Néstor vive: podrán ultrajar un mural, pero nunca la voluntad popular
Por Andrea Montenegro Scarpa
Diez años del fallecimiento del expresidente Néstor Kirchner era un número impactante, para los militantes de las diferentes organizaciones políticas que adherimos a su pensamiento. Como en todo el país, en Tucumán nos aprestamos a organizar actividades para conmemorar dicha fecha. Con el Manifiesto Argentino Tucumán, La Revolución de las Viejas y La Cámpora Tucumán llevamos adelante una vigilia homenaje que duró más de cuatro horas y en la que participaron músicos, poetas y referentes políticos.
El concejal del Municipio de Yerba Buena Marcelo Albaca participó de la vigilia y tuvo la iniciativa de ofrecer la pintura para la realización de un mural conmemorativo, como cierre de los homenajes. En el municipio existe una muralla de contención para un estadio que nunca se realizó, ya que Tucumán no fue sede del mundial de 1978. Ese espacio es utilizado como un lugar de expresión, hoy se encuentran allí dos murales, uno que recuerda a “Los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos” y otro del expresidente “Raúl Alfonsín recibiendo de las manos de Ernesto Sábato el libro Nunca Más”. Nos pareció el lugar indicado para realizar el homenaje a Néstor Kirchner, quien le dio el lugar de política de Estado a los DD HH. Una continuidad temática y conceptual.
Para la realización de un mural de esas dimensiones participaron aproximadamente 10 artistas integrantes de M P La Dignidad, Universidad y Territorio, quienes vienen trabajando en el muralismo y la semana anterior habían realizado uno con la misma temática en la ciudad del sur tucumano: Concepción.
El viernes 6 de noviembre a la noche realizamos la proyección de la imagen y el sábado 7 a partir de las diez de la mañana hasta las seis de la tarde se pintó el mural. Al finalizar, se culminó con un aplauso conjunto para celebrar el éxito del trabajo. El apoyo de compañeros de otras organizaciones fue imprescindible para la logística del proyecto.
El lunes 9 de noviembre, dos días después, el mural amaneció ultrajado. Manos desconocidas habían cubierto con pintura negra la cara de Néstor Kirchner, el nombre y la frase del presidente escrita en el mural. Fue un impacto tristísimo, incomprensible para todos los que participamos en su realización.
En la semana siguiente era mi cumpleaños, ese día me desperté pensando que sería imprescindible restaurarlo y lo primero que hice fue subir a las redes sociales mi más profundo deseo de restaurar el mural, a modo de pedido de regalo de cumpleaños. El primero que contestó fue el compañero, amigo entrañable Roberto Pallotto. Luego fue como una sucesión vertiginosa de mensajes. Todo, absolutamente todo, se pudo llevar adelante por el apoyo de los compañeros y compañeras. No quiero dejar de nombrarles: Rosana Herrera, Alberto Forgas, Javier Gandur, Ramiro González Navarro, José Marrade, José Miele, Ricardo Iriarte, Gordita Juárez Dappe, Alejandro Díaz, Charly, María Laura Paz Posse, Alejandra Muntaner, Ariel Piccione, Martín Cartes y mi compañera incondicional Laura López. Espero no olvidar ningún nombre. Muchísimos mensajes consultando “qué necesitaríamos”.
Habíamos convenido con los artistas en rehacerlo ese mismo fin de semana posterior a mi cumpleaños. El día 20 estuvimos proyectando nuevamente la imagen y el sábado 21 se pintó totalmente el mural. Más grande, más imponente.
El artista visual muralista Gabriel Bazán dirigió por segunda vez la realización, conjuntamente con la artista Silvina Santillán y los compañeros Ariel Piccione, Adrián Chaile, Hernán Cartes, Carlitos Cartes y Eduardo Romano Vera. En esta oportunidad la jornada se extendió hasta las 22:00h en un típico soleado y caluroso día tucumano de fines de noviembre. Fue una romería de compañeros aportando bebidas, hielo y comida. Entre las anécdotas singulares que se fueron sucediendo están las de un compañero desconocido que se acercó para hacer su aporte monetario para cubrir cualquier necesidad relacionada con el mural, y otro compañero que se bajó de su auto con un balde de helado para mitigar el calor. Los gritos de los que pasaban en bicicleta, corriendo o caminando y manifestando su apoyo resultaron más que alentadores.
Fue un día que nos reconfortó sobremanera, donde reafirmamos que el trabajo en equipo produce una satisfacción indescriptible y que la militancia y el arte dan sentido a la vida.