Festival de Locarno: Hogar, la película de dos continentes

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Festival de Locarno: Hogar, la película de dos continentes

18 Agosto 2019

Por Sergio Ferrari (*), desde Locarno, Suiza

 

La producción ítalo-argentina Hogar desata una polémica de pertenencia en la prensa especializada. Durante el Festival de Locarno, que concluyó este sábado 17, tuvo una doble gran responsabilidad: ser al mismo tiempo la única producción italiana en el concurso internacional -en un festival históricamente muy nutrido por la cinematografía de ese país- y el único film latinoamericano de habla española que aspiró al Leopardo de Oro, el máximo galardón.

En América Latina, se acentúa su carácter argentino, y se subraya el rol determinante de productoras independientes y del Instituto estatal de Cine (INCAA), para asegurar su existencia. En tanto, la prensa ítala, la considera como la obra de una hija del país nacida en Bolzano en 1975.

“Escapo a definiciones porque no me gustan. Soy un poco de todas partes. Nací en Italia, viajé mucho por distintas regiones, viví en Argentina donde me siento en casa. Encuentro mis hogares en el mundo”, enfatiza en entrevista con este corresponsal la realizadora Maura Delpero, quien luego de graduarse en letras en Italia, estudió dramaturgia y escritura de escenarios en Buenos Aires.

Comprendo que muchos “enfaticen la parte argentina del film”, dado el guion, el escenario y una gran parte de las actrices y del equipo, subraya la joven cineasta. Ratifica, sin embargo, la importancia actual del “milagro de la coproducción internacional”, esencial para que su film viera la luz del día.

La maternidad en condiciones de exclusión social

Y al mismo tiempo, “reivindico las cercanías extremadamente profundas entre los dos países. Argentina, tierra de inmigración con fuerte presencia italiana”. Aspecto, explica, que nutre también el guion de la película dado que las religiosas italianas juegan un rol principal.

Hogar, presenta la vida de dos adolescentes madres solteras, Luciana (Agustina Malale) y Fátima (Denise Carrizo), que residen en un centro religioso de Buenos Aires destinado a acoger mujeres en situaciones desesperantes. Ambas, de actuación deslumbrante, son primerizas actrices no profesionales.

Al grupo de religiosas que gestiona desde años la institución en Buenos Aires, se integra la joven Sor Paula –en la actuación de la actriz ucrano-italiana Lidiya Liberman-, recién llegada de la península para concluir su formación, previo a los votos perpetuos.

Las tres mujeres y los pequeños hijos de las dos madres adolescentes construyen el universo principal del film que, a pesar de su simpleza, aborda con particular fuerza narrativa la cotidianeidad de seres marginados enmarcados solo por la institución católica.

Confluencia-choque de perspectivas entre la maternidad carnal y los valores espirituales de las madres religiosas. Todo, en un país donde, a pesar de multitudinarias movilizaciones sociales en los últimos años a favor del derecho al aborto, el mismo sigue siendo ilegal y muchas madres solteras viven marginadas, consecuencia de constantes recortes de los programas sociales.

“Un largo recorrido entre la idea original y la obra terminada”

Entre el momento de la conceptualización y su presentación ahora en Locarno, pasaron más de cuatro años, con un rodaje de menos de cinco semanas, explica la joven realizadora. “Un proceso productivo tan largo que en algunos momentos se puede, incluso, correr el riesgo de perder el amor por la obra”.

Sin embargo, no fue el caso de Maura Delpero, ya “que como mujer y directora necesitaba a cualquier precio hacer un film sobre la maternidad. Es un tema que me interesa muchísimo, me emociona. Fue una elección que me enamoró pasionalmente y la pude mantener encendida a lo largo de este proceso, en el cual fueran cambiando cosas, y en el que yo misma cambié existencialmente”.

¿Con la brújula siempre de un contenido central?, preguntamos. “No. Más que recetar certezas, planteando interrogantes de fondo. Ese proceso me permitió abordarlos sin la pretensión de encontrar respuestas y ahondando más ese tema fascinante. Un camino de profundidad”, insiste. Que se expresa, por ejemplo, en la decisiva escena final, en la que la Sor Paula debe decidir la suerte futura de la pequeña Nina, hija de Luciana.

En cuanto a la producción, “se trata de una película más cara de lo que puede permitirse una obra prima, dada su complejidad”. Aunque exigió recortes de presupuestos y de contenidos. Por ejemplo “me hubiera gustado extenderme más en el carácter inmigrante de las religiosas italianas… Siempre se dice que los límites son creativos y creo que lo fueron”.

Film en medio del gran debate feminista

La maternidad de jóvenes solteras –tal como lo presenta Hogar-, en muchos casos producto, incluso, de violaciones, constituye un tema central en el debate actual del país sudamericano. Donde el aborto sigue siendo ilegal a pesar de multitudinarias movilizaciones por la dignificación femenina que se han dado, en particular, en los últimos dos años.

La idea del film fue anterior a este movimiento amplio que me alegró mucho en tanto mujer porque pienso esencial que se debatan estos temas esenciales, contextualiza Delpero. “Estoy convencida que hay temáticas que están muy presentes porque la vida de las mujeres está claramente determinada por la política y por la falta de igualdad de derechos, como el de abortar”.

Sin embargo, “yo intento hacer arte. No me gustan las películas que se hacen para demostrar algo. Apunto esencialmente a la poesía”, enfatiza. Percepción reconocida ya en grandes festivales. Su proyecto de guion fue seleccionado en 2015 en la Script Station de la Berlinale. Un año más tarde, obtuvo el premio internacional ARTE en el Foro de coproducción Europa-América Latina de San Sebastián.

Es una “enorme alegría estar hoy en Locarno, que conocí en otras ediciones en tanto simple espectadora”. Especialmente porque se trata de un festival con una clara personalidad: defiende una cinematografía de calidad y promueve el coraje propositivo de los realizadores”, agrega.

¿Sorprendida por integrar la selección oficial?  “No. Tenía mucha esperanza. Claro que me alegró particularmente participar en la competición internacional”.

A nivel de futuro, las prioridades son claras: “asegurar que Hogar sea distribuida en Italia y en Argentina. No veo la hora de estrenarla allá, para que el equipo que participó tenga la satisfacción de la devolución”.

Apostando también al casi seguro y largo recorrido en festivales que comenzó este 9 de agosto en Locarno. “Consciente que, en los festivales, siempre hay una atención particular” y un interés especial de los espectadores que buscan propuestas cinematográficas diferentes, concluye.

Cine iberoamericano enaltece a Locarno

Entre las 17 películas seleccionadas para competir por el Leopardo de Oro, cinco han sido producidas en Portugal, España, o Latinoamérica. Todas son estrenos mundiales.

La finalmente ganadora Vitalina Varela, del director portugués Pedro Costa –quien obtuviera un Leopardo en Locarno en el 2014 con Cavalo Dinheiro- y la coproducción luso-francesa Techno Boss, de su compatriota João Nicolau representaron al cine lusitano.

De Galicia (España) llegó la Longa Noite, de Eloy Enciso, conocido del festival por haber presentado Arraianos, en Cineastas del Presente de la edición 2012. 

A Febre, de Maya Da-Rin, proyectada el segundo día, el jueves 8 de agosto, colocó a Brasil en la carrera hacia la máxima presea.

En tanto, la directora Maura Delpero, nacida en Bolzano, Italia, pero con una muy estrecha relación profesional y humana con Argentina, presentó el viernes 9, Hogar, su primera ficción luego de una larga experiencia en documentales.

(*) Sergio Ferrari, en colaboración con Swissinfo.ch