Los Gardelitos: “Ahora es nuestra la ciudad”
Unos días antes, Los Gardelitos publicaron en sus redes sociales una foto de Cristina Fernández de Kirchner posando en su despacho en el Senado de la Nación sonriente junto a la remera que la banda craneó en su honor. Esa antesala que se palpitaba de cara al recital que la banda liderada por Eli Suárez dio el sábado 3 de septiembre poco tenía que ver con lo que pasaría horas más tarde de ese posteo y consternaría a gran parte del país, sobre todo al campo nacional y popular.
La previa de lo que tenía que ser una gran fiesta no podía escaparle a la coyuntura de lo que había pasado. Ese clima fue lo que impregnó las intersecciones de Juan Agustín García y Boyacá. Era imposible no pensar que la mayor parte del público que entonaba al unísono la marcha peronista en la fila de entrada a Argentinos Juniors era el mismo que había marchado a Plaza de Mayo el día anterior o que había resistido la represión en Juncal y Paraná.
“Sortilegio de arrabal” fue el tema con el que se encendieron las luces del estadio, despejando las dudas existentes en cuanto a la cronología discográfica que iba a dar pie a la proeza musical. De “Ciudad Oculta” a “Gardeliando”, pasando por “Oxígeno”, “En tierra de sueños” y “Fiesta sudaka”, cinco discos para más de 25 mil personas.
Un público transgeneracional colmó el Estadio Diego Armando Maradona; una mezcla entre quienes se nutrieron de la pluma poética de Korneta Suárez, y los que se fueron sumando en las distintas formaciones que encabezó su hijo tras casi dos décadas de la partida del fundador de la banda surgida en el Bajo Flores. Pero en esta oportunidad, no sólo salieron a la cancha Eli Suárez, Jorge Rossi, Toto Ciccone y María Rosa sino que, mientras transcurría el show, subieron al escenario una orquesta de cuerdas, un ensamble de vientos, percusión, danza, teatro y bailarines junto a unas producciones audiovisuales que acompañaban cada tema y separaban cada disco dividiendo al propio espectáculo en actos.
“Lo que pasó la otra noche con Cristina Fernández de Kirchner es un tiro en la cara de la democracia”
“Somos negros, de la villa y tenemos sentimiento peronista”, repite Eli en cada recital. “Rock clasista y feminista”, define. Insignias de una forma de pensar el rock nacional y su inserción en la coyuntura. Los Gardelitos quizás es el mayor ejemplo de ese proceso, nacidos en otra época se sumaron a la campaña contra los abusos en el rock: por eso es que la pantalla principal se iluminó bajo la insignia del Ni Una Menos, y se brindó apoyo al colectivo Un Paso Atrás. De esta forma, la banda puso y pone de manifiesto que es la propia música la que puede ser protagonista de su transformación.
Transcurrida la noche, bajo la tribuna popular del Bicho se desplegó un enorme trapo con la imagen de CFK. “Lo que pasó la otra noche con Cristina Fernández de Kirchner es un tiro en la cara de la democracia”, sostuvo el cantante y guitarrista, dando pie a “Hay que enterrarlos vivos”, un reggae dedicado a los 30 mil compañeros detenidos desaparecidos que integra el disco lanzado en 2004, “En tierra de sueños”.
“Ahora es nuestra la ciudad, Rodríguez Larreta”, cantó en el clásico “Gardeliando”, cuando quedaba un solo álbum por tocar y nadie parecía estar dispuesto a dejar el estadio.
Cinco horas, 61 canciones y una noche repleta de rock fue lo que le llevó a la banda repasar todo su repertorio. Un show que se hizo eco del presente y la coyuntura y conjuró todas las urgencias en su escenario a un precio popular, como no podía ser de otra manera porque Los Gardelitos es la síntesis perfecta entre el rock y la gente, eso que nosotros llamamos Pueblo.