“Desertoras”, adaptación teatral de “Las aventuras de la China Iron”

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TEATRO INDEPENDIENTE

“Desertoras”, adaptación teatral de “Las aventuras de la China Iron”

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24 Mayo 2023

Todos los domingos hasta el 25 de junio, a las 18 horas, puede verse en el Teatro El Grito una maravillosa obra llamada Desertoras, que nos traslada a la pampa de nuestro país para seguirle el paso a dos peculiares mujeres: La China, pampeana (Camila Tabet), y Elizabeth, inglesa (Nicole Kaplan). Acompañada por la voz y la guitarra de Catalina Telerman, esta historia la relatará Sol Zaragozi, la dueña de la pulpería del pueblo, quien a su vez la escuchó de su abuela, la fundadora de la pulpería.

Desertoras es una obra de teatro basada en la primera parte de la novela Las aventuras de la China Iron de Gabriela Cabezón Cámara. De dramaturgia colectiva, la obra está dirigida por Violeta Marquis. Fue ganadora del Festival de Teatro Universitario de México 2022 y obra seleccionada por la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires en el mismo año.

Desertora: soldada que desampara su bandera, dice la RAE. Elizabeth y La China, las protagonistas de esta obra, desamparan la bandera de la opresión femenina, la bandera del miedo y la fragilidad, para levantar otra: la del amor y la posibilidad de un futuro distinto, a caballo entre el inglés y el español. Elizabeth está de camino a unas tierras donde se instalará y se encuentra con La China, a quien le ofrece albergue, comida y ropa limpia a cambio de que la guíe por los senderos más seguros de esta pampa que a sus ojos, luce toda igual. Horizonte, horizonte y más horizonte.

La poética que propone "Desertoras" es delicada y cómica pero también sabe ser profunda y significativa.

El primer hallazgo de la pieza es sin dudas Sol Zaragozi, quien hace un trabajo magistral como narradora de la historia. Zaragozi despliega una voz y un manejo corporal que seduce al espectador desde la primera oración, y genera un clima de complicidad que no se rompe nunca. Nos toma de la mano y nos muestra de cerca cada piedra, cada mota de polvo y cada pedazo de agua que las aventureras se cruzan por el camino. Tabet y Kaplan tampoco se quedan atrás: no podría haber mejor China ni mejor Elizabeth ni aunque se recorriera, buscándolas, el mundo entero. Las genuinas sonrisas de Tabet y el perfecto acento inglés de Kaplan (que mantiene de principio a fin un spanglish hilarante) crean una química bellísima. Esto lleva al segundo hallazgo de la obra: cómo elige contar esta historia de amor. Lejos de un romanticismo esperable y programático, el vínculo entre La China y Elizabeth se va construyendo a través de compartir saberes. Elizabeth le muestra el té, La China le enseña a manejar la carreta, Elizabeth le muestra ropa, La China le hace conocer el mate. Algo muy hermoso sucede cuando Elizabeth le propone a La China elegirse un nombre, un nombre propio que sea sólo suyo.

Esta versión teatral de la primera parte de la novela de Cabezón Cámara es una hermosa manera de acercarse a ese pedazo de nuestra historia, de la que hoy, por suerte, conocemos varias caras. La poética que propone Desertoras es delicada y cómica pero también sabe ser profunda y significativa. Es una demostración más de las increíbles cosas que puede hacer el teatro independiente con no más que una mesa, un mate, y una carreta. Definitivamente, una obra para no perderse.