Groncho Mars: "Compañero ya fue, ahora decime camarada"
Ilustración: Leo Olivera
Por Groncho Mars
No pocas veces, las páginas de los diarios se convierten en un taller de literatura, más específicamente de ciencia ficción. Esto puede suceder por diferentes motivos, porque las noticias relatadas parecen salidas de este género o porque la pluma que las firma tomó vuelo en dicha dirección. Veamos sino, las más relevantes de esta semana gronchesca.
En los últimos días, el aislamiento preventivo en nuestro país corrió el serio riesgo de ser quebrantado por la fuerza. Primero, porque aquellos que rechazaron efusivamente por las redes sociales la llegada de médicos cubanos por considerar que eran espías que venían a nuestro país a realizar tareas de inteligencia, redoblaron la apuesta e invitaron a la población a salir a manifestarse contra el irrefrenable avance… ¡del comunismo! "Con barbijo y respetando la distancia, volvemos a las calles: no queremos comunismo", rezaba uno de los afiches que invitaba a salir de manera masiva a las esquinas de las ciudades. Otro advertía: "Revolución del barbijo, basta de dejarle el poder absoluto al gobierno". La situación no podía ser peor, por horas nos sentimos rodeados por seres que no podemos divisar. Mientras el virus de COVID-19 nos obligaba a quedarnos dentro de casa, la reaparición del fantasma del que nos hablaban Marx y Engels exigía presencia multitudinaria en las urbes, para así enfrentarnos a la tiranía de las decisiones del gobierno pero respetándolas, eso sí, con barbijo y a metro y medio entre personas. No sé cómo nadie hizo contraexplosión, ante las contradicciones de semejantes órdenes.
Pero los problemas no terminaron ahí. De reflotar en pocas horas (con esa capacidad que nos caracteriza) la Guerra Fría, nos encontramos con la operación Humo Caliente. Ante la información de que el stock de paquetes de cigarrillos se estaba acabando y las tabacaleras seguían sin producir, hordas de fumadores camuflados con bolsas de compras o correas de perro (algunos, hasta imaginarios) salieron a arrasar con todos los cigarrillos que quedaban en la calle o con algo que se le pareciera. Se comenta que se pagaron precios exorbitantes por un atado mientras que otros tuvieron que conformarse con adquirir las colillas de cigarrillos en precio de oferta (“lo hicimos con la carne, mirá si no lo íbamos a hacer con el pucho”, se le escuchó decir a un empresario que supo jugar, también, de representante político) Este cronista no pudo verificar esa información pero lo que si pudo es constatar que los fumadores salieron en forma mucho más masiva que los “revolucionarios del barbijo”. Si bien los “sanos” consejos de un desinteresado medio invitando a aprovechar el desabastecimiento para dejar de fumar consiguió echarle más humo al fuego, la noticia de que las tabacaleras volvían a producir calmó a los fumadores. Lo que no sabemos es qué calmó a los que se manifestaron contra el comunismo. “Eran cuatro gatos locos”, dijo uno. “Como los cazafantasmas”, dijo otro. Y ahí la cosa me cerró.
Como si esto fuera poco, nos enteramos que Patricia Bullrich, exministra de Seguridad y actual presidenta de Cambiemos, está incursionando en la aplicación Tik Tok enviándole “descontracturados videos” a su nieto. No sabemos si lo hizo al mismo celular que tenía agendado D´Alessio, con el cual el gurrumín jugaba, ni si el niño es el mismo nieto, pero es evidente que Bullrich extraña los días de fama proporcionados por horas de filmaciones donde nos compartía sus grandes aventuras vestida con ropa militar. Es comprensible.
Por suerte, Elisa Carrió salió de su retiro político por un rato (esta frase, en ella, no todo el tiempo significa lo mismo) y nos dejó un excelente resumen de lo hasta aquí hablado diciendo que ella “apoya las medidas de aislamiento, mira series de grandes imperios y lucha contra el cigarrillo”. Igualmente, lo que más me sorprendió de la nota es enterarme de que Lilita tiene su residencia en… ¡Exaltación de la Cruz! Eeeesssooo es coherencia, gente.
Guiados por el GPS selectivo de Juana Viale y metiéndonos ya en el orden internacional, nos dirigimos a la localidad mexicana de Soconusco, donde su cacofónico intendente Rolando Sinforoso Rosas, ya le ganó a la pandemia. El secreto del éxito reside en que a las medidas de higiene y distanciamiento que rigen en casi todo el mundo, el representante le sumó un decreto municipal en el cual “prohíbe a la población morirse por coronavirus”. Lo que no quedó tan claro es que carátula penal se les otorgaría a aquellos que incumplan con el decreto. Y si bien los lugareños piensan que Sinforoso Rosas se deja llevar mucho por “esa serie gringa de los zombies”, por las dudas y temiendo represalias, todavía a nadie se le ha ocurrido transformarse en occiso.
En sintonía distópica y futurista, el ministro de Defensa japonés, Taro Kono, afirmó que “si bien no cree en extraterrestres” y que “sus militares no han visto ninguna nave, el país estará preparado para una eventual invasión”; mientras, en Bolivia, el gobierno presidido por Jeanine Añez lanzó un decreto que penaliza a aquellos “que difundan información escrita, impresa y/o artística que genere incertidumbre en la población”. Llamémosle ironía a que esta ley fue promulgada el 7 de mayo, fecha que en el país vecino se celebra el día del periodismo. Debo confesar que me sigue pareciendo más realista que se cumpla la exigencia del intendente mexicano a que en Japón estén preparados para una invasión extraterrestre o que en Bolivia se respete la libertad de expresión. Aquí es dónde uno comprende por qué el creador de Black Mirror piensa que el mundo está muy turbio como para lanzar una nueva sesión.
En el ámbito judicial, la jueza federal Martina Forns se convirtió en la tercera magistrada en denunciar presiones del anterior gobierno (y lo expreso enseguida, no como en ciertas páginas donde anuncian en tapa que existen presiones y recién en el interior de la nota aclaran que eran del macrismo) en lo que llamó “un plan sistemático” que “fue armado con el sostén de algunos medios de comunicación”. Ahora se entiende mejor la desesperación de Pablo Avelluto por no haber hecho más para cerrar Télam y la TV Pública.
En cuanto a las noticias policiales, las novedades pasaron por el DT Caruso Lombardi, quien está en contra de los cinco cambios; que los Guns N´Roses se asociaron con el escritor James Patterson para, juntos, lanzar un libro infantil titulado Sweet Child O´Mine; que Nik, por enésima vez, fue acusado de plagio, ahora a nivel internacional; y que un repartidor de drogas fue detenido con diez bolsitas de cocaína que ocultaba… dentro de su barbijo. Fuentes no confidenciales dicen que, contagiados por tamaña expresión inventiva, Nik incluiría al barbijo en su próxima tira, Caruso se lo exigiría a la AFA en canje por un cambio y que los Guns y Patterson también dijeron algo, pero ninguno de los presentes lo supo interpretar. A veces pasa.
Aunque usted no lo crea, no fueron estas últimas noticias las que se llevan el destacado de la semana sino la que nos cuenta que un diputado santafesino propone "auto-iglesias" para reactivar las misas. Podría cerrar esta nota preguntando si acabamos de descubrir la religión de los autobots pero seamos respetuosos y dejemos que este muchacho vaya rodando (con la distancia obligatoria y los seguros puestos) hacia esta nueva manifestación de la fe.