Libros: “deLírico”, de José Managua
¿Hay un momento para leer poesía? En tiempos aciagos la poesía debería ser un servicio al paso. Un minuto de abstracción entre tantas horas de caos.
Aún así, la poesía, no nos saca del mundo sino que nos sitúa en él, nos invita a observarlo, a cuestionarlo, a mirarlo en profundidad.
Algo de esto sucede con la poesía de José Managua.
¿Todo libro es político? ¿ La lucha es un poema colectivo? Lo cierto es que siempre pienso desde donde surge la poética y hoy, quizá por el contexto, me pregunto cuál es el tiempo en que nace y cuál es el momento en que se lee.
Entonces, leerlo en este aquí y ahora vuelve este libro de poemas, en un acto revolucionario.
deLírico que a la pasada también se lee delirio, es un libro de poemas artesanal, diseñado por Camila Echauri e impreso en una habitación del Oeste del conurbano en el año 2022. Por lo cual esta contemporaneidad rectifica el momento en que lo leo: Desasosiego, incertidumbre, angustia preelectoral y un lenguaje tácito de complicidad entre el pueblo.
José Managua se mueve de lo particular a lo colectivo. Una emoción personal se vuelve sustancial cuando está enmarcada en “los pibes” o en el “barrio”.
La fragilidad, el naufragio y la promesa de felicidad también se viven en compañía.
El libro está dividido en cuatro partes o en cuatro grandes universos: # El área sin nombre,
# Mínimo, vital y móvil, #El tiempo se equivoca, #El producto del cuerpo.
A cada título lo antecede el numeral, como si se tratara de hashtags instalando un eje temático del cual es importante hablar.
Los poemas de José Managua están editados en lenguaje informal, en el uso pareciera predominar el formato de las redes: presencia de íconos, pictogramas, siglas, abreviaturas, de esta manera se acortan las distancias con el lector. Es un poema en un libro, puede ser un mensaje de whatsapp o una contestación de instagram.
Este recurso me parece atinado en cuanto a la funcionalidad del poema ¿es un mensaje urgente? ¿Puede ser el poema un aviso inmediato? ¿El poema es popular o aun sigue la tradición de lo culto? En Delírico se desmitifica la forma del poema. El poema es el mensaje y cuanto más directo llegue mejor es. Llega como botella al mar, en paloma mensajera, en carta, en anotación de entre casa, erosiona los límites de separación entre la palabra y el receptor.
Retoma la esencia del poema, más allá de la forma en que llega y del formato, es pura creación. Entonces no importa si “que”, es “q” o “uno” es “1” o “por” es “x”. Porque el arte se hace entender por sí mismo, por la acción concreta.
El libro atraviesa varios tópicos, el amor, la amistad, la soledad, la fe, el consumo, el tiempo, la muerte, la libertad, los vínculos.
La voz propia es una usina de preguntas, lo cotidiano se fusiona con lo filosófico, lo simple se complejiza con la interioridad.
En las escenas o situaciones hay algo que se ve al instante, pero también hay una doble lectura, un misterio a develar.
Un lugar donde los objetos y el paisaje son funcionales al poema, cuentan una historia, muestran un conflicto, le dan marco a un personaje.
En la primera parte, “El área sin nombre”, prevalece la condición natural del poema: el estado de pregunta: ¿Qué es el poema?¿Qué es la felicidad? ¿Qué es la fe? ¿A dónde va aquello de lo que hablo? Decirlo, convertirlo en poema : ¿Me salva? ¿allana el camino? ¿dirime el malestar? ¿es personal, es político o ambas?
¿ves aquellas rejas?
lo q arde en nosotros
alimenta el mundo
¿a donde van los pibes?
los naufragios existen
si es q nadie hay
¿vas a malgastar todo?
la felicidad se parece mucho
a 1 vaso de birra
¿xq corre tanta gente?
de lo q no se busca
se arman los reencuentros
El poeta irrumpe en esa búsqueda y avanza, “la revolución no llega” dice, “soñar/ pasó de moda y lo que sufrimos se olvida /cada vez más rápido/ ya llega lo próximo/ en qué creer, y cantarlo en bits pegadizos/incuestionables, coger con apuro, reventar esa energía para que pronto venga otra/ya no es ley: es mantra. de miles de millones/y el cuerpo/es el único envase frágil y descartable.”
En estos momentos de sobredosis de imagen e invisibilidad de lo más importante, el poeta alude a la esperanza, a un futuro, a algo en qué creer ,en medio de la desolación. Sin embargo, sostiene: “al fondo del barrio/donde creen/la mierda no se ve/no se huele” qué se muestra y qué hay realmente.
Cuando las cámaras se apagan: ¿la tristeza desaparece? ¿el dolor se esfuma? ¿Sigue existiendo lo que se deja de ver? En el fondo del barrio, advierte el poeta, hay hombres y mujeres rotas y autodestrucción pero también hay puentes de palabras, de vínculos y fe.
¿Sigue existiendo lo que se deja de ver? En el fondo del barrio, advierte el poeta, hay hombres y mujeres rotas y autodestrucción pero también hay puentes de palabras, de vínculos y fe.
“ Mínimo vital y móvil” es una serie de poemas breves, condensados en pequeñas sentencias o aforismos sobre el tiempo, el amor, las palabras.
Llegan los buenos
tiempos/ vienen
de allá/ no los ven?
#
editar es hacer
de la voracidad
1 objeto
“El tiempo se equivoca” es un conjunto de poemas donde en general interviene un otro/a: la madre, los amigos, el amor, algún vecino. Aquí Managua cuenta situaciones pero también estados de ánimo y experiencias.
“ El producto del cuerpo” es más bien político, una mirada comprometida que interpela, que se pregunta sobre la historia y sobre el después. Lo que se construye día a día y las consecuencias.
Aquí me detengo en un poema, transversal. El poeta a través de la pregunta sintetiza una vida, una historia, una ideología, sin juicio sólo con el interrogante como recurso.
¿Cómo eran los 17 de octubre en sus casas? ¿También
se juntaban alrededor del tocadiscos a cantar la marcha?
¿iban al.club del barrio a la parrillada? ¿Caminaban junto
a papá llevando revistas? ¿Qué hacían cuando el televisor
blanco y negro pasaba la propaganda de tiempo nuevo?
¿También puteaban enojados y dormían con un calco rojo
que decía fuera el fmi pegado a la ventana? ¿Y al volver
del colegio encontraban en el patio gente sentada leyendo?
¿cómo eran sus 26 de julio ? ¿También prendían velas a la
santa de los humildes junto a la virgencita de luján?
No sé si la poesía cumple una función determinada, diría que múltiples, variadas y hasta contradictorias. Aun así me gusta creer que a veces el poeta cumple una función, como decía Víctor Hugo, un profeta.
Tal vez , José lo sea porque denuncia y señala pero también ofrece esperanza , (parafraseando a Leónidas Escudero) busca y encuentra oro nestas piedras.