El teatro ardiendo, carta de un director a otro
Por Hugo Aristimuño
Vale la pena morir, por todo eso sin lo cual no vale la pena vivir. Salvador Allende
Siempre sostuve la condición inequívoca de artista cuando me cruzaba con los espectáculos, los talleres, los tangos, la poesía y las palabras del querido Coco Martinez…muy dentro mío y cuando se presentaba la ocasión lo sostenía con mis palabras y mis ojos conmovidos.
Artista de aquellos…auténtico, idealista, inconformista, supersticioso y profundamente creador… ahí me viene al alma su voz inconfundible, sus manos y sus brazos dibujando mundos en constante movimiento, girando sus broncas, sus errores, sus desolaciones, su ternura, su picardía y por sobre todo su creación, bella, dolorosa, amorosa y contundente.
Qué lástima que te nos fuiste Coco enamorado…Coco soñador…Coco ejemplo…nos andan faltando tipos como vos, ahora más que nunca…aunque no sé si podría hoy subirme a tu bronca fuera de los escenarios…ey! Pará Coco…no te expongas así, abrazame y vamos pal’ teatro, el escenario está ardiendo en fuego, sangre y flores…prendé tu luz y dale….aquí estamos aún…