Fiesta de Teatro en CABA: las marionetas, al frente

El Instituto Nacional del Teatro celebra esta fiesta del teatro independiente porteño. Con sede en la parte cultural del Espacio Memoria y Derechos Humanos (Ex Esma) en el barrio de Núñez, los fines de semana de febrero (del 3 al 26), tienen una propuesta variada a la que se accede de manera gratuita con reserva de entradas on line.

El Jurado integrado por Mónica Berman, Natacha Delgado y Cristian Drut ha seleccionado de 154 postulaciones que se han presentado en la convocatoria, los 12 espectáculos que participarán.

Con temática variada, aunque siempre planteando un punto en común con la memoria, la identidad, la lucha por el reconocimiento social, estas obras hablan de sueños, de tradiciones, de descubrimientos y otras situaciones en que quedan expuestas las emociones. Las cicatrices que emergen luego de la violencia o el abuso y la posibilidad de resignificarlas. O una venganza planeada en silencio y soledad durante muchos años, a la que le llega el momento de ser materializada. Como algo llamativo, que no debería serlo, entre las obras participantes hay una de títeres y otra de marionetas.

“Cuando ruge el viento”

La historia dirigida por Juan Manuel Benbassat es una leyenda patagónica en la que se narra el misterioso origen del sonido del viento, en los días de tormenta.

Hormiga Blanca es la joven hija del Cacique. Es pretendida por Koná, un valiente guerrero, pero también por el malvado brujo Cuervo Negro, quien prepara peligrosos desafíos que Koná enfrentará con la ayuda secreta de Hormiga Blanca.

Esta obra, interpretada por marionetas, narra un viejo misterio patagónico. Esas historias que se cuentan en las tardes heladas junto al fuego, en las que el viento sureño anula todos los planes de salida.

El tradicional teatro con telones que van pasando y marcando diferentes escenarios y la deslumbrante habilidad de los titiriteros, invitan enseguida a dejar volar la imaginación y trasladarse al paraje de la historia, Las marionetas artesanales que nos remontan a otros tiempos se ensamblan perfectamente con las voces y gestos de los personajes, que en un guión actual y con momentos de humor, van desarrollando los hechos.

Párrafo aparte merecen los actores Daniela Calbi y Ariel Varela, quienes tienen a cargo la difícil tarea de mover las marionetas, recordar el guión y adaptar las veces de cada personaje.

El espectador se va recordando su infancia, sintiendo que puede prescindir de la tecnología por un rato y disfrutar de una historia presentada con simpleza, con los elementos que tenemos a mano, en la que cuentan mucho las ganas de imaginar y el talento indiscutible de sus intérpretes.