"La inauguración del Museo nos da una formidable base para crecer"
Por Redacción APU
APU: ¿Qué expectativas tiene con su designación como titular del Museo Malvinas?
Federico Lorenz: Todas. Conozco sobre la sensibilidad del tema, he investigado sobre los procesos de elaboración de memorias que llevaron a la construcción del Museo, fui parte de muchos de ellos. Sé que está emplazado en un lugar que despierta múltiples sensibilidades. Mi trabajo ha estado siempre entre la investigación, la enseñanza y la divulgación, e históricamente mi mirada sobre Malvinas, entendida como “la guerra”, ha tratado de insertar ese conflicto en la historia más amplia del pasado reciente y la post dictadura.
APU: ¿Qué balance hace de la gestión saliente?
FL: Si se refiere a la gestión del Museo, sólo puedo opinar como visitante, ya que nunca fui convocado a ninguna de las actividades del Museo. Desconozco qué sucedió con otros especialistas interesados en la temática. Pero es evidente que el principal logro a exhibir es precisamente el de la inauguración del Museo. Nos da una formidable base para crecer.
APU: ¿Cuál es su visión sobre la línea ideológica actual del Museo? El ministro de Cultura, Pablo Avelluto, aseguró que le parecía "belicista".
FL: Inicialmente, fui de los que planteó que un Museo sobre Malvinas en la ESMA debía restringirse a la experiencia de la guerra y la posguerra. No se dio de esa manera (ni tenía por qué darse, por supuesto). Dadas como están las cosas, el guión museográfico tiene algunas cuestiones que merecen pensarse. Por ejemplo, sostiene una retórica beligerante por momentos que no hace necesario contrapunto con la apelación a la “paz” que es uno de sus tres ejes. Pienso que el énfasis en historizar la disputa acaso haya llevado a opacar aspectos que tienen que ver con la historia regional de la Patagonia austral, del Atlántico Sur, en la que las Islas se insertan.
APU: ¿Cómo será la articulación con los diferentes espacios que reúnen a ex combatientes de Malvinas?
FL: El Museo debe ser un espacio plural y abierto. Cualquiera que siga mi trabajo y conozca mis intervenciones sobre el tema Malvinas sabe que no soy yo el que ha dejado de dialogar con nadie. Los ex combatientes y veteranos de guerra cuentan merecidamente con el cariño y el reconocimiento del pueblo argentino, que les llegó antes que el estatal. Obviamente no desconozco que existen posiciones a veces diferentes y otras encontradas entre los grupos y asociaciones. El Museo, que es de todos, es un espacio de circulación, discusión y construcción de saberes, y debería estar por encima de esas distintas miradas, aunque reconociéndolas para enriquecerse. No puede expresar una parcialidad. Lo mismo se aplica a los familiares de los caídos, a otras asociaciones civiles, instituciones estatales, y a cualquier colectivo o ciudadano que se sienta interpelado por el Museo.
APU: ¿Cuál será su posición sobre la planta de trabajadores del Museo?
FL: Espero conocerlos y compenetrarme con su trabajo, ya que mi designación es reciente.
APU: Una política del Museo tuvo que ver con la articulación de ministerios para organizar visitas masivas. De hecho, casi 700 mil personas visitaron el Museo desde su creación. ¿Piensa en continuar esa propuesta?
FL: Uno de los elementos positivos precisamente es el de la articulación entre distintos ministerios, como una forma de potenciar la acción estatal. Creo que las visitas deben ser “masivas” y también “significativas”, si pensamos que el Museo debe permitir la apropiación crítica de un tema sensible a todos los argentinos. No deberían ser un “baño de malvinidad”, sino una posibilidad de pensar un reclamo pendiente y una presencia profunda y polisémica en la cultura y la historia argentinas.