Libros: “La música vendrá”, biografía del poeta Edgar Bayley
La música vendrá es la biografía de un grande de la poesía argentina. Mario Nosotti es el autor de este libro que, paradójicamente, hace justicia poética: escribe la vida de Edgar Bayley.
Es el tercer lanzamiento de la colección de biografías de Gog & Magog entre las que se encuentran: Juana Bignozzi, todo se une con la noche; Irene Gruss, el corazón del asunto. Esta colección tiene una particularidad, son poetas que escriben sobre poetas, como si una fuerza centrípeta uniera las partes en el centro. Ese centro es la poesía.
Por otra parte, cuando un poeta habla de otro poeta el lenguaje trasciende el mero hecho narrativo para que esa historia que se cuenta sea un derroche de imágenes y figuras metonímicas. Texto de placer, diría Roland Barthes “el que contenta, colma, da euforia”.
Escribir una vida es un arrojo. Una decisión osada y pretenciosa. Sin embargo, escribir una vida es un proceso de encantamiento. Un riesgo que viene con el sí cada vez que lo damos, aplicado a todas las decisiones de nuestra vida.
¿Qué aspecto tomamos de la vida del otro? ¿Es la vida o una interpretación de la misma?
Muchas veces si nos sentimos involucrados afectivamente al personaje la bio se escribe con cierta mirada afectiva y una catarata de dudas e interrogantes ¿A esa persona le gustaría verse así como yo elijo contarlo?
¿Qué nos une a esa persona? ¿En qué circunstancia nos modificó? ¿Tiene una conexión con nuestra propia vida?
Creo que eso es lo primero que aparece, el impacto personal para luego llevarlo hacia el afuera.
Mario Nosotti nos introduce a Bayley desde un recuerdo. Sus primeras lecturas. Una playa, una familia reciente y un encuentro con la poesía.
“Un recuerdo que es más bien sensación y presente”
“En ese mar, con esas hijas y con esa mujer, bajo la luz que filtran las hojas de los árboles, leí por primera vez a Edgar Bayley. En esos días en los que me recuerdo a la vez pleno y desolado”.
Escribir una vida es también apelar a la memoria. El camino inicial es impulsar el recuerdo de los otros para recolectar materia prima. En ese envión el primer recuerdo le llega al que va a escribir, luego el recorrido incesante por voces que harán eco para construir un solo relato.
La historia de Bayley también comprende parte de la historia de la poesía argentina.
En algún punto de la biografía la confluencia entre arte y vida nos invita a ser testigos de un tiempo. Inclusive nos convoca a comprender algunos cabos sueltos del mundo poético y su diversidad. Sobre todo cuando surgen esas discusiones estructurales que enriquecen como: ¿Qué es la poesía? ¿Para qué sirve? ¿Qué función cumple? la multiplicidad de respuestas acrecienta la incertidumbre y vuelve a la poesía aun más misteriosa.
Mario le dedica varias páginas al proceso creativo y al género. ¿Qué es una biografía? Ese género híbrido que primero empieza en confusión y luego se transforma en claridad.
“Escribir es la lucha entre lo posible y lo realizable”
“Nadie conoce de verdad al otro, ni siquiera él mismo.”
“Biografía como voz que excede y se desprende del material que es la escritura. Una voz transitoria que modula a medida que la materia viva se va precipitando.”
“Nadie conoce de verdad al otro, ni siquiera él mismo.”
Como en la escultura, Mario Nosotti toma la piedra y la moldea, le da forma. Talla el material con delicadeza y lo ensambla logrando una forma única. Construye su propio retrato. Aquel que muestra la obra pero también las manos del artista.
La música vendrá es una biografía pero también es un ensayo sobre la poesía.
A grandes rasgos me hizo acordar a Veinte años de la poesía argentina, de Paco Urondo. Desde la mirada de Edgar Bayley, Nosotti hace un recorrido magistral por las distintas corrientes poéticas y la preponderancia de las revistas literarias para su difusión.
Además, lejos de descontextualizarla, le da un carácter histórico y político. La poesía es arte pero nace de una coyuntura en un lugar determinado, eso ya le da un valor testimonial.
En La música vendrá el escritor amalgama un conjunto de voces y fuentes documentales pero sobre todo, lo hace hablar a él.
En la ausencia física, la poesía habla, como en las autopsias hablan los cuerpos.
Mario estudia los poemas con atención milimétrica. Lee con precisión, no solamente lo dicho sino lo que oculta, compara la obra con las etapas de la vida. Las distintas maneras de escribir con la estabilidad emocional y anímica del personaje en cuestión.
En este libro no hay una escisión entre vida y obra. Ambas se complementan, dialogan entre sí. Como si una fuera producto de la otra y viceversa.
El secreto como siempre no está en la vida sino en la obra, Mario muestra parte de eso, primero la génesis, nacimiento y entorno familiar, luego lo que vendrá y compartirá desde su primer libro En común hasta el último La claridad en 1989.
Entre medio de esa línea de obra (tesoro que puede apreciarse en el interior de la cubierta del libro) los amores, el nacimiento de los hijos, las mudanzas, los amigos, la soledad, la importancia de los hermanos en el recorrido poético.
La amistad como una fuente inagotable de poesía, sus encuentros con Francisco Madariaga, Paco Urondo, Juan L. Ortiz, Hugo Gola, Noé Jitrik entre otros/as, los aportes para la conformación de una poesía argentina, de una identidad poética.
La discusión en torno a la poesía y la política, la poesía y el compromiso, la poesía y la realidad. La convivencia entre quienes creían en la palabra como instrumento político de transformación y entre quienes no querían usar la poesía como panfleto. El peronismo, el desarrollismo, la izquierda, la dictadura, la democracia, todo lo que nos constituye y directa o indirectamente también se plasma en las producciones artistas de una época.
Por otro lado, o quizá por el mismo la influencia de las vanguardias artísticas en la poesía, la creación del invencionismo argentino, las revistas Arturo, Poesía Buenos Aires, Zona de poesía americana, la Primera Reunión de Arte contemporáneo, la llegada del objetivismo, entre muchísimos acontecimientos más. Empezando por las reuniones performaticas en su casa de Ituzaingó.
Edgar Maldonado Bayley nació en Buenos Aires, el 15 de diciembre de 1919.
Un poeta disruptivo, con el que uno en algún momento se cruza indefectiblemente, y te modifica para siempre.
La música vendrá es uno de esos libros que se convierten en imprescindibles. Mi reseña no es más que una recomendación ferviente.
Tomo un fragmento donde me parece que describe el libro y también a él; en sus contradicciones, en las luces y sombras con las que todos cargamos:
“ Esta es la historia de un navegante en tierra, una especie de albatros, magnífico en su vuelo, tan imponente como inadecuado, tan amigo y hermano como hosco y solitario, lleno de claroscuros, de veneno, lealtad e incertidumbre, un hombre de cuidado, risa y rabia, de lucidez y honestidad, de negación y sueño, alguien que se elevó a través de las palabras buscando la presencia de las cosas, buscando lo que inicia en el nombre y es de nadie y de todos, una promesa ardiente. Su nombre: Edgar Bayley”.
Una biografía es una puerta de entrada a la persona, da la sensación de que “esa materia viva” nunca se termina.
“Un poeta sabe ocultar”, dice Mario. Y habrá Bayley para rato mientras su estela poética siga vibrando.
CUALQUIER VENTANA
Vas a ordenar por fin tu cabeza
hablar claro entenderte
vas a tener revelaciones
en tus manos
a comprender por fin
en la oscura mañana
la libertad de no esperar
de no culpar ni disculparte
vas a ocupar con el mismo interés
cualquier ventana
harás tuyo por fin cualquier paisaje
la voz que tengas ese día.