“Lembú: la infame y borrascosa vida del nunca sargento Cabral”, de Eugenio López Arriazu

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    EUGENIO LÓPEZ ARRIAZU
NOVELA E HISTORIA

“Lembú: la infame y borrascosa vida del nunca sargento Cabral”, de Eugenio López Arriazu

22 Enero 2023

Con un jurado integrado por los escritores Luisa Valenzuela, Miguel Ángel Vitagliano y Edgardo Patricio Scott, el Fondo Nacional de las Artes dio a conocer a los ganadores de la convocatoria “Concurso de Letras 2022” en las categorías novela, cuentos, poesía, novela gráfica y ensayo. En esta ocasión nos centraremos en el género novela. La escritora tucumana María Lobo obtuvo el Primer Premio, con su novela Ciudad, 1951. En tanto que el escritor, traductor, poeta y ensayista Eugenio López Arriazu fue reconocido por Lembú. La infame y borrascosa vida del nunca sargento Cabral. El tercer lugar fue para el cordobés Sebastián Pons por Cabeza de Viejo. Asimismo, se otorgaron menciones honoríficas a los autores Nurit Kasztelan por Tanto y Laura Sbdar por Las Kellis, ambos de CABA.

Lembú, la literatura satelital

Nacer para morir héroe terciario de una épica gestada entre los hechos y el discurso. Nacer para donar el cuerpo a la fundación de una patria, por lo demás, en permanente estado de construcción; eso, entre otros aspectos, es Lembú de Eugenio López Arriazu. Esta novela -rica, múltiple, compleja, singularísima hasta la torción misma del concepto de minoración deleuzeana/guattariana, pos pos pos moderna a pesar de su temperamental carácter histórico-, reivindica -al tiempo que redobla la apuesta-, la tradición literaria de Andrés Rivera, pero muy especialmente la de Sara Gallardo en su Eisejuaz de culto. Es que Lembú es la convergencia imbricada y extática de todos los géneros literarios (y humanos), de todos los formatos, de todos los soportes, de todas las voces depredadas y, en consecuencia, de todos los silenciamientos.

La documentación histórica en la que abreva es sólida, pero López Arriazu no se contenta con reproducir la factura empírica de la Historia mayúscula. Antes bien, posa su mirada despiadadamente humana- en la historia minúscula. He ahí la grandeza de esta pieza insólita pese a mis intentos de filiación literaria.

Lembú nos desafía a transitar el fangoso derrotero de la libertad. No obstante, ese transitar es, ante todo o sobre todo, la elaboración demiúrgica de un lenguaje nuevo, un idioma nuevo, un dialecto creado para tal fin. La auratización del habla oral escrituralizada.

Lembú es, pues, una novela lateral, en la que San Martín es esta vez solo un marco referencial. La lupa de Arriazu posa su mirada sobre Cabral (o Lembú en guaraní). Y, a partir de allí, lo agiganta paulatina y exquisitamente como por obra de un zoom óptico. Es que Lembú es también el guión cinematográfico de un filme imposible; la construcción multisensorial de un símil cuya belleza y crudeza supera la "realidad". Lembú es la summa poiética de una mímesis divinizada a la manera de Pier Paolo Pasolini.

"Lembú es, pues, una novela lateral, en la que San Martín es esta vez solo un marco referencial. La lupa de Arriazu posa su mirada sobre Cabral (o Lembú en guaraní)".

El estatuto de "verdad" es cuestionado, mediante el abordaje -a veces alucinado, a veces conjetural pero siempre creativo y original-, de un otro especular; una tercera persona vuelta primera por el rebote filoso del vidrio de la empatía. El "otro" (Cabral/Baigorria), la negritud minoritaria de un país acriollado por los fenómenos de copulación inmigrante/vernácula, la adultez precoz de los infantes, el sexo (ese ardid perspicazmente pergeñado para resistirse a toda posible escolarización academizante y pedagógica), la puesta en abismo de una ficción extrañada de sí misma, la apropiación posmoderna a través de, por ejemplo, la reconstrucción minuciosa de Los amos locos de Jean Rouch, o de la antológica escena del banquete de los parias en Viridiana de Luis Buñuel, entre otras, hacen las delicias de esta novela. Lo mismo el travestismo como metáfora literal de una concepción no esencialista de la identidad, que interpela al presente desde el pasado, dotando a la novela de una actualidad escalofriante.