Evita y su representación cinematográfica

Es interesante como el séptimo arte representó el peronismo inaugural o mejor dicho a la representante última del justicialismo, la compañera Evita. Esta trascendental figura fue abordada desde distintos puntos de vista, desde uno condenatorio o caricaturizador hasta otros que reconocían y valoraban la gesta justicialista en aquellos años cincuenta de nuestro país.

A poco de sucedida la revolución fusiladora, se publica en español La mujer del látigo, una biografía de Evita escrita por Mary Main, una especie de collage de toda la mitología antiperonista condesada en un libro, desde que vino con Magaldi hasta que su único motivo para hacer política era la venganza. Main era un periodista inglesa de familia argentina que vivía en Londres, furiosamente gorila, ya que pertenencia a una familia patricia que se había ido de la argentina en 1943, por la caída de Castillo. En base a ese pasquín se produce la ópera rock de Evita de 1975, en donde se acerca más a como era el ascenso de estrellas o actrices en aquel Hollywood clásico, es decir era más fiel a como fue el ascenso de Lana Turner en los Estados Unidos que a la Argentina de la década infame, donde reinaba el tango y los ladrones de poca monta.

En base a esto se hace la película de Alan Parker, en donde se mezcla también la romantización del Che, con Antonio Banderas más parecido a un galán de telenovela mexicana que a una representación de ese revolucionario en su juventud, obviamente enmarcado en una estética irreal y un tanto kitsch, que muestra una mujer de vestidos caros con palacios gigantes, en donde la ayuda social es funcional al poder casi totalitario de Perón. Ya se había hecho una miniserie de Evita de Faye Dunaway en 1981 que es aún más ridícula, en donde directamente muestra a Perón siendo la continuación del nazismo en la Argentina.

En ese momento se decidió hacer una versión nacional, Eva Perón, interpretada por Esther Goris y escrita por José Pablo Feinmann, en ese caso lo que se privilegió es otra cosa, mostrar a Evita como un ser emocional, que ve la política como la forma de vincularse con el pueblo casi de manera vital como necesario para poder sobrevivir, esa visión prima en cierta izquierda peronista de asociar a Evita con la misericordia, con el lado emotivo del peronismo, ignorando la construcción del partido peronista femenino, entre otras cosas. Es decir, el costado racional y profundamente político de Eva. Además, se muestra la intimidad del peronismo como una especie de desaire permanente hacia ella, cuando en su círculo más íntimo era mucho más complejo, era respetada por los hombres de confianza de Perón, esto contado y confirmado por su confesor el padre Hernán Benítez en reiteradas ocasiones.

Hubo que esperar al kirchnerismo para que el cine tuviera una representación más compleja de la figura de Evita, en este caso proveniente de María Seoane, una ex militante del PRT comprendió el significado de ella y produjo con el director Carlos Castro, la película animada Eva de la Argentina, en donde mediante el expresionismo que permite los dibujos, explicar el lado emocional pero también la gran obra política del matrimonio presidencial de los años cincuenta.

Para finalizar recomiendo, aun así, ver todas las películas que mencionan a “la abandera de los humildes”, por el hecho de que permite ver incluso en aquellas en donde se defenestra su figura, cómo la visión antiperonista caracteriza al movimiento y sus personajes, sin entender las complejidades del mismo. Por esto recomiendo el visionado de todos los films sobre el peronismo.