París es un malambo con boleadoras
Por Fernando Wilhelm
Foto: gentileza Maude
El departamento de Roko Sedano y Sabrina Llanos Terragona está enclavado en un típico barrio de París, mixtura de marroquíes, chinos, árabes y emigrados de las “ex colonias” francesas. Desde la ventana del frente, en el cuarto piso, se podía apreciar la Torre Eiffel, hasta que un alto edificio levantado en un abrir y cerrar de ojos tapó esa hermosa vista. Es verano en las tierras del buen vino y los quesos. Y la temperatura supera los 28 grados. El living es una mezcla de casa de familia y sala de ensayo. Hay bombos, teclados, computadoras, bafles, boleadoras y el infaltable mate a la hora de la charla fraterna y abierta. Roko y Sabrina, hijos de exilios políticos y económicos argentinos, hoy animan distintos proyectos artísticos simultáneos, donde abundan el flamenco, malambo, chacareras, jazz-rock y la música latinoamericana, en esa ensalada multicolor condimentada en París, lugar de encuentros y reencuentros culturales. Este cronista pudo apreciar el arte de Roko y Sabrina en un espectáculo de cultura sefaradí, en una sala exquisita, montada en una ex “Cartucherie” (fábrica de balas para armas de fuego); y en un encuentro latinoamericano anual, donde se comparten comidas tradicionales y ahí están reunidos pero no revueltos residentes peruanos, brasileños, cubanos, bolivianos, paraguayos y por supuesto, los argentinos.
Agencia Paco Urondo: Tu padre Alejandro Sedano llegó a Europa por los años 60, a Francia, pero esta historia comenzó antes…
Roko Sedano: Nací en 1981, pero me han contado de esas historias. Mi viejo, Alejandro Sedano empezó con “Los diablos de la danza”. Salieron de Buenos en la década de 1960 y fueron a trabajar a Las Vegas (Estados Unidos de Norte América), con un contrato de varios años. Fue el primer grupo de gauchos que salía de Argentina llevando el malambo, las chacareras y otras danzas. Ahí los vio el director del Teatro Lido de París y los entusiasmó y allá se fueron, actuando en ese teatro con mucho suceso. Ahí había varios bailarines. Pajarín y Coqui llegaron después, y vinieron por esos muchachos de esa época.
Recuerdo que acompañaron a mi viejo Juan Saavedra, muy conocido en Argentina; el Negro Navarro, Salazar, el Huaso Sosa; el Diablito, es santiagueño. A Juanqui Figueroa no lo he llegado a conocer, pero he visto videos de él. Era muy particular, un pedazo de artista, muy innovador e inventor; también llegó mi tío “Capi” Sedano, de esa generación que se sumó un poco después. En fin, todo un grupo de artistas muy grande, al que luego se sumaron muchos más. Mi papá se quedó en París y armó su compañía. Luego se fue a vivir en Alemania, donde se quedó 15 años.
APU: Qué es el malambo, de qué danza se trata?
RS: El malambo es el zapateo argentino, es una expresión bailada, zapateo rítmico con contrapuntos y ritmos ternarios y con mucha síncopa, y mudanzas. Siempre con el básico y el repique en el medio como puntuación en la frase rítmica, que hace el malambista. Es una herencia mestiza, tiene orígenes españoles y africanos, por el lado afroperuano. La forma y la esencia se fueron modificando, de acuerdo a las corrientes de inmigración, porque zapateo hay en varios países de Latinoamérica y son muy distintos, aunque con elementos en común.
En Argentina está el malambo norteño, que se baila con botas de caña larga. Son mudanzas ligeras, y el repique es típicamente norteño, un repique particular. En cambio el malambo sureño se baila con botas de potro, con otra vestimenta y otras características, es mucho mas lento, con otro repique.
APU: Los argentinos en París también se nutrieron del flamenco e incorporaron otros elementos…
RS: Sobre todo Juanqui Figueroa, un apasionado del flamenco y Lacho Valdéz y mi viejo. Han hecho mudanzas que van por el lado del flamenco, en el taconeo. Y Coqui y Pajarín tienen esa cosa muy flamenca, por haber trabajado juntos mucho tiempo.
APU: ¿Como aprendiste a bailar malambo y danzas argentinas?
RS: De chiquito siempre estuve en las giras, me pasaba vacaciones con mis viejos, en festivales, circos y teatros, viendo como bailaban, además estaba mi tío, mi primo, y mi mamá que también es bailarina. Igual llegué a la danza bastante tarde, arranqué a los 23 años. Primero me subí a los patines (es un fanático del skate) y luego a la danza. Me queda pendiente de hacer algo en patines y con boleadoras (risas).
El Quinteto Serrano
APU: ¿Y el Quinteto Sedano por donde rumbea?
RS: Es un proyecto que nació de composiciones mías, que trabajamos con el grupo, somos cinco: Besuar al violín, Gonzalo Boudiño al piano, Ruman Pille al contrabajo, Rodolfo Muñoz a la percusión, y me sumo en la batería. Son composiciones con base rítmica del folclore del Noroeste argentino, y luego se van para el otro lado, no se bailan con la estructura de la danza tradicional.
P: ¿El mestizaje es la clave de tanta riqueza musical?
RS: Sí, el mestizaje da una riqueza enorme, es el fuerte del Quinteto Sedano. Todos venimos de influencias y países distintos, es un proyecto latinoamericano, pero hay músicos franceses también en el grupo. Esa riqueza es lo que me encanta, poder abrir el proyecto a otros sones y uno va viajando y tiene evoluciones, nos nutrimos de distintas culturas. Acá en París me encanta esa mixtura, esa cantidad de culturas diferentes.
APU: ¿Hay videos en la web de tus producciones?
RS: Sí, hay temas del quinteto en youtube, ponés Quinteto Sedano y podés escuchar cuatro o cinco temas. Además de una página facebook del Quinteto Sedano.
APU: ¿Planes de hacer giras con el Quinteto Sedano?
RS: Sí, hay perspectivas, hay muchas ganas de ir a Argentina y recorrer Latinoamérica.
Francia y los artistas populares
P: ¿Cómo es París, cómo es Francia para un artista, cómo es la relación con el Estado francés?
RS: Hay un status para los artistas que se llama “Intermitencia del espectáculo”. Es un derecho que se adquirió (es una suma de dinero que ronda los 1.000 euros mensuales, con contraprestación de 44 presentaciones anuales, una cifra muy alta), es una suerte ese derecho, es una buena ventaja. Pero las políticas públicas actuales intentan recortar el ingreso, aunque me enteré que a este subsidio lo prolongaron un poquito.
Y en Francia hay subsidios, ahora están intentando recortarlos con el pretexto de crisis, dicen que no hay más plata. Y eso se siente en muchos sectores. Muchas empresas de distinto tipo cerraron, hubo y hay muchos cesanteados. Se han caído festivales, por falta de recursos o recortes de subvenciones anuales, festivales grosos cayeron también.
Reformas contra reformas
APU: ¿Las comunas (los barrios) en París tienen rol activo en fomentar la cultura, la educación, el bienestar humano?
RS: En ese plano ahí tenemos ventajas sociales, que ahora intentan recortar derechos, en muchos aspectos. Y de forma más general, el Partido Socialista se está “requemando”. Después de todas las leyes que pasaron este verano, como la llamada Reforma Laboral (similar a la impuesta en gobiernos liberales en Argentina en los años 90), que fueron planteadas años atrás en Francia por el gobierno de derecha o extrema derecha. Y entonces fueron rechazadas por los socialistas, que hoy son gobierno, y antes decían “No puede ser! Eso es una vergüenza, cómo van a hacer eso, no se puede recortar derechos laborales, ni hacer convenios por empresa”, pero ahora han cambiado. Muchos ciudadanos se sienten huérfanos, porque este gobierno se dice socialista y claramente es de derecha en sus políticas, qué te puedo decir…
APU: Pero en las comunas de París es otra cosa, hay muchas de signo de izquierda, con comuneros comunistas, por ejemplo…
RS: Sí, es así. Y sostienen derechos básicos. Hay muchas asociaciones también de distinto tipo, que aportan sus miradas y sus opiniones para la toma de decisiones.
APU: Sabrina Llanos Terragona, tu pareja, se destaca en el baile y tienen proyectos en común.
RS: Sí, es una enorme artista. Hace meses estuvimos en Buenos Aires y tuvimos la suerte de presentarnos, juntadas muy emocionantes, con público, con familiares, con amigos, encuentros escénicos muy lindos, ese recuerdo nadie me lo quita. Sabrina bailó mucho, una talentosa, tanto flamenco como folclore. Y vamos a volver a Argentina y presentar cosas allá, con muchas ganas. Y claro!, compartir un asado en Tapalqué (pleno corazón de la llanura bonaerense) con familiares y amigos.