"Madres paralelas", la nueva película de Pedro Almodóvar
Por Inés Busquets
Dos mujeres se encuentran en una maternidad, con la misma fecha de parto y registradas en la misma habitación. Edades disímiles, Ana es adolescente y Janis de mediana edad.
Incertidumbre y plenitud se cruzan como una suerte de choque donde pares opuestos se terminan de complementar en una situación vertiginosa y luminosa a la vez.
Ambas son madres solteras, de clase media y estabilidad económica. En ese contexto la maternidad irrumpe para cambiarles la vida, replantearse los vínculos e indagar en las historias personales. Esta contingencia colmará el resto del film de empatía y sororidad.
Esta relación es la disparadora para abordar el eje de la película: la identidad.
Los antepasados de Janis (Penélope Cruz) víctimas del franquismo vendrán a recuperar la historia de la Guerra Civil Española y sus injusticias. Entonces la memoria como reconstrucción colectiva impregnará el film de compromiso y conciencia social.
Janis es fotógrafa y la película empieza con un diálogo sobre antropología forense y la apertura de fosas para el reconocimiento de cuerpos desaparecidos por las fuerzas del Falangismo Español.
Más adelante otra escena entre Janis y Ana (Milena Smit) reforzará la importancia de una historia revisionista que rescate el pasado del país para entender el presente y pensar el futuro, sobre todo para las nuevas generaciones.
Con los rasgos de estilo tradicionales de las películas Almodovarianas, el director trabajó una apuesta fuerte, una causa pendiente: las consecuencias nefastas de la dictadura Franquista.
Penélope Cruz, Milena Smit, Rossy de Palma, Israel Elejalde, Aitana Sánchez-Gijón conforman el elenco icónico de la marca Almodóvar que como un sello ineludible deja las huellas del drama y los interrogantes que se van dirimiendo a lo largo del film.
Mujeres que atraviesan diversos conflictos, pero que toman el mando en un mundo establecido para hombres. Mujeres independientes, empoderadas, trabajadores que se plantean los distintos modelos de familia y avanzan sin miedo a conquistar nuevos espacios.
Desde el diseño del afiche al interior del film la estética es prolija, precisa y elocuente; la fotografía es un elemento narrativo fundamental porque trabaja en consonancia con el relato, entonces los planos detalle remarcarán los momentos personales, mientras que los planos generales abordarán las situaciones o eventos colectivos.
Las locaciones típicas de Almodóvar, como siempre, encantan por la belleza de los pueblos españoles, sus calles y costumbres.
Algunas escenas trabajan armoniosamente lo no dicho, entonces los planos de la cocina, del desayuno o del café dialogan con el ambiente y los gestos de los protagonistas, sin necesitar las palabras.
Dos historias se cruzan todo el tiempo para potenciar el arco narrativo: la que acontece con las madres paralelas y la que subyace relacionada a la política del país. A su vez, las secundarias de los demás personajes que exteriorizan sin profundizar sus infortunios.
Madres Paralelas es una película reflexiva y visceral, donde las mujeres muestran su fortaleza, pero también lidian con la debilidad y con el vaivén de emociones, sin temor a exponerse quebradas.
Una vez más Pedro Almodóvar da testimonio en clave íntima y lleva a la pantalla grande las vicisitudes y las complejidades del universo femenino.
Madre y memoria, dos términos que confluyen como líneas paralelas que se juntan para dar vida, para materializarse ahora también en cine.