Los Fabulosos Cadillacs y una de western en el lejano sudoeste bonaerense
Esta es una historia pesuti que transcurrió entre las ciudades de Bahía Blanca, Ingeniero White y Punta Alta, hecho que pudimos reconstruir gracias a los testimonios del ex Manager de LFC, Alejandro Taranto, y de dos ex miembros de la gerencia de Chess, un boliche de Punta Alta que ya no existe más.
Los Fabulosos Cadillacs tocaron por primera vez en Bahía Blanca el sábado 19 de marzo de 1988, en el club Estudiantes, sin repercusión mediática. Pero lo que pasó en el transcurso de las horas posteriores, quedó en el anecdotario. En su itinerario por la zona, la banda tenía pactado llegar a Punta Alta a promocionar su segundo disco Yo te Avisé en la discoteca Chess, no para tocar en vivo sino para sacarse fotos o simplemente tomar algo y chamuyar con el público presente, algo bastante común por aquel entonces. Lo iban a hacer luego de presentarse en el Club Estudiantes de Bahía Blanca y de cenar en la Cantina Royal, de Ingeniero White, donde la banda estable del lugar contaba con dos músicos puntaltenses: Ricardo Sosa (ex baterista de The Leopard’s en los 60) y Alejandro Rebull (ex guitarrista y vocalista de Trilogía, a principios de los 80).
En la foto que más abajo compartimos, aparecida en lfcrarezas y aportada por el bahiense Leonardo Moreno, se los puede ver a algunos de Los Fabulosos en compañía de su por entonces Mánager, Alejandro Taranto; también aparece quien fuera el dueño de la Cantina Royal de Ingeniero White -decidimos no dar su nombre y apellido porque no hemos podido dar con su testimonio y, por ende, no existe su derecho a réplica sobre los hechos que aquí se narran-; el ex publicista y hombre de radio bahiense ya fallecido, Miguel Romay; el recordado periodista bahiense, Alejandro de Robbio, también fallecido a la temprana edad de 30 años, y los músicos ya citados.
Lo apalabrado con Chess era que ni bien los hermanos Alejandro y Gustavo Taranto terminaban de arreglar los números con el dueño de la Cantina de White -quien habría puesto el dinero para la contratación de LFC mediante un puente con Romay y Alejandro de Robbio-, la banda atravesaría los 20 km que separan la ciudad y Punta Alta, donde a las 2 AM debían iniciar la promoción en el boliche. Pero las certidumbres en esta historia no existen y alimentan al mito de que Bahía Blanca está maldita y ofrece caminos que sólo conducen a la catástrofe o la mala suerte. Obvio que no caemos en las supersticiones que alguna vez artistas de la talla de Charly García fundaron como estigma de la ciudad que vio nacer a Carlos Di Sarli, que según los que gritan “Pugliese, Pugliese, Pugliese”, era sinónimo de lo que D’arienzo denominó en su tango de 1969 "¡Qué Mufa Che!".
El productor artístico, musical y ejecutivo, ex Mánager de LFC y A.N.I.M.A.L., Alejandro Taranto, se animó a realizar una radiografía de aquellas horas transcurridas en esta parte del mundo: “luego del show en el Club Estudiantes, fuimos a una Cantina en Ingeniero White, donde el dueño era un delincuente que nos estafó y amenazó de muerte, gente muy pesada, olor a muerte en el ambiente. Obvio que de todo esto los músicos nunca se enteraron, mi hermano Gustavo y yo nunca les transmitimos los hechos para preservarlos. Respecto al dinero que no nos pagaron, lo cubrimos mi hermano y yo de nuestra guita y con el dinero de la visita a Chess de Punta Alta. Ya en Chess, alrededor de las 5 de la mañana, la cosa estuvo un poco mejor, bajamos un cambio y cumplimos con nuestra presencia, pero afuera sufrimos la rotura de vidrios del bondi y otras cosas más, un quilombo bárbaro”.
Por su parte Jorge S. -lo nombramos así porque nos pidió que no usáramos su apellido-, uno de los integrantes de la exgestión de Chess, rememoró: “Alejandro Taranto tenía pactado con nosotros que LFC llegarían a Chess tipo 2:30 h de la mañana, pero llegaron tipo 4:30, 5, para sacarse unas fotos con la gente que iba al boliche o simplemente a tomar algo. No se acordó un show porque el lugar no daba para eso. Cuando se cumplió la hora acordada y no llegaban, decidimos ir hasta White en un Fiat a ver qué pasaba. Cuando llegamos lo tenían un poco apretado a Taranto, había mucha discusión porque el dueño del lugar decía que no le había ido como él creía que le iba a ir económicamente. Al final, vinieron a Punta Alta y le metieron mucha onda con la gente, pero lamentablemente hacia el final de la movida se armó un poco de rosca. En la disco ya no cabía más nadie y un grupito que se encontraba afuera generó un poco de despelote al querer ingresar al boliche y manotearon algunas cosas del colectivo de la banda, algo que nosotros no vimos. En medio del desbande, alguien de la puerta avisó y salimos a ver qué estaba pasando. Cerca mío vi a Vicentico que, en un intento por defenderse, agarró a un muchacho del cuello, pero por suerte no pasó a mayores”.
Al ser consultado por el hecho, Alejandro Rebull sostuvo: “la verdad es que si todo lo que se dice que ocurrió fue puertas adentro, quedó todo ahí, porque durante la noche con Los Fabulosos fue toda alegría. Ellos venían de tocar esa noche en Estudiantes y pasaron a cenar por la Cantina, como hacían la mayoría de los artistas que pasaban por Bahía Blanca. Es más, tocaron con nosotros algunos temas con una cantina que estaba siempre llena con aproximadamente 600 personas, pero no me enteré de nada de la historia que se plantea”.
Para seguir escarbando en esta historia candente, Taranto profundizó “Esta historieta en Bahía Blanca se dio con dos socios, uno piola -que sería Alejandro de Robbio- que conocía a LFC y a sus canciones; y otro que era un mafioso -que sería el dueño de la Cantina de White-, que le había puesto la plata a este pibe. Esa noche en el estadio de Estudiantes, la gente tuvo que esperar muchísimo tiempo para que el grupo saliera a tocar porque me franeleaban con el pago, no teníamos handies para comunicarnos entre el camarín que estaba detrás del escenario y para ir venir tenía que pasar entre el público. Imaginate que era como un estadio Obras y estaba de bote a bote, o sea que la recaudación fue muy buena. Me acuerdo que estaban los empleados contando billetes y me dijeron ‘largalos ya, largalos ya que la gente no puede más, te están contando la plata’. Entonces fui al camarín y les dije a los músicos algo que yo no solía decir hasta no tener toda la plata en mi poder, ‘bueno muchachos, bandera verde, al escenario’. Me acuerdo que Luciano Jr., actual Tirri, me dijo ‘¿pero ya está la tarasca?’, a lo que le contesté que sí, que se quedara tranquilo. Y mi hermano me miró como diciéndome, ‘mentiste, sabés que no la tenemos, salgamos corriendo a buscar la guita’. Y cuando llegamos a la boletería estaban las persianas bajas y el personal de seguridad, a quienes les pregunté hacia dónde se habían ido, me contestaron que se habían mandado a mudar con unos bolsos".
Recapitulando sobre los sucesos de la cantina, Taranto recordó que “detrás de esa pared que estaba empapelada como si fuera el bosque de Arrayanes, había una puerta que se parecía a la entrada de una oficina de la película Scarface. Ahí fue donde me sacaron el fierrazo, que no recuerdo si era una 9mm o una 45 y el quía me la puso al lado mío y me dijo `¿qué hacés, cómo te va, qué venís a buscar?’. Insisto, la bronca vino por la presencia que habíamos vendido a posteriori en una discoteca, que era Chess de Punta Alta, y eso al tipo de White no le gustó, quería exclusividad. También recuerdo que cuando salimos del boliche, los matones enviados por el mamotreto de la Cantina -esta teoría es exclusiva de Taranto, porque tanto Jorge Rodríguez como el otro socio de Chess de nombre Jorge, coinciden que los que rompieron el bondi fueron personas habitúes del boliche-, habían roto todo nuestro micro, le arrancaron las luces de neón, el limpiaparabrisas, vidrios, etc. Un gran disgusto y una gran tensión”.
Para 1988 uno de los ex dueños de Chess, Jorge “Lechuza” Rodríguez había decidido junto al otro Jorge dar rienda suelta a un proyecto ambicioso pero factible que se tradujo en uno de los boliches más recordados en la historia reciente de la ciudad. “Con Los Cadillacs, todos esos entuertos que la gente vio de afuera, no fueron ciertos. La verdadera historia te la cuento yo porque estuve ahí. Fue tal la afluencia de gente que se nos volcaron más de 1000 personas en un lugar para 700. Nos quedó afuera gente que estaba muy ofuscada, clientes de todos los días que fueron tarde y no los pudimos dejar entrar y actuaron como pendejos, se sintieron dueños del boliche. Era tal su bronca que algunos se dirigieron directamente al colectivo de la banda, les abrieron todos los buches de abajo y les robaron unos faroles que tenía de frente. A todo esto, salieron dos de los músicos que obviamente se los querían comer crudo. La película terminó con una denuncia en la comisaría, tuve que ir yo a hablar. La cuestión fue que le pagamos los faroles al colectivo, pero eso sólo fue lo que pasó, no hubo otra cosa. Con quien regentaba la cantina de White no hubo ningún problema, tal es así que el que paga y los contrata en Buenos Aires fui yo. El resto es todo cháchara, todas cosas que se imaginan, te lo digo yo como extitular de la propiedad y del boliche en sí”.
¿Existe una verdad absoluta? ¡NUNCA, JAMÁS! Es importantísimo resaltar ésto último para no tener que salir a aclarar cuando aparezcan diferentes versiones como respuestas, porque es en esa diversidad de voces donde radican esas “verdades” personales.
“Ahí fue donde me sacaron el fierrazo y el quía me la puso al lado mío y me dijo ‘¿qué hacés, cómo te va, qué venís a buscar?’”.
Voces diferentes sobre esta presentación
El bahiense Leonardo Moreno, quien aportó la foto de la Cantina a lfcrarezas, sostuvo que "efectivamente fue en el 88, en Estudiantes, yo estuve en todos los recis de LFC en Bahía y en Monte y recuerdo que esa noche en Estudiantes no fueron más que 150, 200 personas, un momento en que Bahía tenía un pedo atómico atravesado. Después hubo otros shows que la rompieron con un lleno total".
Por su parte, el Dj bahiense Daniel Chimento, consultado luego de un comentario que me enviara por Messenger, expuso que: “la fecha del 88 en Estudiantes la organizó el ya fallecido Dj bahiense Gustavo Mobillio. Yo estuve con Gustavo en la casa de Naco Goldfinger -ex saxofonista de LFC- en Acassuso, donde se hizo el contacto para traerlos en aquella oportunidad a Estudiantes de Bahía, recital que realmente fue un fracaso, no fue nadie. Tal es así que estábamos en los vestuarios después del show y me acuerdo que Gustavo estaba descompuesto, no podía ni hablar; no sé quién carajo y cómo le habrán pagado a la banda esa noche. Gustavo hacía un show de enganche con dos bandejas en medio del club, antes del plato fuerte que eran LFC. Al final no sé cómo terminó la noche, porque me lo tuve que llevar a Gustavo muy descompuesto, y la verdad que la cosa se estaba poniendo realmente fea, no había quien se haga cargo del muerto”.
Varias personas opinaron lo mismo que Chimento en las redes, pero no nos cierra la hipótesis de Mobillio contratando a LFC para el show de Estudiantes en el 88. Sí podría haber sido para el show realizado años posteriores, en el club Olimpo, durante el año 1991.
Para darle un cierre a esta aventura del lejano sudoeste bonaerense, volvamos a la palabra de Taranto, quien sentenció: "Otra cosa que quisiera aclarar es que en la Cantina de White no tocaron Los Cadillacs; sí recuerdo que estaba la banda estable que se puso a zapar ‘Mi novia se cayó en el pozo ciego’. Fue una de las tantas anécdotas con LFC de encuentros con tipos que oficiaban de capitalistas-testaferros y socios que realmente eran fanas de la banda. De estas con chumbos de por medio hubo varias y hasta más pesadas. Yo sí te puedo decir que le puse el pecho a las balas por los Fabulosos Cadillacs”.
Extradata
1988 fue un año súper prolífico para LFC, que había arrancado el 30 de enero con un súper show en el velódromo de Buenos Aires. Luego, el 3 de marzo, se presentaron en las terrazas del Canal 7 frente a 25 mil personas, hecho que dejó varios desmanes en el lugar y que muy bien contextualizó el periodista Maxi Martina en su antigua columna de “Rock Vintage” del viernes 13 de septiembre de 2013 en el noticiero de la TV Pública argentina. Mientras tanto, el 19 de junio metieron un Estadio Obras y en julio presentaron “Revolution rock” en el programa de Susana Giménez.Pero eso no es todo, porque el 27 de octubre editaron El Ritmo Mundial, esta vez producido por Mario Breuer.
Consultado sobre Alejandro de Robbio y su vinculación a la primera fecha de LFC en Bahía, el periodista y animador bahiense Carlos Velaustegui dijo: “en esa época ya estábamos juntos con Ale pergeñando lo que después fue el programa La Movida de Bahía. Ale formó parte de aquel show porque era amigote del exdueño de la cantina Royal, lugar al que siempre iba a trabajar como presentador y hasta me llevó un par de veces para alguna presentación de bandas. Y doy fe que el que aparece en la foto es Ale junto al exdueño de la cantina y Romay. En cuanto a la historia que se dio, sé que hubo un inconveniente y el exdueño de Royal era bravo. Creo que no se recaudó lo que esperaban con los gastos. No sé entre quiénes fue el quilombo, si entre el dueño de Royal y Romay o con Taranto; lo que sí te puedo decir es que Alejandro estaba a full en la radio promocionando el primer gran recital de Los Fabulosos en Bahía”.