“No me imagino un mundo sin discotecas”: reportaje a Héctor Barreiro
Por Gito Minore
Por decisión del entrevistado, el artículo contiene lenguaje inclusivo.
Músico, organizador y militante de la comunidad LGTTIBQ, Héctor Barreiro ha sabido ganarse un lugar dentro de la movida nocturna de Buenos Aires. A principios de mayo, bajo la producción de Ismael Pinkler del dúo Carisma, ha lanzado su primer disco, Álbum, un conjunto de composiciones donde las más diversas vertientes de la música electrónica parecieran ponerse de acuerdo para cumplir un solo objetivo: transportarte a otro lugar.
AGENCIA PACO URONDO: Hace varios años que venís organizando distintos tipos de fiestas y festivales en el circuito electrónico (entre las que se destacan “RudaMacho” y la “Carroza Loca de la Marcha del Orgullo de la Ciudad de Buenos Aires”) ¿Cómo empezaste en la movida y cual fue tu recorrido?
Héctor Barreiro: En un principio, las primeras cosas que hice no fueron justamente en la movida electrónica. Nunca me gustó ser un simple espectador. Es por eso que me fue interesando la autogestión y la militancia. De adolescente tenía fanzines que repartíamos en lugares como Cemento, La Luna o Die Schule con mis amigues de ese entonces, como para sentirnos de alguna forma parte de un movimiento. Lo de los fanzine creo que fue una de las cosas que me llevaron a estudiar Diseño Gráfico en FADU, donde conocí a mi primera pareja, el músico y artista multimedial Aldo Benítez con quien, junto a un grupo de compañeres de la facultad, empezamos a hacer las fiestas diversas e itinerantes que elegimos llamar “RudaMacho”. Estas fiestas se hacían en clubes de barrio, pistas de skate u otros lugares que se alejaban un poco de los recintos establecidos para las manifestaciones artísticas que proponía la noche de Buenos Aires. Estas movidas se hicieron bastante multitudinarias y las tuvimos que discontinuar luego de las repetidas prohibiciones que se empezaron a dar en la ciudad, luego de los lamentables hechos de Cromañón. Con “Carroza Loca” pasó algo similar, pero en esta ocasión me agrupé con personas que conocí en discotecas, en los circuitos contraculturales LGTTIBQ. Dado que el leit motiv de “Carroza Loca” y sus fiestas son la visibilidad mediante el baile y la música techno, estamos en stand by y reconsiderando la forma de llevar a cabo nuestras acciones, por las restricciones que surgieron debido a la pandemia.
APU: Trabajaste muchos años como DJ ¿Qué te llevó a grabar un disco?
H.B.: Nunca me consideré DJ. Aunque me encargué de musicalizar diferentes fiestas y eventos (de hecho, algunos hasta craneados por mí) siempre tuve cierto respeto y admiración hacia los DJs. De hecho, en mi grupo de amigos cuento con varios reconocidos y otros no tanto, pero que dieron su vida a esta profesión tan increíble. De tanto ir a bailar a discotecas, raves o festivales me terminé haciendo amigo de muchos de elles. Recuerdo que, como yo (y Aldo en ese entonces) hacíamos fiestas e íbamos mucho a ver a ciertos DJs, de ser tan fans de sus pistas, terminamos acercándonos y yendo a sus casas de visita. Por ejemplo con los DJs Pareja entablamos una gran amistad. Luego también me hice súper amigo de los DJs Carisma, quienes de alguna manera terminaron siendo mis padrines musicales... Ismael es el productor (y también casi el co-autor) de Álbum, y Carolina, la otra parte de Carisma, fue mi couch vocal y co-productora artística. El disco es un rejunte de proyectos que empecé a recolectar en mi computadora, que en un principio eran sólo para escucha personal en caminatas y días de trabajo como diseñador. Caro e Isma (Los Carisma) fueron los que me motivaron a sacar a la luz esos proyectos que terminó de producir y de darle magia Ismael, que además es alguien que admiraba mucho con anterioridad. De alguna forma, Héctor Barreiro es una especie de Frankenstein, con partes de talentos de mucha gente. Lo del nombre Álbum – Héctor Barreiro es casi una ironía.
APU: ¿Cómo se retroalimenta la experiencia como DJ con la composición musical? ¿Cuáles son los puntos de contacto?
H.B.: Lo de ser eventualmente DJ nunca me resultó muy cómodo... aunque muchas veces sentí lo reconfortante que es hacer bailar a la gente, a mí lo que me gusta más es la pista. Soy un raver, cluber y/o bailarín loco. La composición musical, al igual que escribir poemas (otra de las cosas que disfruto en secreto) es algo personal, casi íntimo. Soy algo fóbico con mostrar mi producción. Soy el típico que canta en la ducha pero que se llega a subir a un escenario y se desmaya.
APU: Escuchando Álbum se pueden percibir distintas sonoridades (tribal, trance, noise, house, etc) que confluyen en un todo extraño pero armónico ¿Cómo fue el proceso de gestación del disco?
H.B.: Todos los tracks pertenecen a varios momentos y estados de mi vida. Con algunos tracks encontrados me pasa que desconozco en que estaba pensando pera ahondar en esas búsquedas rítmicas y sonoras. Álbum es como un zoológico de emociones, que Ismael el productor, intentó ordenar y adiestrar. Cuando empecé a hacer música con la compu, todo me salía medio dark y gutural, de hecho tenía un nombre algo deforme con los que publiqué un par de tracks. Me llamaba Entre Rihanna. Ella es parte del monstruo también.
APU: Esta variedad de estilos seguramente tienen un correlato en tu escucha ¿Cuáles son tus principales influencias musicales?
H.B.: Escucho mucho este Álbum porque me resulta bastante motivador y divertido. Me levanta el ánimo de una patada. Casi todos los temas son de estilos bastante diferentes, a nivel musical, lo encuentro bastante degenerado. En lo personal escucho mucha música de estilos o géneros muy diferentes. Desde la calma del ambient o la bossa nova, hasta el caos del noise o del hardcore techno. No encuentro comodidad en un género musical específico. En mi vida también me motivan diferentes inquietudes o estados mentales. Ni zen ni bipolar, me identifico con lo camaleónico, y todo lo que está en continuo movimiento. Influencias específicas: Sonic Youth, Chopin, Javiera Mena, Rosario Bléfari, Cannibal Corpse, Brian Eno, La Nueva Luna, Aphex Twin... uf, de todo.
APU: En la placa hay una preponderancia del ritmo, un cierto latido de la pista que domina la serie de tracks ¿Cuál es la importancia que tiene, para vos, la danza?
H.B.: Una de las cosas que más me gusta en la vida es bailar. Extraño un poco ese bailar y latido colectivo del baile en comunidad. Sentir cuerpos cercanos, energías que explotan, almas trascender. No me imagino un mundo sin discotecas, manifestaciones, carnavales o rituales colectivos. Creo que ese palpitar grupal con la música es algo muy esencial en el ser humano: primitivo, cerebral, único y hermoso.
APU: El disco salió por el sello Amplio Espectro y está disponible en diversas plataformas. Teniendo en cuenta la situación actual de aislamiento ¿Pensás algún tipo de presentación en formato virtual?
H.B.: Sí, el sello es Amplio Espectro y es el sello “por un año” de Carisma. Mis padrines. A nivel global lo distribuye Kompakt que es uno de mis sellos preferidos del mundo. La verdad que no, no me entusiasma para nada lo virtual. Por mi parte se me hace muy difícil seguir transmisiones en vivo de forma no presencial. Me aburro, me siento ausente, no me siento parte. Quizás esto tiene que ver con la proximidad de los cuerpos, y esa vibración que sucede en las manifestaciones artísticas que me interesan. Como sustituto a las presentaciones en vivo de la música elegimos los videoclips, siempre fui fan de este formato de imagen más sonido. Es casi como conocer al artista haciendo su performance en vivo. Sería algo hermoso que vuelvan los shows presenciales y que abran las pistas de baile cuanto antes. Creo que nos estamos perdiendo una de las cosas más emocionantes que podemos vivir en estos tiempos. No somos internet. Tenemos corazones que laten, nervios que vibran, sangre que fluye como para quedarnos sentados viendo como se divierten los otros tras la pantalla de una computadora.