Oesterheld, el aventurador más grande de estas tierras

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Oesterheld, el aventurador más grande de estas tierras

24 Julio 2014

Por Boris Katunaric

Este último 23 de julio se cumplió un nuevo aniversario del nacimiento de Héctor German Oesterheld (a veces es bueno conmemorar los nacimientos, lugar tristemente célebre el de las necrológicas).El  1919 es el año en el que el más grande guionista de la historieta Argentina hace su entrada definitiva en la vida de nuestra literatura. El creador más grande, el monstruo imaginador. Homenajearlo es obligatorio para quienes sentimos ese amor furioso por el noveno arte. Él fue quien creyó que era posible una historieta que no sea un simple objeto de divertimento o evasión desechable e, incluso, fue capaz de revolucionarlo. Armado únicamente de oficio y conocimiento, fue creador de memorables aventuras; la más hermosa de ellas, El Eternauta. Obra de culto, de la mejor ciencia ficción e ilustrada por Francisco Solano López, es una imprescindible obra conjunta, pero ni la primera ni la única.

Hora Cero

Después de su paso por editorial Abril, donde publicó sus primeros cuentos y luego las maravillosas historietas Bull Rockett y Sargento Kirk, Oesterheld apuesta a la creación de una editorial propia, Frontera que comprendía dos publicaciones: Hora Cero y Frontera, ambas a nivel mensual. Luego se sumaron las Hora Cero semana, Frontera extra y Hora Cero extra, revistas plenas de la mejor historieta donde la idea radical consistía en dar mayor libertad a los dibujantes y pagarles más y mejor, al nivel de Europa, diría Oesterheld después, un emprendimiento maravilloso. El dato curioso, si pensamos en Oesterheld, es el monopolio de los guiones, prácticamente todos eran suyos, salvo algunos realizados por su hermano que firmaba con el seudónimo Jorge Mora. En una larga entrevista realizada por Carlos Trillo y Guillermo Saccomanno, el viejo nos dice acerca de esto: “nunca me conmoví con nada de lo que me trajeron. Porque a mí, lo que siempre me importó fue encontrar una buena historia, pero este término “buena historia”, es tan vasto…”;  lo que implicaba esto era el desarrollo de entre treinta y cuarenta guiones mensuales. ¿Cómo se logra? A pleno oficio, pura muñeca, archivo inspirador y desarrollo de argumentos potentes, con el agregado que implica el humanismo característico del viejo. Las historias idealistas que proponen un pie de igualdad a buenos y malos, los relativiza y los héroes no son Súper sino héroes a secas; personas comunes preocupadas por sus semejantes, dotadas de valores humanos, dudas, conflictos, errores. La experiencia fue extraordinaria en un principio pero, debido a malos manejos administrativos de parte de los imprenteros que vendían un remanente en negro, es decir por fuera de las ventas oficiales de la editorial, además del crédito que dio la misma imprenta que endeudaba más y más a la editorial, hizo que en 1961 esta tuviera que ser vendida a la editorial Ramírez, la misma que editaba Vea y Lea; Oesterheld  termina siendo empleado de su propia empresa. Esta época fecunda, la época dorada de la historieta, dio nacimiento a grandes personajes: Rolo, el marciano adoptivo, Ernie Pike, Randall, El Eternauta

El Eternauta

Cuatro tipos jugando al truco, lo que se llama en guión “equilibrio inicial”, donde se da un pantallazo a la cotidianeidad de los personajes. La nevada mortal, los cascarudos, los manos, los gurbos, todos estos personajes controlados por los Ellos, seres indefinidos que tercerizan el mal, que esclavizan seres para que hagan el trabajo sucio, el control sobre el control, el supra poder invisible.Con esto, Oesterheld revoluciona la historieta mundial proponiendo una acción en el Buenos Aires de todos los días, ya no hace falta irse a Nueva York o Londres o Tahití, no hace falta mandar a Pike al Japón para hacer una historia increíble, se puede dar una gran batalla en la cancha de River.

Tipos en camiseta

Can su lucidez hosca y maravillosa, Alberto Breccia articula una frase histórica: “Sucede que las cosas se mistifican y después se descubre que detrás del mito hay una vulgaridad, un tipo en camiseta”, hablaba de sí mismo pero también puede hablar de toda la generación de dibujantes de Hora cero. La primera imagen de José Muñoz de su maestro Solano López es la de un tipo de visera y musculosa con las patas metidas en un balde de agua para aliviar el calor. Hugo Pratt, el tano, era más un von vivant y un atorrante, estos tres dibujantes fueron quizá los de la producción más maravillosa de la época de editorial Frontera, los que marcaron época.

Ediciones

Esta nota nos obliga a pensar en el material de Oesterherld ¿Cuánto hay publicado? ¿Cuánto pertenece al desinterés de los editores, al momentáneo olvido? ¿Cuánto se perdió de su obra personal, sus guiones originales? ¿Cuánto en manos de celosos privados? ¿Qué hay de su trabajo en Chile, en editorial Columba?  ¿Sería una obra titánica un repaso completo de su obra? ¿Tendría realmente algún sentido hacerla o serviría solo para el regocijo de coleccionistas? No tenemos ninguna respuesta pero podemos ver lo que hay editado.

Lo que se puede encontrar es escaso, pero es el mejor Oesterheld. Por empezar El Eternauta y El Eternauta II (dibujadas por Solano López) están editadas y se consiguen en todas las librerías y muchos quioscos de diarios. También Latino América y el imperialismo, 450 años de guerra (con dibujos de Leopoldo Durañona perteneciente originalmente a El Descamisado y publicado entre 1973 y 1974) editado por Doeyo y Viniegra editores. Por la misma editorial, tenemos El Che (junto a un prematuro Enrique Breccia que hace historia y Alberto Breccia que acompaña a su hijo). Las colección de Colihue comprende varias de las mejores historietas de Oesterheld: Mort Cinder, Sherlock Time (con dibujos de Breccia), El Eternauta (también dibujada por Breccia, una problemática remake para la derechista revista Gente), La guerra de los Antartes (publicado originalmente en el órgano de prensa de montoneros Noticias con dibujos de Gustavo Trigo) y, además, las novelitas.

Las novelitas

Una de las preguntas sin respuesta debido a su desaparición en 1977 es qué hubiera podido hacer sin los apuros económicos ni la cantidad de trabajo que demandaba hacer tantos guiones en tan poco tiempo, qué gran novela hubiera escrito el viejo a pesar de su rechazo, argumentando que él llegaba a más gente que Borges. Bueno, algo de eso hay y se consigue aun: si bien son de 1995, aún se encuentran en librerías seis tomos de lo que son las adaptaciones noveladas de algunas de las historietas de Oesterheld. Sargento Kirk, Bull Rockett, Ernie Pike, una versión inconclusa de El Eternauta que, además, contiene cuentos de ciencia ficción de la época. Originalmente, estas adaptaciones noveladas de las historietas pertenecen a los primeros momentos de la editorial Frontera, incluso antes de la existencia de Hora Cero. Entre marzo de 1956 y hasta 1957, se publicaron muchos títulos de estos personajes. Esta colección de Colihue en libros chiquitos de entre 180 y 250 páginas no comprende todas la producción de adaptaciones noveladas que realizó Oesterheld, pero sí nos da un paneo del mejor estilo narrativo de aventuras; siguiendo los procedimientos clásicos del guión oesterheldiano, nunca pierde la tensión, jamás se pierde la constante, esa sensación de no querer parar la lectura hasta terminar, siempre reconociendo la personalidad de los personajes. Eso es obra de una mano una prodigiosa a la que se le fue negado su tiempo en el mundo y nos queda este atisbo de lo que pudo haber sido, sin dudas de lo mejor.

El Amapola

En enero de 2014, se editó por primera vez de manera completa la serie Amapola Negra en la colección “Continuará…” que realizó la revista Fierro. Su primer número se editó en la mítica Hora Cero en julio de 1958 hasta septiembre de 1959, teniendo una aparición especial en Hora Cero Extra Nro 11 en julio de ese mismo año. Cuenta la historia de un avión B-17, ”una fortaleza volante, igual a tantas de las que las fábricas de los Estados Unidos producen a centenares mes a mes” como reza la primer plancha de texto poniéndonos en clima de guerra. Esta historieta bélica bien puede asemejarse a todas las de la segunda guerra mundial, jóvenes soldados cumpliendo con su deber, descargando bombas en las áreas enemigas y precipitándose en batallas veloces y tensas, pero aquí aparece el sello distintivo de todas las historias del guionista: el único enemigo es la guerra misma. Los personajes se definen por sus valores humanos, sus dudas, pierden batallas, se frustran sus objetivos, caen en emboscadas y pierden a sus compañeros, todo por la “carga de muerte destinada a seres como nosotros”, reflexiona Hugh Probst, el copiloto del Amapola, el más existencialista de los personajes. Entonces, es una historieta crítica de sí misma. Así explica Héctor como se deben utilizar algunos recursos: “hay que hacerlo de modo que nunca se pierda el valor de la aventura. Sexo, violencia y política son elementos que si se ponen como simples ganchos y desgajados de todo contexto terminan por conspirar en contra de las características de la historieta", le responde a Sinay durante los setenta.

Militancia

Oesterheld fue un militante. Un militante de base, su campo de acción: la prensa y las villas. Junto a sus hijas desarrolló actividades en los barrios más humildes de la zona norte del conurbano, en La Sauce y la Cava principalmente; dentro de ese esquema, como mencionamos antes, aportó material para los órganos de prensa de montoneros, Noticias, El Descamisado y Evita Montonera, a la par que trabajaba en editoriales opuestas a su militancia peronista, como editorial Columba que dedicaba un camión de historietas al ejército argentino y publicaba todo lo contrario de lo que se habló en esta nota en materia de historietas. Entre estos dos mundos andaba Oesterheld, fue el tiempo del segundo Eternauta, con un Juan Salvo más comprometido políticamente, incluso, con más dudas sobre las ideas. Esta segunda parte, el guionista Germán, quien es el receptor del relato en la primera versión, pasa a la acción, es tambien parte de la aventura de Salvo. Es también el mismo Héctor, el de lo real, el que dictando por teléfono sus guiones a Gustavo Trigo se sumerge en la clandestinidad absoluta, con la muerte en los talones, con la inminente desaparición de sus hijas, separado de Elsa Sanchez de Oesterheld, su mujer, hoy un pedazo de la historia familiar más trágica de la Argentina.

Las Chicas

Beatriz Oesterheld fue la primera en desaparecer, con 19 años, después de una reunión con su madre en el Jockey Club de Martines, ella militaba en la villa La Sauce. Diana, de 23 años y embarazada de seis meses, en su casa de Tucumán fue secuestrada junto a su marido. El hijo de ambos, Fernando, de un año, fue llevado a la Casa Cuna como NN. Luego se crió con los abuelos paternos. Marina tenía 18 años y estaba embarazada de 8 meses, después del nacimiento de su hijo este fue restituido a su abuela Elsa, Martín Araldi Oesterheld. Estela fue a enviar una carta a su madre sobre la desaparición de su hermana Marina, en ese mismo acto fue asesinada por los militares.

El secuestro Héctor Germán Oesterheld aparentemente fue en la Plata, entre el 21 y el l 27 de abril de 1977. Estuvo detenido en Campo de Mayo, también en El Vesubio, y en la subcomisaria de Villa insuperable, conocida como Sheraton.