“Me interesaba la dimensión existencial de la historia que transformaba la crueldad de la dictadura argentina en otra cosa”

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    Federico Bianchini
    Foto: Alejandra López
ENTREVISTA

“Me interesaba la dimensión existencial de la historia que transformaba la crueldad de la dictadura argentina en otra cosa”

03 Agosto 2025

Recientemente publicada en Argentina y con tres ediciones en España, Tu nombre no es tu nombre es el título del libro donde, por medio del género de la crónica, el escritor y periodista Federico Bianchini, reconstruye la historia de Claudia Victoria Poblete Hlaczik, hija de desaparecidos y apropiada en 1978, que recuperó su identidad hace veinticinco años.

“Pero en ese cuarto no había nada”, escribe Federico Bianchini, autor, entre otros libros, de Antártida:25 días encerrado en el hielo con el que obtuvo la beca Michael Jacobs de la Fundación Gabriel García Márquez y ganador de los premios Don Quijote (EFE, Rey de España) y Nuevas Plumas (UDG, Universidad Portátil México. “Nada que hiciera que uno sintiera que allí se personificó la maldad humano. No era siniestro, oscuro ni estremecedor, y quizás eso fuera lo más impactante. Si no hubiera estado el guía que nos lo recordaba, pensé: el horror pasaría inadvertido. Sin contexto, ese cuarto sería como cualquier otro cuarto. Sin relato, la historia se diluye”.

AGENCIA PACO URONDO: ¿Por qué elegiste abrir el libro con esa frase de Svetlana Aleksiévich “A la historia solo parecen preocuparle los hechos, las emociones siempre quedan marginadas”?

Federico Bianchini: A medida que fui entrevistando a Claudia Poblete, empecé a ver que había puntos a donde uno no podía llegar, que no iban a poder ser contados y que tenían mucho valor histórico, puntos que muchas veces se relacionaban con las emociones. Creo que, como dice Aleksiévich que sucede con la historia, el periodismo suele limitarse a hechos, antecedentes y consecuencias, dejando de lado las emociones y los sentimientos de quienes protagonizan estos hechos. Por limitación de espacio, por desinterés o falta de tiempo. Más allá de que este caso marcó jurisprudencia y un mojón en la historia de los Derechos Humanos en la Argentina (posibilitó la anulación de las llamadas “Leyes de la impunidad”), me interesaba conocer qué le había pasado a Claudia Poblete Hlaczik, qué había sentido ella durante todo este proceso.

APU: Otro de los epígrafes es de “La vida es sueño”, de Calderón de la Barca. “Solo quisiera saber/para apurar mis desvelos/(dejando a una parte, cielos,/el delito de nacer),/qué más os pude ofender/para castigarme más./¿No nacieron los demás?/Pues si los demás nacieron,/ ¿qué privilegios tuvieron/que yo no gocé jamás?". ¿Por qué elegiste esa cita?

F.B.: Creo que había algo en ese monólogo de Segismundo que representa muy bien lo que le sucede a Claudia: su inocencia, el secuestro cuando era bebé y la incomprensión que sobreviene después, cuando le dicen que su nombre no es su nombre. ¿Cómo había hecho para poder soportar, acostumbrarse a lo que le había tocado? Me interesaba, sobre todo, la dimensión existencial de la historia, que transformaba un caso representativo de la crueldad de la dictadura argentina en otra cosa. 

APU: ¿Cómo llegaste a esa historia?

F.B.: Me encontré con ella. Unos amigos chilenos me pidieron que buscara un caso de nietos restituidos para un podcast. Hablando con Clarisa Veiga, que trabaja en prensa de Abuelas de Plaza de Mayo, surgió la posibilidad de entrevistar a Claudia. Clarisa me dijo que si era para Chile seguramente a ella le interesaría debido a que su padre, José Poblete, era chileno. Me puse en contacto con Claudia y le propuse encontrarnos para tomar un café. A medida que escuchaba su historia, pensé que prefería escribirla a hacer un podcast. También pensé en que tenía muchas aristas, personajes complejos y subtramas que se podrían incluir en un libro. Ése fue el comienzo de todo lo que vino después.

"A medida que fui entrevistando a Claudia Poblete, empecé a ver que había puntos a donde uno no podía llegar, que no iban a poder ser contados y que tenían mucho valor histórico".

APU:¿Cómo fue el proceso de escritura del libro?

F.B.: Comencé este libro en 2019. Como decía antes, en el medio irrumpió la pandemia y hubo algunas cosas que debieron esperar: la visita guiada al centro clandestino de detención El Olimpo, algunas entrevistas, búsqueda de archivos en hemerotecas, etc. Esos tiempos en los que no pude buscar información me sirvieron para buscar el tono, pensar la estructura, revisar el texto. Seguimos con las entrevistas: pero en todo momento yo tenía en la cabeza su frase de que no podía prohibirme escribir un libro. Temía que en algún momento me dijera: “Mejor, no sigamos”. Porque, era una decisión, no iba a publicar un libro en contra de su voluntad. Esa frase me acompañó durante todo ese tiempo.    

APU:¿Podrías contar una anécdota que haya sucedido durante el reporteo del libro?

F.B.: Durante la visita guiada al ex centro clandestino de detención El Olimpo, en un momento, hice el ejercicio mental de pensar qué podía deducir a partir de lo que veía. El piso de la pequeña habitación en la que me encontraba era de cemento. A un costado, había una heladera vieja con un calendario de 1976: los meses de junio y julio están tachados. No había nada que llamara la atención. No sentía “mala vibra”, pensamientos ominosos ni nada. Me dije: “debía ser una habitación de paso”.  El guía entró y dijo: “Acá estaba la sala de torturas. El espacio en el que los militares picaneaban a los detenidos”. Y luego: “La materialidad de los lugares habla. Hay que saber escucharla”.