“La Grasita”: primera novela juvenil sobre el bombardeo del 16 de junio de 1955
Por Laura Ávila *
Clarita es una niña que vive en un pueblo muy chico de la provincia de Buenos Aires: Maizoro. El mundo para ella es emocionante. Vive sus amistades, se pregunta por el amor y la muerte, atraviesa las andanzas del borde de su adolescencia con alegría. Su cómplice en todo es su tía Dorita, una mujer muy joven que quiere irse a la ciudad para ser una artista de cine.
Con un aire a una película de Favio, Mercedes Pérez Sabbi construye el fresco de un país histórico, el de aquellos días de antes del golpe de 1955. Los climas de La Grasita están logrados a base de investigación rigurosa y de apelación a los sentimientos más vívidos. En primera persona, Clarita nos relata impresiones, vivencias que se graban en el corazón de una chica que ingresa de a poco en el mundo adulto.
Lo más íntimo y delicado es el tono con que la autora entrelaza las aventuras cotidianas de Clarita con los momentos del país. Su devenir hacia la adultez también es acercarse a un paisaje de sombras, donde un acontecimiento atroz puede cambiar el rumbo de muchas vidas. Con una pluma tierna, lúcida, y por momentos dolorida, Mercedes logra contar el terrible momento de los aviones tapando el sol de los días más felices de sus protagonistas.
Esta edición de Comunicarte cuenta con las ilustraciones de Raquel Cané. Con trazos sutiles, la artista va contando en imágenes la trasformación de una infancia y de su época. Tiene en cuenta detalles hermosos: -el tapadito de la grasita, sus muñecas, sus juguetes, su pequeño mundo- y lo comparte con los lectores. Su trabajo está tan en línea con el texto, que el resultado final podría interpretarse como un libro álbum, en donde los momentos en off del relato escrito quedan recuperados en los dibujos.
Mercedes Pérez Sabbi conoce bien el paño de escribir para chicos sin achicarse. No le escapa a ningún tema, no duda en revisar la historia en sus pliegues más recónditos, para ofrecer luz sobre episodios poco debatidos en la infancia. En cierto modo, La Grasita se espeja con su otro libro de ficción histórica que a estas alturas es un verdadero clásico, Manuela en el umbral. Esa novela, que cuenta la historia de una niña que se asoma al terrorismo de Estado durante la última dictadura, comparte el código de ponerle palabras a esos momentos que duelen en el cuerpo, pero sin perder ni la ternura, ni la calidad de la escritura, ni la sencillez tan difícil de lograr que necesita un texto para niños. Planta una señal en el mapa de recorridos lectores accesibles para que las infancias se apropien de su pasado colectivo.
Uno de los mayores placeres que se encuentran en las páginas de la autora es el sentido del humor. Mercedes nunca lo pierde, su visión lúdica y fresca le agrega dimensión a unos relatos que son como la vida misma, con espacios para la risa y la tristeza, para el descubrimiento osado de los contornos de territorios inexplorados, con esa valentía que tienen sus heroínas niñas.
En La Grasita hay luz de sol, cine argentino de la época de oro, mucha radio y melodrama, los inicios del lenguaje televisivo, la oposición entre la provincia y la ciudad, cierto conocimiento transmitido puertas adentro de cómo ser una mujer de esa época. Pero también existe la apropiación de una palabra que se vuelve conciencia de clase, un orgullo recogido como un clavel del aire que se prende para siempre en la pechera de un vestido de percal.
La pluma honesta, divertida y mágica de Mercedes Pérez Sabbi es apta para todos los públicos. La Grasita es un viaje que ejercita la memoria, una denuncia que refresca un episodio poco recuperado de la memoria de los pueblos, un diario de rituales femeninos, un libro para grandes y chicos.
En la subjetividad de la que cuenta la historia se describen las contiendas de un país que siempre busca ser feliz. No hay malos, no hay buenos, hay gente dividida por una fractura espantosa que atraviesa sus días.
Clarita es un personaje pícaro, crítico, que tiene ganas de encontrarle los resortes a ese mundo difícil que le toca vivir.
* Laura Ávila, es guionista y escritora. Entre sus libros se destacan La rosa del río, El pan de los patricios, El fantasma del aljibe y Moreno.