“Otro Reino”, de Nora Fiñuken: una ética del alivio soplada en versos de verbena

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    Nora Fiñuken
    Ph Sol Zurita
FIESTA Y POESÍA

“Otro Reino”, de Nora Fiñuken: una ética del alivio soplada en versos de verbena

18 Diciembre 2022

Entramos a cada poema en búsqueda del afecto secuestrado por el genocidio de la realidad y si el poema nos deja entrar a las lectoras, si nos convoca, entonces es que ya había empezado a escribirnos.

En Otro reino podemos detenernos debajo del gesto de su respiración que es ahora la nuestra. Cosido por cuatro grandes hilos-secciones que nos dan el aire: Gaviota, La reina, Cuaderno rojo (diario de un viaje) y Amiga. En Otro reino se desenvuelve y crece entre las páginas su verbena, su “ver- ver- be- ver- be– na”, un sonido vegetal. El primer viento anuncia una migración. Podemos percibir esta acrobacia a través de los versos: “Luego este pedazo / que saqué de aquel/ va a crecer en otra maceta" en el poema “Cactus”; “Llegamos a otro país” en “Nuestras manos” y en “Subte” ya estamos viajando hacia la muerte de un tú. En la segunda sección, La reina, la sujeto se inventa un dios para preguntarle: “Gobo loco, Gobo/ ¿Dónde está mi amiga?/ Gobo picaflor/ Gobo agua/ ¿Dónde fluye?/ ¿A dónde le mando mi mensaje?/ ¿Dónde la escucho?” y la única respuesta imposible que nosotras lectoras nos inventamos aparece en Cuaderno rojo: “No hay compañero más/ entusiasta que los pies”. Otro Reino, de Nora Fiñuken, homenajea a Matsuo Bashō a través de la respiración de los versos ahora más cortos que los anteriores. Un ritmo otro nos hace saltar de charco en charco en un viaje hacia una despedida sobre el “polvo que levantan / y guardan los muertos/ para bailar el carnaval” en “Diablito viejo, diablito nuevo”.

“Entramos a cada poema en búsqueda del afecto secuestrado por el genocidio de la realidad y si el poema nos deja entrar a las lectoras, si nos convoca, entonces es que ya había empezado a escribirnos”.

Luego, en la última parte el sujeto se transforma, el singular devenido plural. En “Ginkgo Bilboa” este nosotras ensaya un diario íntimo compartido: “Nos dijeron que podríamos construir una nueva casa/ y acá estamos, boyando en el espacio”. Y bajo este efecto pregunto:¿hacia dónde migramos? El sujeto en el libro se transforma, migra hacia una comunión con “un lirismo que flamea en el borde del abismo” y lo hace “rompiendo el corset asfixiante de lo establecido” como revuelve Diana Bellesi en La pequeña voz del mundo. Si lo establecido es siempre la soledad en Otro reino encontramos desordenada esa práctica, más bien hay una comunión porque nos resbalamos de la última página mientras “cae el rocío / sobre nuestros pasos”. La idea de la muerte es lo que se transforma. Y entre líneas se celebra la comunión en el gesto de lo que finalmente va a disolverse y esa, podríamos saborear: es una ética del alivio.

Otro reino de Nora Fiñuken se presentó el pasado miércoles 14 de diciembre a las 20h en Cooperativa Cultural QI, Thames 240. Acompañaron a la autora: Gabriela Clara Pignataro, Walter Godoy, Victoria Palacios, Sebastián Goyeneche, Natalia Iñiguez y Sol Zurita. 

El evento puede consultarse en https://www.instagram.com/editorialmutanta/.

Hasta entonces el libro puede conseguirse en preventa en https://editorialmutanta.com.ar/