Libros: “Gritos de Neón”, en defensa del Auto-Tune
¿La innovación en la música se estancó a finales del siglo XX? ¿Será cierta esta sentencia que se viene pregonando desde distintos sectores?
Frente al pesimismo de gran parte de la crítica, y de los desconsolados consumidores de la música, quienes no paran de llorar sobre los restos de la antigua gloria pop, el joven Kit Mackintosh viene a darle una bofetada a las caras largas y despabilar a los “deudos” del rock con este breve y refrescante ensayo, Gritos de Neón, en el que sin tapujos ni medias tintas se sumerge en las inexploradas aguas de lo que considera la invención tecnológica sobre la cual gira el cambio de paradigma musical del nuevo siglo: el Auto-Tune.
Odiado por la “vieja escuela”, mimado por las jóvenes generaciones, la adopción de esta tecnología por una nueva camada de músicos dio origen a una serie de ritmos (el drill, el trap, el bashment, y algunos derivados de ellos) los cuales, tal como reza la portada del libro: “hicieron que la música sea novedosa otra vez”, consagrando a artistas como Travis Scott, Young Thug, Palyboi Carti y Vybz Katrtel.
El Auto-Tune puede llevar los timbres vocales a límites insospechados, posicionando la voz humana “al frente de la vanguardia sónica y tecnológica”, convirtiendo a la personalidad de quien lo ejecuta en lo primordial.
La bondad del aparato, tal como refiere Mackintosh, reside en su uso, ya que por fuera de la “afinación vocal estándar”, para la cual parece haber sido diseñado, dependiendo de la creatividad y talento de cada artista, puede llevar los timbres vocales a límites insospechados, posicionando la voz humana “al frente de la vanguardia sónica y tecnológica”, convirtiendo a la personalidad de quien lo ejecuta en lo primordial.
Partiendo de Jamaica, a fines de la primera década del milenio, donde se dio inicio a este fenómeno, el texto nos conduce por un recorrido que cruza fronteras oceánicas, de ida y vuelta a las principales ciudades donde tuvieron su epicentro estos nuevos sonidos –Londres y Chicago- para luego diseminarse por todo el mundo, gracias a la magia de YouTube.
El autor destaca la influencia afro –tanto la caribeña como la que vive en los suburbios de las mencionadas ciudades- como principal aporte a la creación de estos géneros, de alguna manera, descendientes del viejo rap.
Prologado por Simon Reynolds, y traducido por Micaela Ortelli, este nuevo título publicado por Caja Negra, en su ya clásica colección Synesthesia, viene acompañado de una “Cronología de los géneros” (siempre necesaria para los neófitos), y un reportaje a su autor realizado por Luke Davis.
Una excelente oportunidad para dejar de lado los prejuicios y conocer en qué anda la muchachada. Tal como lo expresa su autor: “Pongan en suspenso el escepticismo por un rato y déjense enloquecer por estos delirios musicales”.