Pepe Fenton: uno de los eslabones del origen de Patricio Rey
Ilustración Leonardo Olivera
Por Javier Tucci y Daniel Kaiser
Como una especie de hidromedusa casi inmortal, con sus bigotes mostacholes cruza Alberto Laiseca y un David Crosby sin pelo, el ex bajista e hijo del proyecto prebiótico de la troupe que luego llevaría el nombre de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, eterno operador de Radio Universidad de La Plata y experimentador de la cultura rock platense y más allá, nos recibió una vez más, sabiendo de antemano que la jauría siempre ha aceptado los vicios.
A Pepe lo entrevisté por primera vez en el año 2004, cuando estaba terminando mi tesis en la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata. Me acuerdo perfectamente de aquel encuentro en la Enseña de las Tres Ranas, un resto ubicado frente a Radio Universidad. 15 años han pasado y nos volvemos a encontrar gracias a la generosidad y el intercambio que tuvimos con el amigo y colega Daniel Kaiser, excantante y bajista de los Hermanitos Kaiser y su Increíble Organito que Toca Solo y actual bajista de los Platos Rotos.
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AGENCIA PACO URONDO: Antes de ser Pepe Fenton fuiste Roberto Mario Fuentes ¿Existe alguna diferencia entre ambos?
Pepe Fenton: No, ya soy uno sólo.
APU: ¿Y esa necesidad del alter ego se extendió hasta hoy, por qué?
PF: Se hizo carne (Risas)… Al principio nació como un chiste donde todos nos cambiábamos el nombre, en una época donde era mejor tener un par de nombres.
Roberto Mario Fuentes nació en 1952, el mismo año en que murió Evita. Los primeros años de su infancia transcurrieron en Punta Alta, ciudad ubicada al sudoeste de la provincia de Buenos Aires, lugar al que el padre había llegado por ser militar. Tras el estallido de la revolución fusiladora en 1955, con cuatro años, la familia se trasladó a Villa Elisa, en el gran La Plata. El peronismo estaba proscripto, su papá empezaba el camino a la jubilación y Fenton ya era una esponja que captaba las primeras informaciones musicales, entre el tango y jazz de su viejo y Nat King Cole o Harry Belafonte de parte del gusto materno. Una maestra de piano fue la responsable de enseñarle los primeros acordes de guitarra. Entrados los ‘60, el Club del Clan y la popmanía italiana se mezclaron con el show del minuto de Guerrero Marthineitz. Al poco tiempo, la familia se disuelve y el pequeño Roberto se traslada a casa de unos tíos en Capital Federal, donde terminará la primaria. Luego vendrá ese tiro en la cabeza que significó su primera adquisición musical, el “Magical Mystery Tour” de The Beatles.
PF: Me crié en Villa Elisa, en un barrio en el que andábamos en patas y a caballo y me bañaba en el arroyo. Estudié piano, algo que me hacía aburrir terriblemente, pero esa profe fue la que me enseñó los primeros acordes de la guitarra. Después estaba lo que nos pasaba con formatos como el Club del Clan, algo que para muchos fue una porquería, pero yo lo rescato, fue formativo. Imaginate que veníamos escuchando folclore y acá llegaba todo el pop modernoso de la RAI con Rita Pavone, Doménico Modugno, etc. En tanto, acá estaban Palito Ortega, Johny Tedesco, Jolly Land, etc. y un buen día, después de escuchar folclore y toda esta cosa popera, me compré el “Magical Mystery Tour” de The Beatles y fue como si me hubieran pegado un tiro en la cabeza.
El germen de Patricio Rey y la troupe platense setentista
A principios de los años setenta, quien todavía se hacía llamar Roberto conoce a la piedra fundamental de lo que luego será Patricio Rey: Sergio Mufercho Martínez, Guillermo y Skay Beilinson y el Indio Solari, entre otros. 1973, la democracia retorna al país con el tío Cámpora y un Perón que retomaría el poder por poco tiempo. En ese contexto de algarabía y ebullición política, se dan las reuniones del silolísmo con Solari y el Negro Beilinson. En medio de la llegada del pesado culo de metal de la dictadura cívico militar y eclesiástica, Roberto muta en Fenton, su alter ego, y se genera la amalgama del taller el Mercurio, los primeros ensayos en el Pasaje Rodrigo y los retiros psicodélicos a Valeria del Mar, donde nació su primera hija y el mediometraje Celos.
PF: Lo que ya se habló varias veces en varios lugares sobre las reuniones que se suponían espirituales, donde el Indio preguntó si en ese lugar te enseñaban a armar bombas (risas), fue muy cierto. Pero no fue ahí donde nos conocimos. La historia es que primero lo conozco a Sergio Martínez (el Mufercho, primer monologuista de Patricio Rey) en City Bell. Luego vinieron años de gran dispersión donde muchos se van a la mierda y en ese lapso conozco a Guillermo y a Skay que vivían en la Casa La Luna, lugar que se creó porque donde estaba la Cofradía de la Flor Solar ya no entraba un alfiler. La plasticola de todo fue el negro Guillermo, que siempre fue un tipo al que le gustaba convocar y un día caímos todos juntos, incluso el Indio y el Mufercho, a comprar faso a un lugar y ahí se terminan de conocer todos, pero fue algo casual o causal, qué sé yo. En el ’76, año en que me casé y fui papá a los 24 años, fuimos a refugiarnos a Valeria, a preservar el estado de ánimo y a tomar ácido, por supuesto.
Pepe hace una pausa, me pide que le muestre el libro del Indio que traje conmigo y comienza a hojear las páginas de a poco. Me acerco y le muestro una foto del Indio que refleja una escena de Celos, un mediometraje en que el personaje del Indio era una especie de observador, donde había una chica y un tipo que la celaba.
Si mal no recuerdo, esa escena fue filmada en casa de Quique Peña (amigo de la troupe), en la que también participaba la hija de Monona (bailarina de Patricio Rey). Celos nació ahí, de la experiencia psicodélica, Guillermo tiró unos planos con la cámara y luego fue saliendo el guión sobre los sueños de un tipo que está enamorado de una pendeja, luego se terminó de filmar en La Plata mediante un montaje. De aquel material creo que hay algo colgado en YouTube; Guillermo es un poco reticente para entregar material. A los únicos que les aportó algo fueron a los pibes del docu ‘El alucinante viaje de Patricio Rey’, después hay algunos que tienen copias en VHS.
Ciclo de cielo sobre Viento
La radio, ese ámbito formador donde se conjuga el arte todo
Hacia 1976, Patricio Rey comenzaba a hacerle frente a ese estado de ánimo donde todo era subterráneo, donde daban ganas de volver al sótano y ponerse a tocar rock n´ roll con los amigos. El taller de estampado “El Mercurio” continuaba, como así los retiros a la costa, pero había que concretar algo imperecedero, había que bancar la olla y una hija. En medio de la intervención militar de Radio Universidad, llega el oficio de operador de radio, actividad que se extiende hasta la actualidad y por la que Fenton, un poco podrido de que todo el mundo sólo haga hincapié sobre su participación en la troupe performática, siempre pidió que le preguntasen. Es en ese medio, en donde convive lo barroco y la radionovela, el Show del Minuto de Guerrero Marthineitz y el Metro, programa que realizó junto al negro Beilinson.
PF: Desde hace añares, Sergio Pujol desde su cátedra de Historia del Siglo XX en la Facultad de Periodismo de la UNLP, manda a todos los pibes y pibas a que me entrevisten a mí y a Rocambole para dar con info sobre Los Redondos, imaginate que estamos un poco podridos ya (risas). La cuestión es que llevo cuarenta años trabajando en Radio Universidad donde hice de todo. Ahí empecé, al mismo tiempo que en Patricio Rey y la culpa de todo la tiene Sergio Martínez. Era el ’76 y teníamos el taller “El Mercurio”, donde estampábamos y confeccionábamos telas con Guillermo, el Indio y Sergio. En tanto, en Radio Universidad hay una restructuración, intervención mejor dicho, y necesitaban a alguien que pasara música barroca y Guillermo tenía una colección de antigua barroca que era de la madre. Una vez dentro, comencé a escribir los guiones a máquina y por triplicado para que luego el locutor de la intervención los leyera. Primero aprendí el oficio de operador de la mano del padre de un amigo, el Negro Martínez, y luego por la dedicación que tuvo Roberto Parreño, sobre todo en la coordinación, el entendimiento de las señas, el estar atento siempre al parlanchín, al Talking Heads (cabeza parlante). Por suerte había aprendido el oficio, porque cuando se terminó el taller y la performance de Patricio Rey quedé en pelotas, y un operador es siempre necesario en la radio.
Estando ahí adentro, detrás de la pecera, vi desfilar a varixs grosxs. Una persona que me impresionó fue Mauricio Tenembaum, uno de los fundadores de la Comisión Provincial por la Memoria, el papá de Ernesto Tenembaum, quien tenía un programa en la AM de Universidad que lo llevaba a cabo desde la Dirección de Derechos Humanos de la Universidad Nacional de La Plata. El tipo era un capo, tuvo el programa hasta que falleció. Después me di el lujazo de conocer a uno de mis máximos ídolos que era Hugo Guerrero Marthineitz. Recuerdo que cuando era pibe tenía una spikita (radio spika) donde escuchaba el Show del Minuto, de donde luego sacamos la idea para un programa que se llamó El Metro, que hicimos con el Negro Beilinson y Sergio Martínez hacia finales de los ’80 y principios de los ‘90. Lo loco del Show del Minuto era que duraba cinco o seis horas donde recuerdo haber escuchado por primera vez el disco de las vacas de Pink Floyd (Atom Heart Mother).
Volviendo a El Metro, fue una experimentación total, duraba cuatro horas los sábados a la tarde donde pasábamos música que acá llegaba muy poco, y donde hacíamos una radionovela que era Horizontes Verticales (basado también en el film homónimo de Guillermo Beilinson de mediados de los ’70). Era la historia de la llegada del Zeppelin a Buenos Aires, pero la cosa empezaba en Montevideo porque se suponía que en el dirigible venían a bordo unos alemanes que venían a hacer un complot contra Gardel (risas).
APU: ¿Y qué te deja todo este recorrido en la radio?
PF: Tranquilo
De regreso a la música
APU: ¿Cómo fue volver a tocar luego de la experiencia redondita? ¿Alguna vez te alejaste de la ejecución musical?
PF: Fue una época difícil, ya mi familia se había hecho numerosa y había que trabajar mucho, pero nunca me alejé de la música, siempre estoy tocando la guitarra. Y retorné a principios del 2000 cuando El César y los Hermanitos Kaiser me invitan a tocar, momento que me devolvió la confianza.
APU: Desde hace más de diez años venís capitaneando Fenton y los Platos Rotos, proyecto en el que aparece Dani Kaiser y varios que van y vienen ¿Qué te llevó a interpretar con esta banda canciones como el Hidromedusa de Patricio Rey, Imperialismo espacial de La Cofradía de la Flor Solar y otras de la época pre Patricio Rey como ‘el vínculo’ de Dulcemembriyo, aquella banda que integraban Federico Moura y Luis María Canosa entre 1967 y 1972?
PF: El laburo de Los Platos Rotos es una especie de antropología musical, además de los temas propios. Por su parte, Dani tiene un espíritu de archivista que es como le pasa a cualquier pibe o piba de barrio que nacen rockerxs y cagaron (risas).
APU: Una de esas canciones, como decíamos, es ‘El Vínculo’, que fue escrita por el Indio Solari y Beto Verne para Dulcemembriyo y ustedes la interpretan gracias a un rescate de la excantante Deborah Brandwajnman (¿Déborah Vip? https://spoti.fi/2FrKrwA), quien falleció hace muy poquito.
PF: Sí, fue un rescate de Deborah y de ahí en más comenzamos a hilar fino en la reconstrucción de la canción. Contactamos a muchos que nos fueron indicando cómo era realmente la canción, gente que había conocido a Luis María Canosa (Nota del autor: cantante de la banda platense Dulcemembriyo, formación en la que Federico Moura tocaba el bajo. Canosa fue una de las víctimas de la llamada Masacre en el Pabellón Séptimo de Villa Devoto, en marzo de 1978) como Marcelo Díaz, Gustavo Secchi y Vitico, un amigo de Canosa que vive en Suecia, quien cuando vino a La Plata hace unos años atrás se nos sumó al ensayo y nos proporcionó la data que faltaba y la aprobación de que la canción era así como quedó para tocarla.
APU: ¿Ese vínculo es ese hilo constante que perdura hasta hoy en el rock platense, con la idea de sobrevivir y preservar el estado de ánimo por sobre todo lo que nos rodea?
Hay muchos vasos conectores cortados… por ejemplo al Indio no lo volví a ver nunca más. La última vez que lo vi fue en el ‘90 cuando los Redondos tocaron en Atenas acá en La Plata, el día que se armó alto quilombo durante aquellas jornadas a pura represión. Fue el día que la cana se lo quiso llevar o se lo llevó, no recuerdo bien, al Negro José Luis, alto rango de la barra de Gimnasia Esgrima La Plata, al que muchos endilgan que es la famosa Bestia Pop. En La Plata hubo dos grandes núcleos que irradiaron mucho el tema de la cultura y el arte y son la Facultad de Bellas Artes, la de Arquitectura en su momento y luego La Cofradía…
El vínculo (Dulcemembriyo)
Estamos en un vínculo.
Vamos a ver qué es eso de pensar en un vínculo.
Asombramos a extraños queridos.
Vamos a ver qué es eso de asombrar a extraños queridos.
Veo señores que caen boca abajo.
Ocultan revanchas,
Cuidan su rango,
Está en salvarlos.
Y doy vueltas y doy vueltas
Y doy vueltas sin parar.
Iluminemos nuestras rutas.
Vamos a ver qué es eso de iluminar en rutas.
Recuerdos que mienten un poco y otras yerbas políticas
APU: ¿Leíste “Recuerdos que mienten un Poco”, la autobiografía hecha conjuntamente con el periodista Marcelo Figueras, del Indio? ¿Qué te pareció? ¿Qué te pasó al enterarte que no sólo te nombran varias veces, sino que aparece una ilustración tuya hecha por Solari?
PF: Estuve a punto de comprármelo, pero preferí comprarme pilchas. Sólo leí algunas páginas que me mandan por wasap; es un fenómeno editorial al igual que Sinceramente de Cristina.
APU: Tus amigos tienen un buen motivo para regalártelo entre varios.
Daniel Kaiser: Sí, o el de Cristina o El año de Artaud de Sergio Pujol.
APU: ¿Qué te pasa con la política? ¿Es verdad que militaste en la JP? ¿Cómo ves la actualidad política y qué te parece que va a pasar a partir de octubre?
PF: Marché con la JP de La Plata en la vuelta del ’73, pero nada más. Yo soy Cristinista, nunca fui peronista, soy Kirchnerista desde Néstor y eso que antes me consideraba un cuasi anarco. En casa mi viejo era militar, te diría no gorilón sino desarrollista, sentía que le debía mucho a Frondizi por su jubilación. Mi abuelo paterno sí era radical y mi abuelo materno peronista, un sindicalista que había estado en Ingeniero White (Bahía Blanca). No sé qué va a pasar, sólo espero que no se críe un Bolsonaro argentino.
APU: Hace poco tuviste un problemita de salud ¿Que habrá de ahora en más en tu vida y qué podés decirles a las generaciones venideras sobre lo que significa la cultura rock, teniendo en cuenta que para muchos ha muerto o está a punto de desaparecer?
PF: Estoy en el camino de la recuperación para volver a ensayar con la banda, porque Dani es un entusiasta y eso me emociona y me acerca aún más a recuperarme rápido… Yo no puedo decirle nada a nadie, que la gente diga y haga lo que pueda.
Escuchá a Fenton y Los Platos Rotos acá:
El Hidromedusa: https://bit.ly/2MTmioO
El Vínculo: https://bit.ly/2L1UhJ2
Imperialismo Espacial: https://bit.ly/2WYzIVr
Nervio Beat: https://bit.ly/2KrQm9g
Detornillador, aparece en el primer disco editado por Pura Vida Bar: https://bit.ly/31R5aDI
Y si querés escuchar alguito de la época donde Fenton tocaba el bajo en Patricio Rey escuchá este reci del ‘79 en el Margarita Xirgu: https://bit.ly/2L0ntQH