La construcción de la mujer en las letras del Indio Solari
Por Boris Katunaric
Las letras del Indio Solari han sido siempre presas de análisis, algunos seguramente más valederos que otros. Por lo general abundan interpretaciones personales sobre canciones particulares. Si bien intentamos buscar cierta generalidad esto no escapa a lo personal, una lectura más. Siempre enunciando que si en algo estamos bastante de acuerdo es que lo que atrapa del tema (más allá de su hermetismo) es el enfoque novedoso que el Indio tiene al encarar una canción.
Mi genio amor
Desde el principio de la discografía de los redondos podemos ver que la construcción de la mujer y su femineidad no es la habitual dentro de la que construye el Rock en estas pampas (y tal vez en otras). “Puede alguien decirme? / Me voy a comer tu dolor!” grita desesperada la voz poética de El infierno está encantador. Y si bien habla a un público general, se puede inferir esa necesidad de alguien con iniciativa y personalidad. Una imagen fuerte y con actitud. Y en el escenario inverso “Está tendiendo una trampa para nuestro amor”.
La misma mujer, ejerciendo poder, puede verse en Ella baila con todos “paseando su mirada, / y cuando toma tu copa, /brinda por tu amor” en esa vía aparece nuevamente la mujer como epicentro de la acción y de decisión junto a una sensualidad paralizante, y un público boquiabierto a pesar de que ingenuamente “cree que es invisible esta vez / a los ojos de todos los tontos / que saben su lunar”.
Un juego rico de amores
El indio no sólo describe esta mujer, la pone en juego con el yo poético de sus canciones “Sobrio no te puedo ni hablar /Estoy perdido sin mi estupidez” y “Le das la copa al fin, vencedor”, emblemas del ricoterismo, advierten también cierta vulnerabilidad en el hombre. Cierto desengaño del poder o de las formas de la seducción, pone de relieve cuan estúpido puede ser el hecho de la conquista, y lo demuestra también cuando dice “Siempre fui menos que mi reputación”.
Ese es un tipo que sabe que el cancherismo (y acá estoy imaginando al personaje de Capusotto, el que nunca la pone) no es más que una serie de modos, de poses y no queda otro remedio más que emplearlas, porque son convenciones sociales y, como buen observador de la realidad, entiende cómo funcionan y las denuncia o, por lo menos, hace notar que son una pavada. Y así lo hace en su etapa solista “Entonces me hace creer/ que me va a necesitar/ más que a anda en el mundo” Entonces no es sólo un juego retórico, sino, en términos sociológicos, ver y desentrañar cómo actúan las personas en estos casos.
A juicio personal me ha tocado escuchar varios de los imitadores de lo peor de Los Redondos, esos que pululan por todos lados. Parecen no haber comprendido un pomo de este tipo de construcción. El caso más paradigmático, Pier, con esa funesta frase “La vela vas a soplar”. Un diagnóstico apresurado diría que la falta de sensibilidad produce taras irreversibles a los que desean ser estrellas de rock, los pomelitos de la vida. Por fuera de este paréntesis seguimos.
Las pibas
Otro tipo de mujer orbita en el universo Solari. La mujer pobre, excluida. En ese plano suelen ser jóvenes, chicas proletarias, por caso ya mencionado La piba del blockbuster con “Un sweater que hace tiempo ya / Le queda muy chico”. Suelen ser mujeres exaustas, agotadas, al borde de la catarsis "Ya se cansó de dormir todo el tiempo en sillones/ y de taparse la boca para no gritar" dice en Una piba con la remera de Greenpeace. Incluso en los lugares más marginales de la vida esta mujer padece las mismas miserias el agotamiento y necesidad de libertad "Sueña con que su rollo sea/ película de amores suaves". Estas dos últimas canciones, publicadas antes de la crisis del 2001, son parte de esa mirada profunda sobre la realidad social de un país, lo que el Indio respira, al igual que todos nosotros, puede sintetizarlo en frases contundentes sin caer en lugares comunes.
Cuidémoslas
En el recital de Junin en 2011 el Indio Solari, Luego de tocar La murga de la virgencita declaró "Cuidemos a nuestras pibas, las nenitas del barrio; la prostitución es una elección de los adultos". Dijo en referencia al caso de Candela Rodríguez, una niña de 11 años que fue secuestrada el 22 de agosto de ese año en Hurlingham, y hallada muerta el 31 de ese mismo mes. Un gesto que además de demostrar su repudio ante la trata de personas, concientiza a los cientos de miles de personas que asisten a sus recitales.