"La película derriba los prejuicios de quienes piensan que una persona con ceguera no puede trabajar"

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"La película derriba los prejuicios de quienes piensan que una persona con ceguera no puede trabajar"

06 Octubre 2019

Por Santiago Asorey

 

El director de cine Juan Manuel Repetto dialogó con AGENCIA PACO URONDO sobre la presentación del documental “El Panelista”, que se estrenará hoy, Jueves 26 de septiembre. El film continuará con funciones diarias (20:30hs) hasta el 2 de octubre, en el Cine Gaumont, Avenida Rivadavia 1635. 

APU: ¿Qué surgió primero en su búsqueda, el tema de la ceguera o el encuentro con las personas ciegas que trabajan en el INTI?

Juan Manuel Repetto: Primero surgió la ceguera pero asociada a otro grupo de catadores, que en ese momento se concentraban en el vino. Entonces me interesó el hecho de que estas personas pudiera acceder a un trabajo y que desde ese lugar se destacaran en el uso de los sentidos del gusto y del olfato, pese a haber perdido la vista. No obstante cuando quise entrevistarlos con la idea de hacer un documental, el grupo se había desmembrado y era difícil volver a convocarlos. 

Así llegue INTI, en la búsqueda de otra iniciativa que generara trabajo para personas ciegas y que les ofreciera una tarea que pudieran hacer con destreza. También me atraía la idea de hacer una película que sin bien abordara el tema de la ceguera, lo hiciera a través del uso de los otros sentidos, que en este caso habían sido entrenados especialmente para probar alimentos.

 

APU: ¿Se planteó con esta película derribar prejuicios como un objetivo?

JMP: No sé si esa fue mi principal motivación. Yo ya había trabajado en otro documental con el tema de la discapacidad. En 2016 estrené Fausto También, donde pude contar la experiencia de un joven con autismo que decidió estudiar en una universidad pública, un hecho inédito hasta ese momento. Con este nuevo documental me propuse volver a hablar sobre los derechos de las personas con discapacidad, pero no ya desde el punto de vista de la educación, sino desde el trabajo. 

La película quizás derriba los prejuicios de quienes piensan que una persona con ceguera no puede trabajar ni hacer muchas de las cosas cotidianas que hacen otros. Pero también derriba otros mitos: por ejemplo, el que dice que una persona que pierde un sentido desarrolla más los otros. En nuestra película mostramos que estas personas se capacitan especialmente para usar el gusto y el olfato, como tendrían que hacerlo personas que ven. Lo mismo en otras instancias. Carlos, el protagonista de la película, que tiene 5 hijos junto a su compañera, dice en un momento que: “nadie nace capacitado para tener un hijo”. Esa afirmación corre para todos. Yo también lo supe desde el día que nació mi hijo. Creo que la película derriba el prejuicio que se comete cuando se habla de “capacidades especiales” o simplemente se piensa que por perder la vista una persona no tiene capacidades para ciertas cosas. Yo prefiero pensar que todos somos diversos y tenemos más o menos capacidades para muchas cosas, más allá de nuestra condición. Y que para hacer bien algo que nos gusta, tenemos que estudiar y practicarla mucho. 

 

APU: ¿Piensa que la sociedad está preparada para brindar posibilidades de expansión y desarrollo a personas con discapacidad?

JMP:  No sé si se puede hablar en términos generales. Si bien el Estado tiene un cupo establecido que debe cumplir para dar trabajo a personas con discapacidad, muchas veces esos puestos sólo se ofrecen para no infringir la norma, pero luego no favorecen que exista una verdadera inclusión. Creo que como cualquier persona, quienes tienen una discapacidad también tienen conocimientos y talentos que pueden aportar mucho a cualquier equipo de trabajo. Hay mucho por hacer aún para abrir nuevos espacios y fomentar una verdadera inclusión. 

No obstante, hay experiencias interesantes que se dan tanto en el ámbito público como en el privado. Me parece que difundir esas experiencias puede ayudar a contagiar a funcionarios, empresarios y emprendedores para que ellos también promuevan iniciativas similares. Y a la vez para que las personas que tienen una discapacidad, pero que pueden aportar a la comunidad en diferentes aspectos, sepan a donde acercarse para informarse.

 

APU: Como documentalista, ¿qué desafíos a nivel cinematográfico y político se planteó filmar, y qué respuesta tuvo de los panelistas y directores en INTI Lácteos frente a la propuesta de hacerla?

JMP: El principal desafío que siempre siento con las personas que participan de mis documentales es alcanzar con ellos un nivel de confianza muy grande, para que podamos filmar libremente, sin restricciones. El siguiente desafío es ser respetuoso con esa confianza que las personas depositan en quienes los estamos filmando. Con Carlos filmamos una escena que quedó hacia el final de la película, pero que cuando la rodamos él no estaba seguro de querer incluirla porque lo afectaba personalmente. Charlamos mucho, dejamos pasar el tiempo y tomamos distancia del material que habíamos filmado, y luego escuchamos juntos cómo había quedado esa entrevista. Él mismo tomó algunas decisiones en cuanto a su edición final. 

Con respecto a la respuesta de los panelistas y directores en INTI ante la propuesta de hacer una película, siempre fue muy positiva. Haydee, quien dirigía el laboratorio en ese momento, nos abrió las puertas con mucha generosidad. Los catadores también se sumaron al proyecto desde el inicio. En algún momento creo que molestamos un poco porque filmábamos mientras ellos trabajaban, pero creo que pudimos encontrar un equilibrio.

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APU: ¿Piensa que la experiencia que retratá puede inspirar a otros y replicar oportunidades de trabajo para personas ciegas o, en general, con discapacidad?

JMP: Esa es la idea. En la película anterior debatimos sobre la posibilidad de que una persona con discapacidad pudiera estudiar en una universidad. Afortunadamente pudimos compartirla en muchas universidades y debatir en las mismas aulas sobre políticas de inclusión en la educación. Con este segundo documental apostamos a debatir sobre el derecho al trabajo inclusivo, también más allá del cine. La idea es llegar a proyectarla en universidades y otros espacios, incluso a las empresas, donde podamos hacer conocer esta experiencia del INTI y motivar a otras personas para que encaren otros proyectos que puedan integrar a personas con discapacidad y generar empleos dignos.