el poco material de archivo que tenían. Fotos, volantes, afiches, etc.
APU: Cuándo empezaste con las entrevistas. ¿Pudiste encontrar en los protagonistas algo que haya quedado de aquellos punks?
LHD: Me siento un poco niño todavía. Iba a las entrevistas esperando encontrar aquellos punks. Y lógicamente ya no estaban. Walter Kolm por ejemplo hoy es parte del equipo de mánagers de Maluma y tiene sus oficinas en Miami. Aunque sigue sosteniendo la idea que tuvo siempre de que hay que vender discos para poder seguir produciendo y editando. En su escritorio tiene los cds de Los Violadores y de Rancid. Y cuenta que cada vez que viaja a España compra todo el material que encuentra de La Polla Records y si coincide también va a ver a Evaristo Páramo cantar. Y Pablo cantante de Parálisis Infantil es profesor de diseño y tiene una cátedra en Ciudad Universitaria de Buenos Aires.
Dejemos de lado Ataque 77 que triunfó e hizo su camino. Hoy escuchas hablar a los chicos de Rigidez y sus ideas no sé cuánto difieren de las letras que cantaban en aquella época. Marcelo Pocavida sigue haciendo shows a cual más escandalosos. Ahí es donde siento que el punk sigue vivo.
Entonces, creo que la gran mayoría de los protagonistas de Invasión 88 no traicionaron lo que fueron en aquella época. Siguen ligados a la música. Aunque en algunos casos ya lejos del punk y de la música popular.
APU: ¿Cuál fue el aporte más importante que te dio la participación de los productores y fundadores de Radio Trípoli Sergio Fasanelli y Walter Kolm?
LHD: Fueron de vital importancia. Chuchu Fasanelli fue quién me facilitó el contacto del otro productor de Invasión ’88 Walter Kolm que hoy es un prestigioso empresario radicado en Miami (EEUU). Cuando lo llamo y le cuento de la idea que tenía sobre el disco él me responde que nunca viaja a Argentina pero que de todos modos le avise cuando empiece con las entrevistas.
Pasó el tiempo y un día estando en mi casa tirado en la cama mirando Netflix me llega un mensaje de Walter preguntando si me podía llamar. Conversamos un rato y me alentó a darle para adelante con la peli. Me dijo además que estaba muy contento con lo que estaba haciendo y que contara con él para lo que esté a su alcance.
Al día siguiente me escriben unos chicos desde Miami fanáticos de Invasión y que se dedican también a trabajar en documentales. Me cuentan que allí están radicados Judas, baterista de Comando Suicida y Pablo Piñeiro cantante de Conmoción Cerebral. Y que si deseaba ellos se podían encargar de grabar las notas junto con la de Walter Kolm y enviármelas. Del mismo modo, se contactaron unos pibes desde San Pablo enterados del documental que estaba produciendo y me consultaron de si por mi intermedio podía hacerle llegar a los chicos de Rigidez Kadaverica la propuesta de editar en Brasil el demo que tiene la banda en cassette. Todo fue un gran aporte para la película.
APU: ¿Cómo surgió la idea de ponerle Héroes como título a la película?
LHD: Le puse “Héroes” porque para mí todos los que participaron de aquella movida eran eso, héroes. Aunque tengo que decir también que hubo gente que me cuestionó que le pusiera ese nombre porque en el disco había bandas de machirulos filo nazis que les pegaban a todo el mundo.
APU: Te estás refiriendo particularmente a Comando Suicida.
LHD: Exactamente. De todos modos me parece que cuando uno hace algo artístico tiene que, no digo desafiar, pero si jugarse un poco. Yo no defiendo a nadie. Los Comando eran eso. Participaron del disco y también de la escena de entonces. ¿Qué pretendían que haga?
Riqui Espinosa, líder de Flema, era fanático de Comando Suicida y muy amigo de Sergito (Sergio Betancourt) su cantante. La gran mayoría de los entrevistados me contaban que eran fanáticos de la banda. No niego tampoco que en algún momento dudé en que hacer con ellos. De incluirlos o no. Lo consulté con los chicos de la producción y decidimos que tenían que estar.
También Ciro Pertusi, cantante de Attaque 77, lo dice claramente en el documental. Comando Suicida les marcó el camino a todos. Las bandas querían tener una canción contra la policía como tenían en ellos.
Yo tenía una sola preocupación aunque suene egoísta con el trabajo. Quería que le gustara a los que habían participado del disco. Que se sintieran representados y respetados. Y por suerte eso pasó. Si hubo alguno al que no le gustó no lo sé y si me lo dice está todo bien. Lo acepto. Además, es solo una película que de última se puede no ver.
APU: ¿Cómo pensaste el circuito de exhibición una vez terminado el documental. Donde creés que puede funcionar mejor?
LHD: Lo ideal para este tipo de películas es exhibirlas en Festivales. Por ejempla acá en nuestro país los dos más importantes sin ninguna duda son BAFICI y el de Mar del Plata. Para el Festi que se organiza en la costa me llamaron para proyectarla en noviembre del año pasado. Lamentablemente cuando me di cuenta que no llegaba a la fecha propuesta apunté todos los cañones para poder estrenarla en BAFICI 2019. Y por suerte entró. Después del estreno y con la satisfacción que medió poder mostrarla por primera vez, el docu se fue para Colombia y Perú.
Todo el material que encontramos está ahí. Y como era de muy baja calidad se necesitó de mucha edición para arreglarlo. Si ves el documental en la computadora o en el celular zafan. El problema es cuando lo llevas a la pantalla grande. Ahí se nota lo precario de los archivos. Aunque el punk permite un poco de deformidad.
APU: En BAFICI además pudiste conocer a Julien Temple.
LHD: Sí. Me entero que iba a estar en Buenos Aires el día del coctel que se organiza para la presentación del Festival. Yo soy medio cinéfilo y siempre intento estar al tanto de quienes son los directores que vienen y que me gustaría conocer. Pero esta vez con la vorágine del cierre de la peli no me fijé en el programa de visitas que iban a estar en BAFICI. Así que fue una gran alegría para mí encontrarme con un director como él que registró toda la historia del punk.
Es más, en una de las funciones que nos dan en una plaza al aire libre para mostrar Invasión ’88 me doy cuenta que en una de las veredas había un tipo vestido de traje mirando atentamente la pantalla. Como no estaba muy seguro de si efectivamente era Julien Temple le pregunto a un amigo que estaba al lado mío si era él. Cuando me responde que sí no lo podía creer. Así que fuimos, lo saludamos, le regalamos un póster y le contamos un poco detalles de la peli. Realmente el tipo se mostró muy interesado con lo poco que vio y por lo que le pudimos decir acerca de mi trabajo.
APU: En la película se advierte también la importancia de los fanzines.
LHD: Como medio de comunicación me parecen fascinantes. Por aquel tiempo los fanzines eran el único medio para poder enterarte por ejemplo de que había bandas punks y de otros géneros .El mayor archivo que se conserva de aquella época y que utilicé mucho para el documental son precisamente de los fanzines. Incluso hoy en día cada vez que encuentro alguno trato de tenerlo.
APU: En los 80 además tenían la característica de ser totalmente artesanales.
LHD: Claro. Antes alguien se tomaba el trabajo de cortar y pegar. Los avisos estaban hechos enteramente a mano. Como un collage. Ahora cambió tanto todo que para diagramarlos te podés ayudar con un programa en la computadora. Sinceramente me parece buenísimo que una persona por sus propios medios intente hacer comunicación gráfica en tiempos donde todo es tan volátil. Que te den un volante en papel me parece genial.
Hubo una época a comienzos de los 90 en que me armaba recorridos semanales para intentar conseguirlos junto a algún otro tipo de material. Un día caminaba por la Av Santa Fé y visitaba lugares como las galerías Bond Street y Quinta Avenida. A la semana siguiente me iba a Parque Centenario al puesto de Alacrán. O sino recorría Av Cabildo en búsqueda de fanzines, cassetes de bandas independientes, etc. Era la única manera de encontrar la novedad. Internet no existía.
Los circuitos se los armaba cada uno. Después y a medida que iba creciendo empecé a ir a recitales a lugares como Arlequines, Die Schule y Cemento. Allí encontrabas todos los números que empezaban a renovar la escena del rock local. Por eso creo que todo eso fue clave para la época y había que contarlo.
APU: Si bien al día de hoy el documental todavía no tuvo mucho rodaje ya se exhibió en algunos lugares. ¿Cuál fue la respuesta del público que tuvo la posibilidad de ver Invasión 88?
LHD: Muchos querían saber cómo había sido esa época donde el punk era una movida minoritaria en nuestro país hasta que llega Ramones. Porque casi no hay registro de todo aquello. Después si me llamó la atención la cantidad de pibxs de veinte años que fueron a verla a BAFICI que además hicieron preguntas muy interesantes.
A otros les llamaba la atención los nombres que tenían los grupos en aquel momento. Como División Autista, Cadáveres de Niños, Rigidez Kadaverica y Parálisis Infantil. Recuerdo una nota que leí de Juan Fandiño, guitarrista de Flema, que contaba que a la hora de pensar el nombre para la banda buscaban que sea chocante y asqueroso. Una toma de posición también. Como un acto de joven rebeldía.
Ahora se viene un momento de mayor circulación para el docu. Y calculo que se va a empezar a encontrar con su público más nativo. Un auditorio puro de punk rock. Y ahí veremos que pasa. Después me gustaría editar las notas completas y subirlas a youtube.
APU: Hoy estamos asistiendo a la lucha que están llevando a cabo muchas artistas por lograr la sanción definitiva de La ley de Cupo Femenino para festivales públicos y privados. ¿Qué nos podes contar acerca de la presencia de mujeres en la escena punk de los ’80?
LHD: Siento que aquellas mujeres aún siendo pocas sentaron un precedente. En el disco de Invasión 88 estaba Exeroica. Una banda integrada netamente por mujeres. Y Alejandra Gravinesa, bajista de Rigidez Kadavérica. Aunque hay que decir también que había muchas más minas en el resto de la escena punk. Por fuera de los grupos que formaron parte del disco. Patricia Pietrafesa era una de las músicas más destacadas que no participaron.
APU: ¿Cuáles fueron los hechos que más te sorprendieron o destacás de tu investigación para el documental?
LHD: Lo primero que me sorprendió fue cuando me enteré que el video que se grabó del Festival se perdió porque se gastaron la guita que había para ir a buscarlo. Por ese motivo no hay registro. Aunque hay rumores y mitos alrededor de si existe o no ese material. Y lo otro que descubrí es que la noche de presentación en Cemento hubo un pacto entre las diferentes tribus. Skins, Punks y Skaters negociaron no agredirse para no pudrir el recital. Muy al estilo de la película “The Warriors” (1979) dirigida por Walter Hill.
APU: Una vez concluido. ¿Que sentís que vino a aportar tu trabajo sobre aquel momento tan importante del punk argentino?
LHD: Lo importante de mi trabajo sin duda es que los propios protagonistas contaron la historia. Yo solo acompañé en lo que pude para intentar reflejar un disco que entiendo fue clave más allá del punk. Si escuchas el disco te das cuenta que es todo desparejo. Entonces el documental tenía que ser un poco así también. Por eso me contagié de ese espíritu. Porque el cine punk tiene que ser urgente si no es un embole.