Jornadas La Imagen Argentina: diversos modos de pensar el cine nacional

Jornadas La Imagen Argentina: diversos modos de pensar el cine nacional

10 Diciembre 2016

Por Redacción APU

APU: ¿Qué es y cómo surge La imagen argentina?

María Iribarren: A finales de 2014, me reuní con Pablo Rovito para proponerle la realización de unas jornadas sobre cine nacional en la ENERC. Entonces, todavía trabajaba en el Ministerio de Cultura y La imagen argentina fue parte de las intervenciones que, en el terreno de la cultura, el arte y el pensamiento, habíamos diseñado. Rovito no sólo aceptó de inmediato sino que se convirtió en una pieza primordial para que el motor se pusiera en marcha, y que tenga continuidad hoy.

Desde aquella primera edición, que realizamos en julio de 2015, La imagen argentina se propuso abrir un espacio de reflexión sobre el cine, de carácter interdisciplinario y ecléctico. Lo que quiere decir que no restringimos la convocatoria al ámbito académico sino que la cruzamos con el campo de la realización y el de la crítica. En esta línea, la dinámica que mantenemos en este segundo año son las mesas temáticas donde se diera una discusión que abra el juego a todo tipo de público, no necesariamente especializado. Del mismo modo, desde el inicio quisimos garantizar la pluralidad que, además de dar cuenta de los diversos puntos de vista, siempre enriquece el debate.

APU: ¿Cuáles son las temáticas que se abordarán en esta segunda edición?

MI:En 2015, el eje articulador fue la historia del cine argentino, de sus inicios a la actualidad. Este año, en el que Nicolás Prividera se sumó al equipo de producción de las jornadas, focalizamos más el punto de vista, apuntando a que cada año tenga un eje temático más claro.

Nicolás Prividera: A partir de la coincidencia de aniversarios varios (el Bicentenario, los aniversarios de la muerte de Borges y de Fabián Bielinsky), definimos un eje más autoconciente: se trata de pensar la tradición o, mejor dicho, el concepto de tradición aplicado al cine. Y precisamos: la tradición, tal como la entendió Borges pensando en la literatura argentina, no es un concepto cerrado sino un problema que cada generación puede redefinir: ¿Qué tradición reivindicar? ¿Cuáles son sus dispositivos de canonización? ¿Qué tensiones o qué lisuras comprende? A partir de ahí, barajamos todas las posibilidades en cruce: pensar si hubo una autoconciencia de la tradición en el cine argentino, explorar sus relaciones con la literatura, su presencia o negación en los nuevos cines argentinos de los 60 y 90, el rol de la crítica en esas discusiones, etcétera.

APU: Van a ofrecer una entrevista pública a Adolfo Aristarain, ¿cómo analizan su filmografía y dónde la ubican en la historia del cine argentino?

MI: Más allá de haber disfrutado las películas de Aristarain cuando se estrenaron (porque, de algún modo, te permitían hacer catarsis en momentos de censura y de represión), me parece que es una filmografía que admite un contacto entre generaciones, estéticas y modos de filmar.

NP: Del cine de Aristarain se suele hacer siempre una lectura sesgada, sea por el lado del género o de sus diversos períodos, pero pocas veces se intenta una lectura integral de su obra, que habría que encarar por su condición de bisagra generacional. Es decir, en relación a su filiación conflictiva con el “nuevo cine argentino” que lo antecedió y con el que lo sucedió. No en vano es uno de los pocos referentes de los años 80 que siguen siendo respetados, más allá de cualquier consideración crítica.

APU: Una de las mesas analiza una deuda pendiente: la Cinemateca Nacional.

NP: La creación de la Cinemateca es una deuda histórica, desde la creación misma del Instituto de cine hace más de medio siglo. En términos de puesta en valor y preservación del capital simbólico, los libros y las revistas cuentan con la protección de la Biblioteca Nacional, y las artes plásticas con la Red Nacional de Museos. En cambio, el acervo audiovisual se viene perdiendo hace décadas. De hecho ya hubo pérdidas irreparables: la mitad del cine sonoro se considera perdido. Y se seguirá perdiendo, con mayor velocidad y vértigo en la era digital, si no se toman decisiones en esa materia. No sólo es cuestión de preservar la producción “histórica” sino también la actual y la que vendrá. De lo que se trata, en definitiva, es de resguardar el cine argentino en tanto patrimonio nacional.

MI: Agrego a las consideración de Nicolás, que al hablar de la preservación audiovisual las variables a tomar en cuenta son muchas: hay que decidir cuál es la manera más eficaz para preservar ya que hace años que no se filma en 35 mm y, por lo tanto, muchas películas no tienen siquiera su negativo de seguridad; también hay que arbitrar la actualización de saberes acerca de los soportes tecnológicos ya que se van actualizando con mucha velocidad; hay que recuperar o intentar recuperar materiales en manos de distribuidores privados. Y, quizás, el desafío mayor sea el de crear conciencia en la sociedad, en la industria, en el ámbito gubernamental, acerca del valor patrimonial, en términos de soberanía cultural, que tiene el audiovisual.

APU: ¿Cómo analizan la actualidad del cine argentino, ante un cambio de gobierno y de políticas hacia el sector?

NP: Sería aventurado hacer pronósticos, cuando aún no conocemos la letra del anunciado nuevo plan de fomento. Inevitablemente habrá que esperar para ver cómo impactan en el tiempo, ya que hablamos de una producción que recién será visible en los próximos años…

MI: Una vez más voy a seguir a Borges: a mí me inquieta más la manera en la que serán vistas o leídas las películas (las del pasado y las que vendrán) que cuáles o cómo serán hechas esas películas. Porque entiendo que, más allá del cambio de gestión y el mayor o menor fomento que el INCAA pueda dar para la realización, hay que tener en cuenta que éste es un momento de hibridación de lenguajes y de aceleración de los cambios tecnológicos. Esos dos aspectos, tanto como las políticas culturales, inexorablemente afectan el modo de producir y de consumir cine. De manera que, en efecto, habrá que esperar a que todo eso suceda para que podamos pensarlo con la distancia suficiente.

La imagen argentina / 15 y 16 de diciembre / ENERC: Moreno 1199